Sinopsis

1082 Words
Recuerdo la primera vez que lo vi. Fue hace un año cuando entro por la puerta de nuestra casa en un elegante traje oscuro y de marca. Sus zapatos brillaban sin un solo rasguño, mancha o pelusa. Su cabello oscuro estaba perfectamente peinado de forma varonil y desinteresada. Sus ojos verdes claro miraban hacía todos los integrantes de la familia con curiosidad. No fue hasta que sus ojos se detuvieron en mí que sentí mis piernas temblar al igual que el suelo debajo de mí. Ambos nos sostuvimos la mirada por lo que parecieron minutos cuando en realidad tan solo fueron un par de segundos. Mi respiración se cortó debajo de esos penetrantes ojos verdosos. Y mi corazón comenzó a latir más rápido de lo normal. Seguí observando al hombre delante de mí hasta que me detuve en su mano entre lazada con la mujer a su lado que llevaba puesto un lindo vestido rojo, su cabello rubio lo tenía peinado hacia un lado, sus labios estaban pintados de un rojo carmesí bastante bonito y sus ojos color miel tenían ese brillo que delataba lo enamorada que estaba del hombre a su lado. − Aria − Exclamo mi hermana emocionada. Salí de mi trance y me acerque a ella hasta tomar sus manos y besar sus dos mejillas a modo de saludo. − Leah − Exclame tratando de no mirar al hombre a su lado − Hermana cuanto tiempo sin verte. Has desaparecido de la FAS de la tierra. Mi hermana mayor río con gracia. Ella era el orgullo de la familia puesto que era buena en todo lo que se proponía, además de poseer una belleza descomunal capaz de opacar a cualquier mujer a su lado. Poseer un cuerpo de infarto que seguramente ejercitaba todos los días tal vez era algo que la enorgullecía. Así que no me sorprendía que un hombre tan apuesto como el que estaba a su lado haya caído ante sus encantos. Mi hermana nunca fue solo una cara bonita. Ella poseía una enorme inteligencia y madurez. Era comprensiva y carismática. Tenía todo lo que un hombre quería en una mujer. Ella en resumidas palabras, era perfecta. − Por supuesto que no − Soltó de sus labios color carmesí − Es que tenía bastante trabajo en el Hospital. Creo que se me olvido añadir a la lista que era una estupenda doctora cardiovascular. Una de las mejores del país. Se había graduado de la Universidad con honores siendo muy joven y entró al campo poco tiempo después. Como dije, el orgullo de la familia. − Me lo imagino − Respondí con una sonrisa torcida − La familia te ha extrañado demasiado. Nick no pudo venir pero te manda un abrazo. Dicho esto me hice a un lado para que mis padres abrazaran a su hija que hace años se había ido a Nueva York a estudiar y no había venido a casa hasta ahora. Mi hermana Leah es cuatro años mayor que yo pero eso no fue un motivo suficiente para que no fuéramos tan cercanas como lo fuimos antes que se fuera. Muchos podrían preguntar si es que no le tengo envidia a mi hermana o en el peor de los casos, estar celosa, la respuesta siempre ha sido la misma. No. Me siento realmente orgullosa de lo lejos que ha llegado pues no me quejo de mis logros. Nunca he tenido nada que envidiar en mi vida. Me sentía bien conmigo misma. Era una gran fotógrafa. Amaba mi trabajo y no lo cambiaría por nada. − Bueno familia − Leah se volvió a parar a un lado del hombre con el que había llegado y lo tomo del brazo cariñosamente − Él es Reed Stone, mi prometido. Todos abrimos los ojos con sorpresa. Leah nunca nos había hablado de que estaba comprometida y mucho menos que tenía un novio con el cual las cosas fueran tan en serio. Normalmente para Leah las relaciones eran algo innecesario así que esa noticia fue un shock para todos nosotros. Después de que nuestros padres salieran de su impresión se acercaron para conocer a su futuro yerno y felicitarlos por su compromiso. Mire detenidamente a ese hombre aprovechando la conmoción del momento, así nadie lo notaria. Extrañamente se me hacía conocido. Su rostro lo había visto en algún lado pero no lograba recordar en qué lugar. Reed levantó la mirada y se encontró con la mía. Alce una ceja tratando de descifrar de donde me parecía conocido. Sonrió abiertamente sin despegar su mirada de la mía. Abrí la boca sorprendida al darme cuenta de donde diablos lo conocía. ¿Cómo no me había dado cuenta antes? Ese hombre era totalmente inconfundible. Hacia un par de días me habían llamado de su revista de modas para contratarme. Aún no había tenido el placer de conocerlo ya que en una semana viajaría hasta Nueva York para la entrevista. Enfadada mire a Leah quien inmediatamente se percató de mi mirada de reproche. Ella había sido quien lo había convencido de contratarme cuando sabía perfectamente que mi sueño era trabajar para la revista "Glamour". Sonrió a modo de disculpa y se encogió de hombros cuando se dio cuenta de que había reconocido al fin al dueño de la revista de modas más importante y famosa del país. Camine hasta la mesa y tome mi abrigo que había puesto sobre una de las sillas y me lo puse. Me colgué mi bolsa y camine hacia la salida pero la mano de mi hermana Leah me detuvo. − No te vayas por favor − Suplico ante la mirada atenta de toda la familia − Lo hice para ayudarte, no te molestes. − No debiste hacerlo − Exclame apretando los labios conteniendo mi ira y me solté de su agarre bruscamente − Yo cuento con los medios suficientes para buscar mis propias oportunidades de trabajo y no necesito de tu ayuda Leah. − Llevabas años tratando de entrar a trabajar en la revista − Se excusó − Tan solo quise hacer las cosas más sencillas para ti. − ¡No necesitaba de tu ayuda ni la de nadie! − Explote al fin, al filo de insultar a mi propia hermana − Me has hecho quedar como una inútil que necesita la intervención de su hermana mayor para tener éxito y eso, nunca te lo voy a perdonar. Sin mirar a nadie abrí la puerta y salí con mi orgullo herido azotando la puerta detrás de mí.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD