Uno, otro y otro latigazo sobre la espalda de Olivia. Ella jadea y aprieta sus labios. No quiere gritar, no quiere mostrarse débil aunque le duele bastante. -Para que aprendas a respetar -dice volviendo a golpear su blanca espalda. Una lágrima se desliza por su mejilla, siente los latigazos aún más dolorosos. Deja escapar un grito y levanta la cabeza mientras recibe los latigazos. La puerta frente a ella se abre. -Basta -dice el zorro entrando. -No te metas en esto -dice dando otro latigazo. -A mi es a quien debes castigar -se saca la camisa dejando libre su torso bien definido y tatuado -Yo fuí quien la liberó. Entre discusiones y latigazos el lobo se detuvo, desató a la chica y la llevó al cuarto para curarla él mismo. Flor sentía su cuerpo temblar, el simple hecho de estar cerca d

