Pollux gruñó ferozmente antes de cambiar a su forma humana. —¿Te atreves a hablarnos así?— Me quejé al margen, mi cola se movía lentamente en señal de acuerdo. Spitball hizo una mueca y miró la esbelta constitución de Pollux. —Apenas puedes sostener tu peso. No eres nada comparado con mi grupo—. Me encontré con ganas de dar un paso adelante o caminar. Tenía demasiada energía y demasiada adrenalina que hacía que mi cerebro sintiera... picazón. —No tienes idea de con qué estás lidiando. Podemos dominarte fácilmente y destruir el mismo suelo que pisas—. —espetó Pólux. Spitball sonrió y me miró. —¿Tú... y la mujer?— Phoenix gruñó, apretando los puños. —No la mires.— La tensión iba en aumento y nuestra manada gruñía en nuestra defensa . Sentí a Sean venir a mi lado en su forma humana, Le

