Capítulo 20 parte 4

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Dejé ir ese pensamiento y me concentré en la conversación y en la respuesta de la mucama número 2. — ¿En serio? No lo había oído, ¿cuándo se irá? — Hoy en la noche, escuché de la mucama principal que dejó diciendo hoy en la mañana antes de irse a trabajar que no lo esperaran y que no prepararan comida para él hasta dentro de cinco días porque tendría un viaje, que solo teníamos que ocuparnos de la invitada que se está hospedando aquí. “¿Solo soy una invitada? Ja, pero claro, qué más podría esperar. Debía estar agradecida de al menos ser considerada una invitada y no una posible traidora como Caesar y su grupo me consideraba, tal vez su única consideración para mí era mantener en secreto sus dudas y desconfianza.” — Es cierto, cada día es más difícil ver la cara de esa mujer estos días. — Escuché que el amo ya se cansó de ella y que solo está esperando a que ella misma diga que se quiere ir. Nuestro pobre amo es un caballero así que no puede botarla así sin más. — ¿Pero es cierto que el rumor de que ellos dos…ya sabes? La risa de la mucama número uno llenó el pasillo vacío y a mí solo me dio un escalofrío en la espalda por la respuesta que vendría. ¿acaso toda la mansión sabía sobre nuestro encuentro? ¿Caesar habló sobre eso? No, no podía ser, él no parecía esa clase de hombre, pero ¿escuchó los rumores? Si la respuesta es un sí ¿no hizo nada para disiparlos? Mis manos sudaban frío debido al camino al que se dirigían mis pensamientos. — Sara me contó que una noche estuvo verificando que todo estaba bien antes de irse a descansar junto a la mucama principal y que de la nada vieron cómo el amo traía cargada a esa mujer y la estaba besando como si la devorara. Es obvio que ambos tuvieron un encuentro, pero luego de eso no hubo más rumores. Yo pienso que el amo se decepcionó mucho al ver a esa mujer desnuda ¿la has visto? Ese cuerpo grande y con grasa, y esa flacidez que se nota a kilómetros de distancia, la verdad estoy sorprendida que el amo haya siquiera besado a esa mujer, yo no podría con el asco de estar cerca de ella. Aun no entiendo cómo es que hay mujeres que no se preocupan por su físico, yo no podría estar tranquila sabiendo que comparto mi vida con miles y miles de kilos de grasa, qué asco.
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