PUNTO DE VISTA DE RAVEN
Estaba corriendo por el bosque alrededor de nuestro territorio cuando supe que me acercaba de nuevo a la casa de la manada por segunda vez esta mañana. Planeaba pasar de largo, pero eso fue antes de que mi Adam de 27 años saliera a la veranda delantera.
—¡RAVEN! —Gritó tan fuerte que hizo que todos los pájaros volaran de sus árboles y se alejaran de la casa de la manada. Corrí hacia la casa y él estaba parado allí con una mirada feroz en su rostro como si estuviera listo para atacarme.
—¿Qué te pasa? —pregunté.
—¿Qué demonios estás haciendo aquí afuera? —preguntó.
—Son las 6 de la mañana. Estoy corriendo, como siempre hago a las 6 de la mañana —dije, como si estuviera señalando lo obvio.
—Sabes que tenemos mucho que hacer hoy. Tenemos una fiesta esta noche. No es solo una fiesta, es un maldito baile de etiqueta y acabo de encontrar este vestido en tu cama —dijo, arrojando un vestido de fiesta n***o de hombros descubiertos al suelo.
Así que pisoteé hacia él, recogí mi vestido y comencé a limpiar la suciedad de él.
Pero Adam saltó por encima de la veranda y aterrizó detrás de mí y me agarró por la parte de atrás de mi cuello.
—No pienses ni por un segundo que vas a usar ese vestido de basura esta noche —gruñó Adam en mi oído.
Sin dudarlo, lancé mi codo hacia atrás y lo clavé directamente en su estómago y él retrocedió lo suficiente como para que pudiera darme la vuelta, pero aún tenía mi cabello en su agarre, así que le golpeé en la cara y le di una rodilla en el estómago antes de que cayera, arrancándome un mechón de cabello. Así que me incliné sobre él y me acerqué a su rostro.
—No me importa si eres el próximo Alfa de esta maldita manada, mantente malditamente fuera de mi camino y fuera de mi habitación —dije.
Entré a la casa y subí al cuarto piso.
Cuando llegué a mi habitación, cerré la puerta con fuerza y la cerré con llave. No es que pudiera mantener a un hombre lobo fuera, pero tal vez daría a todos la idea de que no estaba de humor para hablar con nadie.
Entré a mi baño privado, me duché y me lavé el cabello.
Cuando salí de la ducha, me sequé y mi cabello rubio largo hasta el trasero con mechas azules. Me envolví una toalla alrededor de mí y fui al vestidor donde me vestí con un par de jeans, una camiseta sin mangas negra y una chaqueta de cuero negra con botas. Y me aseguré de que mi colgante de ópalo estuviera recto en su largo collar dorado que colgaba alrededor de mi estómago. Lo último que mi madre me dio.
Agarré mi bolso y bajé las escaleras y el comedor estaba lleno de gente.
Me senté al final, donde —pertenecía— aparentemente, pero cuando miré a Adam y vi los moratones que le dejé en la cara, tuve que contener la risa. Y él se negó a mirarme.
—Raven, no olvides la fiesta de esta noche. Estamos organizando esta fiesta. Van a estar muchos Alfas y su gente con ellos —me recordó papá.
—Oh sí, eso es cierto. Están tratando de encontrar parejas para todos mis encantadores hermanos y hermanas mayores porque están tan solos —dije, fingiendo simpatía por mis hermanos.
—Asistirás y te comportarás —advirtió papá.
—Señor, sí, señor —dije, saludándolo en verdadero estilo militar antes de darme la vuelta y salir de la casa.
Caminé a la escuela, lo que me llevó media hora porque estaba al otro lado de la manada y cuando llegué, mis amigos me estaban esperando afuera.
—Oye, ya era hora de que llegaras. Pensamos que te metiste en problemas de nuevo —dijo Maddy.
—No, todavía no —sonreí.
—Entonces, ¿eso significa que aún estamos planeando para esta noche? —preguntó Corbin.
Cuando llegamos a mi casillero, estábamos parados hablando un rato mientras sacaba mis libros y vimos a algunos de los deportistas bajando por el pasillo y mi otro amigo Reed intentó ponerse fuera de su línea de visión.
—Hey Reed, esconderte detrás de la hija del Alfa no va a funcionar, perdedor —dijo Johnny.
—No me estaba escondiendo —dijo Reed.
—A quién le importa si lo hacía —pregunté.
—Porque eso lo haría el mayor cobarde de la escuela. Esconderse detrás de una chica —dijo Johnny.
—Bueno, es mejor que mirar tu fea cara —dije.
—¿De verdad estás dejando que una chica pelee por ti en este momento? —preguntó Johnny.
—No me está dejando hacer nada. Nadie tiene que pedirme que me enfrente a un matón —dije.
—Bueno, eso solo lo hace patético —dijo Johnny, acercándose a mi rostro.
—No seas tan humilde, Johnny, tú tampoco eres tan genial —dije.
—Al menos no me escondo detrás de una chica —dijo.
—Sí, porque tienes 90 kilos de sobrepeso. No hay chica por aquí detrás de la cual puedas esconderte —dije.
Mis amigos intentaron taparse la boca y no mostrar que se estaban riendo, pero cuando vio que estábamos creando una audiencia y que no iba a ganar una discusión contra mí, bufó, se dio la vuelta y se fue.
—Ahora va a atraparme solo. Y va a darme una paliza —dijo Reed.
—Asegúrate de llevar un lápiz afilado en el bolsillo. Funcionará como un arma en el último momento —dije.
—Gracias. Lo haré —dijo.
Para la hora del almuerzo, había intentado mantenerme despierta en todas mis clases y estaba contenta de poder finalmente comer algo y todos nos sentamos en nuestra mesa habitual.
—Entonces, vi a Adam caminando por la escuela esta mañana. Presumiendo un bonito ojo n***o y un labio cortado —dijo April.
—Así que él fue el que te hizo eso esta mañana —dijo Jake.
—¿Por qué importa? Yo me encargué de eso y no hay nada que puedas hacer para detener al futuro Alfa. No tenía sentido decírtelo —dije.
—Raven —dijo alguien detrás de mí.
Conocía la voz, así que me di la vuelta y Adam estaba parado allí mirándome a mí y a todos mis amigos.
Oí a todos mis amigos tensarse en sus sillas y lo miré con furia.
—¿Qué diablos estás haciendo aquí? —pregunté.
Pero agarró mi brazo, me levantó de la silla y me arrastró fuera de la cafetería y fuera del edificio escolar, hasta que estábamos parados frente al edificio.
—Suéltame, loco —grité, alzando mi brazo.
Pero me dio una bofetada en la cara sin previo aviso.