Capítulo 3

1680 Words
NORA Sin duda esa resolución de venganza y empoderamiento se fueron de mi cuerpo apenas bajé del bus, estaba tan ensimismada con el deseo de venganza y superación personal que no me di cuenta que me estaba dirigiendo a una zona de Nashville a la que nunca había ido. No es que hubiera nacido ahí, es solo que cuando su madre se casó con su padrastro, se mudaron a Nashville a una de las mansiones más extravagantes que había visto en mi joven vida, tampoco salía a pasear, mi aburrida vida se resumía a trabajar y estar escondida en mi habitación. Y ahora me arrepentía enormemente por irme sin siquiera fijarse en qué bus subía ni hacia dónde se dirigía este. Abracé mi mochila con fuerza y como si eso me diera una dosis de valentía, caminé por las oscuras calles intentando buscar algún hotel para pasar la noche, mi plan consistía en llegar a salvo a algún hospedaje y mañana podría hacer otro plan con tranquilidad, pero había pequeñas fallas en ese fantástico plan. Primero, las calles se veían tan oscuras debido a las luces amarillas de los postes y cada sombra me hacía saltar del susto, lo que dificultaba y retrasaba mi búsqueda. Segundo, a pesar de que estaba centrando todos mis sentidos a buscar y observar, no encontraba ningún hospedaje mínimamente decente, no había visto tampoco alguno que no lo fuera, simplemente parecía no haber ningún negocio en esa zona. La desesperación y ansiedad estaba subiendo por mi columna vertebral como un hormigueo, anunciando que pronto podría tener un ataque en medio de la nada ¿y si no encontraba nada aquí? Ya era muy tarde, tan tarde que ya no pasaban buses, ni siquiera pasaban autos privados… ni siquiera se veían personas caminar por las calles ¿me había equivocado tanto? Lágrimas no derramadas cubrieron mi vista, haciendo que esta se tornara borrosa, pensé que ya había terminado de llorar todas las lágrimas, pero aparentemente aún me quedaba una reserva para momentos de pánico. “vamos a calmarnos, esto no funcionará si mi ataque de pánico aparece… Tú puedes Nora, sólo busca a alguien que te pueda apoyar y estarás a salvo” “estarás bien” “todo estará bien” Mi mantra estaba funcionando bien, el hormigueo que sentía subir por mi columna estaba desapareciendo, mi respiración comenzó a ser más regular, incluso mis lágrimas pararon hasta que escuchó un gemido, mi cuerpo saltó por inercia alejándome del lugar donde provenía aquel ruido. Mis brazos apretaron su mochila esperando que eso pudiera servir como escudo y mi mirada se movió hasta un callejón oscuro, las luces amarillas no mostraban nada y mi lado curioso y morboso asomó su cabeza ¿Sería algún gato… o alguna rata? ¿Un gato o rata harían ese tipo de ruido? Si era lo primero, estaba dispuesta a ir, pero no sabía si estaba dispuesta a acercarme si era lo segundo o si no era ninguna de las opciones ¿y si era alguien teniendo sexo a escondidas? Para ser sincera, esos callejones eran ideales para hacer eso, el sexo en público sería una de las cosas que encabezarían mi lista de lugares en donde tener s*xo… claro, si tuviera una vida s*xual activa, cosa que no tenía. Por un rato me quedé quieta mientras tenía una pelea conmigo misma, discutiendo los pros y contras de acercarse a ese callejón oscuro. “Eso es genial Nora ahora tienes una lista de s*xo cuando eres más virgen que el aceite virgen” “No debería acercarme…” “Pero ¿y si están teniendo sexo? ¿no sería bueno aprender algo real y no sobre los pornos que sueles ver a escondidas? sabes que no todo en esos videos es real, eso es lo que escuchaste ¿o no? Podrías comprobarlo, es solo una miradita…” “Pero ¿y si no están teniendo s*xo? Qué tal si sólo están hablando” “Claaaaro, hablando y gimiendo” “¿por qué en la única opción en la que puedo pensar es en que dos desconocidos están teniendo s*xo en un callejón?” “porque eres virgen y tu lado morboso quiere saber, Nora niña mala” “La curiosidad mató al gato…” “…Pero el gato sobreviviría preguntándose qué era ese ruido todas sus nueve vidas” “a la mierda todo ¿qué podría salir mal?” Con la decisión tomada, me acerqué silenciosamente hacia aquel callejón, con cuidado esquivé una lata que estaba en el suelo y apoyé mis manos en la pared, incliné un poco mi cuerpo y mi cabeza lo suficiente como para ver y para esconderme. En un principio todo era oscuro, pero los segundos pasaron y mi vista se acostumbró, estaba eufórica porque vería por primera vez s*xo en vivo, porque sí, el s*xo que presencié entre mi hermanastra y Jason no contaba, es más se borró de mi memoria apenas salí de la mansión. Entonces lo vio, y eso me dejó pasmada, no era ni un gato, ni una rata, ni siquiera