Capítulo 18 parte 4

648 Words
Las palabras de Kaelus venían a mi mente una y otra vez, incluso cuando me despedí de él esas palabras no me dejaban y me molestaba tanto porque sabía que tenía razón. Yo no podría darle a mi ninfa lo que ella quería, porque supuse que al querer perder algo tan importante como su virginidad después del matrimonio era obvio que lo que más anhelaba ella era una familia propia, una familia para cuidar y amar… una familia que yo no le podía dar. De pronto vino a mi mente una imagen de mi hermosa ninfa sosteniendo un bebé y abrazando a ambos se encontraba a un hombre… un hombre que no era yo y Abigail se veía feliz, tan feliz que me partió el corazón, porque quedó claro que, objetivamente hablando, yo tendría que dejarla ir, tendría que verla partir, pero no podría porque solo la idea de ella estando con otro hombre hacía que mis instintos se despertaran. Tan solo bastó una pequeña imagen para que mi alma protestara y quisiera arrebatar a ese hombre que ni siquiera existía a la hermosa ninfa que solo había entrado a mi vida para volverla de cabeza. “Cálmate, Caesar. Noto tu ansiedad, si ellos notan tu inestabilidad se aprovecharán” No podía escuchar las palabras de Zeus, me estaba quedando sin aire, ahogándome en mi propia desesperación, no importó que estuviera en otra casa, no importó que me pudieran ver, el agujero de vacío en mi interior al imaginarme un día sin esa hermosa ninfa a mi lado iba creciendo y mi necesidad por encontrarla apareció, necesitaba ver que ella aún se encontraba ahí, necesitaba ver que estaba bien, necesitaba comprobar que no estaba con ningún hombre, necesitaba estrecharla entre mis brazos y oler su delicioso aroma. Cuando al fin la encontré fue como si mi alma se calmara, como si la fea cabeza de la ansiedad nunca se hubiese asomado, pero esa calma no duró mucho. Mi ninfa estaba comportándose de una forma extraña ¿era porque había tenido un encuentro incómodo con su familia mientras no estaba a su lado? ¿esas alimañas se habían aprovechado de mi ausencia y habían insultado a mi Abigail? La ira hirvió en mi interior al imaginar a esa familia nefasta intimidando a mi ninfa, quería encararlos en cuanto vi a su madre querer acercarse para hacer alguna mierda de brindis, pero el rostro pálido de Abigail mostraba que no podía soportar un segundo más en esa mansión, no importó lo grosero que pude haber parecido al no recibir la copa que esa humana me ofrecía, no me importó los intentos inútiles del senador por hacer que me quedara, yo era un hombre con una misión. Llevé a mi ninfa con cuidado hacia el auto, todo el camino fue silencioso, no dijo absolutamente nada, el rostro seguía pálido y su hermosa mirada se encontraba fija en la ventana junto a ella. Deseaba preguntar qué pasó, pero un muro invisible no me permitía formular palabra alguna, en los días que tenía Abigail a mi lado era la primera vez que la veía en ese estado y debía ser sincero, me encontraba preocupado. Llevé a mi ninfa a su habitación, deseaba incluso desvestirla, ponerle un pijama y arroparla, pero ese mismo muro que me impedía hablar, me impidió también entrar a su habitación. Me quedé quieto frente a la puerta por unos minutos, intentando entender qué era lo que había pasado. Y ahora me encontraba en mi estudio personal, sentado en mi sofá preferido, pensando en todos los sucesos que pasaron hasta ahora, intentando averiguar en donde se torció todo, desde cuándo se había vuelto todo tan complicado. “desde que Abigail llegó a mi vida”, sí, desde que esa ninfa llegó a mi vida todo se hizo más complicado, lo peor es que no podía sacármela de la cabeza.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD