Phoenix se aclaró la garganta después de que colgué su teléfono. —¿Plan hasta ahora?— Me recosté en su cómoda silla y asentí, escaneando el papeleo que tenemos. —Nos dirigimos a las montañas, a pie. Llevamos a Gaia con nosotros y le pedimos que contenga nuestros olores. Encontramos mis marcas en los árboles y las seguimos hasta la frontera mágica—. —Entonces esperamos que Raven sienta a su madre y venga a vernos—. Añadió. —La sobornamos de alguna manera para que nos permita entrar, los rastreamos y los matamos en la noche—. Asiento con la cabeza. —Primero los patrulleros, luego trabajamos con los borrachos—. Él frunció el ceño y asintió. —Si Raven no aparece vamos al plan B... Realmente no me gusta el plan B.— Suspiré. —Gaia dijo que le parece bien ser cebo—. —¿Qué pasa si no lo acep