un par de desconocidos teniendo s*xo en un callejón. Dos hombres fornidos estaban acorralando a un hombre más delgado, no se podía ver sus rostros, pero eran altos… demasiado altos y musculosos. Y aquel hombre acorralado estaba susurrando algo, no podía escuchar bien lo que decía, podía notar que estaba en problemas ¿lo golpearían hasta dejarlo medio muerto? tan pronto como terminó de hablar uno de los hombres altos sacó algo de su terno ¿era un arma? Cuando mi mente recién procesaba lo que estaba pasando, el hombre más bajo fue acuchillado. Mi pie retrocedió y chocó contra la lata vacía haciendo un ruido sordo, las caras de los hombres desconocidos giraron muy rápido hacia el origen del ruido. Presencié un asesinato, mi mente decía que debía correr, que debía desaparecer de ahí, pero mi cuerpo tenía otros planes, mis pies no se movían, estaban congelados en el sitio, apenas podía respirar. Justo cuando mi mente decidió hacer acto de presencia y tomar control de mi cuerpo, los dos hombres estaban frente a ella ¿no habían sido demasiado rápidos?, solté un suspiro en respuesta. — Pero mira qué nos encontramos D, una gatita perdida. El que habló primero era un hombre rubio de cabello largo atado en una coleta alta, los costados estaban recortados, una barba cortada y bien cuidada cubría parte de su rostro, sus ojos eran azules como el mar. Estaba vestido con un traje n*gro, se veía que era caro, se dio cuenta que era el hombre que había sacado el arma y matado al otro desconocido. — La estas asustando A, creo que no respira. El segundo hombre se veía más serio, su cabello era n*gro y todo peinado para atrás, no tenía barba, pero eso no le quitaba el aura de peligro que cargaba con él. A diferencia del primer hombre, este estaba vestido de cuero, chaqueta y pantalones con un polo, con botas de combate, todo n*gro. Su mirada parecía congelada y desinteresada, lo que combinaba todo muy bien con sus ojos grises. Desde su cuello se podía observar la tinta en su piel, así como también había esa misma tinta en sus manos, y estaba segura que no solo tenía tatuajes en su cuello. Debía admitir que eran muy atractivos y tal vez en otra situación hasta me hubiera sonrojado al verlos, pero ahora que sabía que esos dos hombres atractivos habían matado a alguien, mi única prioridad era correr de ahí. — Yo… n-no vi nada… Retrocedí poco a poco, aunque mi primer instinto fue correr, estaba segura que no debía darles la espalda por nada del mundo, eran como dos bestias listas para atacar en cuanto ella corriera. Y tampoco era que podía darles una charla amena, mi garganta estaba seca y la única prioridad de mi cerebro era correr dejando de lado la capacidad para formar oraciones coherentes. — Oh, claro que no gatita, nos aseguraremos de eso. El hombre cuyo nombre era A soltó una risa descuidada mientras ponía sus manos dentro de sus bolsillos. Mi mirada se quedó en la azul de él y apenas lo hizo un fuerte dolor de cabeza me golpeó, retrocedí aún más por el dolor y cerré los ojos en un intento por tratar de aliviar aquel dolor ¿En serio? ¿justo ese momento el dolor de cabeza aparecía? Intenté respirar y centrarme en lo que estaba pasando. — Gatita, no viste nada, solo te perdiste y nosotros te ayudamos amablemente. Ya no supe qué voz era, pero esas hicieron que levante mi mirada nuevamente entre uno y otro. — ¿Qué? Yo… por favor, no diré nada, solo… solo déjenme ir. La mirada fría de D se llenó de confusión momentánea para luego volver a su frío habitual. Me preguntaba qué pasaba, pero una nueva punzada en mi cabeza volvió a golpearla, esta vez era más fuerte que la anterior, sentía que me estaban partiendo la cabeza en dos. El dolor fue tan fuerte que mis piernas ya no pudieron sostenerme, caí de rodillas, mis manos dejaron caer mi mochila y fueron a mi cabeza esperando que con eso al menos el dolor que tenía se calmara un poco, cosa que no funcionó porque mi visión comenzó a ponerse borrosa, eso solo significaba que estaba a punto de desmayarme frente a los desconocidos. — Por… por favor… no diré nada, solo… ayuda por favor… Mi mente ya no razonaba bien debido al fuerte dolor, mis ojos se cerraron y ya los pude abrir más porque temía que el dolor se volviera más fuerte, me sentía desvanecer y aunque intentara permanecer despierta más tiempo, mi cuerpo decía otra cosa, mi cuerpo sólo deseaba descansar. ¿era así como terminaría mi corta vida? ¿sola con solo dos desconocidos asesinos observándome? antes de que mi mente se apagara y todo se volviera n***o, logró escuchar un suave suspiro junto a un lento “debemos llamar a los chicos”
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD