Sevil
Observo como sale del restaurante, se atrevió a rechazar mi propuesta. No sabe que está prácticamente en la calle, solo es cuestión de tiempo para que se de cuenta en la situación en la que está.
Te dejaré ir por ahora Onur, vas a venir a mí, rogaras para que te una oportunidad mas.
Tomo mi bolso y me dirijo a mi oficina, todos corren cuando notan que estoy cerca, lo que mas me importa es la eficiencia en mis trabajadores.
Si no me sirven, simplemente los despido. Muchos han rogado por una segunda oportunidad, grave error. En mi diccionario no existen las segundas oportunidades
Me acerco a mi oficina y comienzo a revisar algunos informes.
-cumplida tu orden- veo a Milena, dejo la pluma y me recuesto en mi silla.
-excelente Milena, no quiero que ese hombre obtenga algún trabajo- ella asiente y está por retirarse.
-aun sigues molesta, es suficiente solo es una simple boda- es un negocio mas en mida, un buen reto
-un negocio es pagarle a un hombre para que criase a tu hijo, hablar de él como si fuera un estorbo- me mira y niega
-esto es un negó…-
-harás lo mismo que tu madre hizo contigo- sus palabras remueven algo en mi pecho, esa maldita mujer ni merece llamarse madre.
-yo no soy igual a ella, no me compares, a diferencia de mí ella se fue con un arrastrado un don nadie y dejó a mi padre con una niña pequeña- se cruza de brazos
-lo mismo que tu vas a hacer, casarte con un hombre humilde y entregarle a tu hijo, no veo la diferencia- me levanto de mi asiento y estrello una taza al piso
-¡no me compares con ella!, yo no soy igual a esa mujer. Lo que yo hago es por el crecimiento de mi empresa, para enseñarle a todo el maldito mundo que una mujer también puede ser alguien en la vida- no soy como ella, no lo soy.
Esa mujer es mala. Yo lo hago por crecer como empresaria, ella lo hizo para hundirse en la pobreza.
-no te engañes a ti misma Ros, a diferencia de ti tu madre ama a ese hombre y ha hecho lo imposible por acercarse a ti y tu la has rechazado- comienza a recoger los restos de la taza. Los lleva a la basura
Se acerca y me abraza.
Ella sabe cuando necesito un abrazo, me conoce tan bien. Yo estoy rota por dentro, rota al igual que esa casa.
-Ros eres mi amiga, eres como una hermana para mí. No quiero verte sufrir, te estas equivocando vas a hacerte daño a ti misma a ese hombre y a un ser que aun no nace- lloro en su hombre, prometí no volver a llorar, pero las malditas lagrimas salen solas. Ya lloré por la ausencia de mi madre que hasta sentí que estaba seca por dentro.
Aun soy débil, pero tengo que hacerle yo no retrocedo a mi palabra, no puedo.
-Mil no puedo retroceder, sabes que yo no soy así, solo te pido una cosa, apóyame en esto, no quiero estar sola, no me abandones tu también- ella llora conmigo, pero niega con su cabeza
-no puedo Ros, no puedo hacer eso- me separo de ella, limpio mis lágrimas y me siento en mi trono
-entonces vete, sigue con tu trabajo no te necesito. Viví sola casi toda mi vida puedo hacerlo ahora- ella limpia sus lágrimas, asiente y veo como sale de la oficina.
continuo con mi trabajo, firmo algunos contratos. Pasan unas horas, el sol está a punto de ocultarse y cada vez me siento mas ahogada en esta oficina. Tomo mi bolso
necesito respirar aire puro
-solo me llámame si es alguien importante- salgo de este lugar y conduzco, no sé a dónde voy, solo conduzco.
Toda la conversación pasa por mi mente, la presión que siento por el lanzamiento, la petición de mi padre para apoyarme y a la hermana que perdí.
Me detengo, miro a mi alrededor y me doy cuenta de que estoy en un barrio humilde, no se cómo llegué aquí. Es el barrio de Onur
Miro como las personas conversan y se ríen, niños juegan por todas partes.
Se respira tranquilidad y paz algo que yo jamás he podido sentir. Toda mi vida a sido como estar en una montaña rusa.
Hice mal al venir aquí, arranco mi auto pero me detengo de golpe cuando lo veo.
