Moscú, Rusia Artur tomó fotos de los hombres de Stefano que ya estaban muertos y se las envió deseándole un felíz resto del día. Bloqueó su celular y caminó hasta el vehículo para ir a la mansión a castigar a Olivia. Aunque llevaba la típica máscara de lobo, su furia se podía cortar en el aire. Sus hombres no le dirigen la palabra, ni siquiera lo miran. Manda unos que otros mensajes y luego guarda su celular. Minutos después llega a la casa. Llama a Flor a todo pulmón quien sale aterrada de la cocina. —Prepara todo para que le vayas a curar la espalda a la presa, en 10 minutos —se va escaleras abajo sin esperar respuesta. —Si —es lo único que dice Flor en un hilo de voz. Artur entra dando una patata a la puerta. Olivia se levanta de un salto y coloca sus manos detrás. Él camina a z

