El portal se abrió en un salón pequeño junto al salón donde se celebraba el baile y Kairon los esperaba de pie.
- Lamento traerlos así, pero vi a los curiosos vigilando el balcón. - les dijo divertido.
- Alex ya lo sabe... - avisó Maya con una sonrisa.
- Bien, eso nos ayuda bastante. - dijo aliviado - Por sus caras aún no saben como manejar el embarazo sin perjudicar la apuesta del Magnolia o los comentarios de un embarazo en Yaina.
- El embarazo en Yaina está descartado. - se adelantó Alex - Llevan 11 meses de casados. Si llevara a mi hijo ya habría nacido, tu nunca te separaste de ella y estuvo a la vista del público. Un vientre de embarazo se habría notado.
- No quiero que Maya se vea envuelta en comentarios. Ya hemos estado muy expuestos. Me llevaré la responsabilidad por protegerlos a ustedes, a mi esposa y a mi sobrino.
- ¿De que estás hablando? - preguntó Alex con desconfianza.
- Ya lo verás. Volvamos al salón...
- Oye, cuñado, espera...
Kairon salió del estudio seguido de su familia y caminó hacia la tarima donde estaban los dos tronos al tiempo que los asistentes los observaban con atención. El joven buscó a su esposa con la mirada para ubicarla cerca de uno de los ventanales hablando con un noble que llevaba una máscara negra. Por la distancia no pudo reconocerlo.
- Quiero proponer un brindis por mi hermana, la princesa imperial - les dijo en voz alta atrayendo la atención de todos - He decidido que, a fin de fortalecer la relación entre el Imperio y el reino de Odea, he establecido una alianza con la familia de los Guardianes a la que pertenezco por unión. El marqués Caldwell y la princesa han firmado su unión el día de la coronación y quiero hacerla pública en este día de celebración.
Los murmullos no se hicieron esperar y Alex se inclinó hacia Kairon con una sonrisa mientras Maya aferraba la mano de su hermano a su lado.
- ¿La estrategia del León conmigo ahora? - le dijo divertido.
- ¿Resultó o no? - le dijo Kairon con una gran sonrisa - Con eso protegemos todas las variables y si quieren culpar a alguien, Fue el Emperador quien dio la orden.
- ¿Con esto ya puedo dormir con ella sin esconderme? - preguntó Alex.
- Oye, soy su hermano. No quiero saber esos detalles.
- Entonces voy a divertirme con mi esposa. Te la debo, cuñado - le dijo a Kairon para luego inclinarse ante Maya para escoltarla, pero antes besó el dorso de su mano con galantería de manera coqueta y la joven respondió con una reverencia para luego inclinarse ante Kairon murmurando un "Gracias".
Malentendidos
Yaina miró a su hermano y a Maya bailar entre la gente con una gran sonrisa al fin libres de la restricción de mantener su relación en secreto. Sólo quedaba la apuesta del Magnolia y eso ayudaría al Gremio y a la Torre a mantenerse. Suspiró agradecida mirando a lo lejos a su esposo, quien conversaba con unos nobles y luego se giró hacia el ventanal para salir al balcón y tomar un poco de aire en el exterior. El baile era hermoso, pero los nobles eran demasiados invasivos y aún no los conocía como para permanecer cerca por mucho tiempo.
Se apoyó en el barandal y respiró profundamente. Quería ir a acostarse y descansar. La escapada a la ciudad la había cansado y la actitud de Kairon la había puesto muy ansiosa. Su esposo siempre había sido cuidadoso con ella cuando estaban juntos en la intimidad...
Se estremeció por la brisa nocturna y suspiró desalentada perdida en sus pensamientos.
- ¿Milady?
Una voz masculina la sobresaltó haciéndola volver la cabeza.
- Me retiro ahora - le dijo inclinándose.
- ¿Milady? - repitió el joven sacándose la máscara para que lo reconociera - Me da gusto verla de nuevo.
- ¿Milord?
- Pensé en que podía encontrarla en el baile. Tuve razón - le dijo con alegría - ¿Su esposo la acompaña?
- Está adentro, conversando con otros nobles - le dijo - ¿Y usted es, milord?
- Soy Saros Peck, archiduque de Ganhé. Lamento no haberme presentado antes y usted es...
- Yaina... - le dijo con una sonrisa.
- ¿Yaina? Un nombre de Odea...
- Si, mi familia viene de ahí, Su Gracia.
- Sólo Saros, por favor ¿A qué se dedica?
- Soy un mago...Tengo mi pequeño negocio.
- ¿Un mago? Vaya, no hay muchos magos en Yamain. ¿Atributo?
- Viento...
- ¿Continuará con su negocio en Yamain?
- Por supuesto. Quiero ayudar a mi esposo en su trabajo. Estamos buscando a gente talentosa para apoyarlo a levantar el negocio de su padre.
- ¿Gente talentosa?
- Claro, que conozca Yamain al detalle, que sepa el funcionamiento del gobierno y sea capaz de manejar a los nobles
- ¿Qué trabajo hace su esposo?
- Funcionario del Gobierno...
- ¿Un funcionario del gobierno en un baile de nobles?
- Mi esposo es noble...y yo también
- Si necesita mi ayuda...
- ¡Yaina!
La voz enojada de Kairon se escuchó en la entrada y en dos zancadas alejó a Yaina de Saros.
- ¡¿Qué mierda estás haciendo con mi esposa?!
- ¿Tú esposa? ¿Kairon?
- No te hagas el que no la conoces. Es mi compañera. ¿No puedes sentir mi aroma en ella?
- Estamos al aire libre y la tengo en contra de la dirección del viento ¡Claro que no pude olerla! Además tampoco me la paso oliendo a las mujeres... No sabía que era tu compañera
- ¿Qué estabas haciendo con él? - regañó a Yaina. Kairon estaba furioso - ¡Solos en el balcón!
- Salí a tomar aire. Sólo estábamos conversando sobre la ayuda en tu trabajo... Lo necesitamos. - le dijo Yaina inquieta ante su actitud.
- ¿A Saros? Es uno de los que no nos quiere en el trono. Lidera la facción anti emperador.
- ¡Es no es cierto! No estoy de su lado - se defendió su primo.
- ¡No te quiero cerca de él! - le gritó a Yaina.
- Sólo estábamos hablando. Creo que puede ayudarte...
- ¡Cierra la boca! - le gritó enojado haciéndola estremecer y el duque lo notó.
- ¡No le hables así! - exclamó Saros - ¡Es tu compañera!
- No te metas en lo que no te importa. ¡Vámonos!
Kairon se llevó a Yaina del brazo dejando al archiduque frustrado. No esperaba que la dulce dama fuera la compañera de su primo y la nueva emperatriz y que éste la tratara de manera tan brusca.
Eso no estaba bien.
Cuando volvió a entrar al salón, Kairon y Yaina ya habían dejado el baile.