-¡quien es esa mujer!- una mujer lo acompaña y se ven muy acaramelados juntos, se ríen y ella acaricia su cabello. ¡como se atreve esa fulana a tocarlo!
Pero él no hace nada para detenerla, ¡malditos hombres!, son unos traicioneros.
Me debato entre salir o quedarme aquí, no voy a dejar que me engañes.
-¿pero que rayos estoy hablando?- ese hombre no es nada mío
Por qué pensé eso, debo estar volviéndome loca. Arranco mi carro y salgo de ese lugar fue un error venir.
Dos semanas han pasado desde que le hice aquel trato, no me ha llamado ni ha tratado de contactarse conmigo.
Como puede ser tan digno ese hombre, no puedo aguantar más esta espera.
-¡Milena!- grito
Llega de inmediato
-necesitas algo- me mira y aun sigue enojada conmigo
-¿Qué pasó con Onur?, no se ha contactado conmigo, que pasó con esa maldita casa ya se la quitó el banco- ella niega
-Señorita Rosé el habló con ellos en donde afirmo que pagaría y eso es lo que ha hecho- como puede ser tan astuto ese hombre
-de que trabaja, por que te di la orden para que no consiga trabajo ni como barrendero- golpeo la mesa, cierro mis ojos y a mi mente viene la imagen de esa mujer acariciando su cabello y me enojo más.
-no he podido seguirle el paso, por lo que sé prestó dinero a un amigo que según revisé su perfil, sus negocios no son para nada legales- excelente
-págale a ese hombre para que le exija el dinero prestado, si es posible págale el doble, pero quiero a Onur Anson aquí en mi mesa- lo quiero ver rogando, que se encuentre en una encrucijada y que yo sea su ultima opción.
-acelera el proceso en el banco, que mañana a primera le quiten la casa- veo como empuña sus manos- lo quiero para yá- me giro en mi silla, poco a poco estoy colocando más presión en sus hombros.
Me has resultado un hueso duro de roer, has sido un reto para mí Onur pero esta guerra la gano yo.
-La línea va porque va, solo es cuestión de tiempo para que se comience con la creación de esta- miro a mis socios y observo que algunos no están muy convencidos.
-según lo que se ha revisado de su empresa señorita Rosé, no tiene el capital para comenzar este nuevo proyecto- asiento
-veo que han hecho tu trabajo, pero yo tengo mis trucos y este lanzamiento va a ser el mejor en la historia de Style-Ros.
Me siento muy confiada. Tengo todo en mis manos para empezar.
Cierro mi portátil
Miro por la ventana, ya es tarde otra vez el tiempo a pasado volando.
-tu ganas- escucho una voz, me volteo y lo observo. Tiene…. ¿sangre es su rostro?
Me levanto enseguida y tomo una toallita húmeda, me acerco a él, lo hice por impulso.
-estas bien, que fue lo que te pasó- se aleja, lleva su mano su labio partido.
-estoy bien- yo no lo veo así
-pero seguro que estas bie….- me acerco una vez mas
-¡he dicho que sí!- alza la voz y me sobresalto por el tono con el que me habla
-entonces a que has venido, no soy un hospital- retrocedo tres pasos, lo miro y cruzo los brazos
-tu ganas, voy a casarme contigo aceptaré tu propuesta. Tu ganas princesa- lo miro con superioridad, te tengo Onur. Sabia que iba a encontrarte así, rogándome.
-eso te lo dije hace más de dos semanas, si mal no lo recuerdo- coloco mis manos en mi escritorio y lo observo- nunca recibí tu respuesta, ¿Por qué debo aceptar ahora?, tal vez ya tengo otro candidato. Creíste que eras el único- quiero verte rogar
-entiendo, veo que tenias un catalogo de posibles esposos, ¿yo que número era?, el 20- sonríe- entiendo princesa el trato ya expiró, hagamos como que si yo nunca vine- da media vuelta e intenta irse
-no vas a rogarme- me levanto y me acerco a él
-ya me humillé al venir aquí y crees que me voy a humillar mas al rogarte, no princesa, tu respuesta fue dada y es clara- ¡lo odio!
Cuanto mas digno puede llegar a ser. Me frustra
-tu ganas Onur Anson, cerremos este trato-