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2056 Words
Fiesta de preparatoria. -Sabía que si no venía por ti no irías—Frederick está acostado en mi cama, una y otra vez al aire mi peluche, ¿de dónde salió esa rana? -Fredick te juro que me estaba organizando—Pestañeo un par de veces, pero ni yo misma me creo. -¿Ibas a ir así? –Sube y baja su mano ante mi vestimenta casual, mi sudadera puesta y un pantalón ancho, estoy en casa—Lo peor es que no te ves mal pero…--Achica los ojos observando mi armario. Esto se le conoce como “peligro” debo salir de aquí antes que me amarre y me trate como algún maniquí. -Debes tener algo mejor, digo, es la primera fiesta del año, y tienes a todos los chicos detrás de ti por raro que suene —Río acostándome, de verdad que la cama se ve mejor que yo en estos momentos. Habían sido notorias las miradas, era extraño a decir verdad, nunca esperé tener cierta atención de los estudiantes de Liberty, y ahora era más que obvio. –Bell es una fiesta de piscina, ponte unos shorts y ya, quiero llegar. —Pone las manos en sus sienes como si estuviese estresado…prefiero quedarme aquí pero… -Ya, iré solo con esto y no me critiques—alzo al aire lo primero que encuentro, necesitaré más que cinco minutos.   -Perfecta, ahora vámonos—Me toma de la mano en cuanto me visto, y solo eso he logrado, iré en trenzas. ** (Me encanta subir que es lo que llevan puesto los personajes, así que aquí les dejo lo que lleva puesto nuestra bella Bell) Así que llegamos a la fiesta, esto apenas comenzaba, a pesar de que mañana teníamos clase todo el mundo disfrutaba como nunca, la típica fiesta americana en la que todos se embriagaban y la música podía romper el fondo de tus tímpanos. Jess disfrutaba como nunca al lado de varios chicos del grupo jugando pingpong cerveza mostrando sus curvas satisfecha. -¡Bell! Viniste—Celebra con el vaso rojo en mano y evidentemente ebria. -Si…yo, ehm, es el último año así que—Alzo los hombros en defensa. Sí, es bastante raro que esté aquí. En otro momento hubiera preferido estar viendo mi serie con palomitas y pizza, leyendo un buen libro erótico—no me juzguen, muchas lo hacen—o simplemente estar durmiendo. Pero esta vez, no fue así. -Vaya Bell, estás preciosa—Habla Jason mojando sus labios. Este chico necesita un chapstick con urgencia. -Sí que sí, ¿quieres beber algo nena?—Pregunta Mike con varios vasos en mano. Todos se ven fatales. -Bell no bebe alcohol—Se encoge en sí misma con una pícara sonrisa. Tendré que llevarla a casa. -¿Cómo es posible? Una probadita… ¿ah?—Al parecer tengo la atención de todos. Qué más hay que decir ¿Qué soy virgen? ¿Qué no me lavé el cabello esta mañana? Necesito un nuevo shampoo por cierto -¿Bell?—Su voz masculina y ronca entra por mis oídos, y es obvio que me retuerzo en el lugar. Sus vaqueros azules y camisa blanca lo hacen ver más que bien a pesar de ser tan sencillo en su ropa. -Jake... –Susurro con una sonrisa poco honesta. No era común verlo en esta clase de eventos, de mi parte era algo completamente nuevo, era un cambio radical. -¿Qué... haces aquí?—Desordena un poco su cabello mientras abraza a la castaña a su lado. ¿Incomodo? -Vengo a trapear—Niego entre risas ya que veo lo incomodo que se siente--¿Tú que crees? Es la primera fiesta del año—Alzo los hombros tomando el vaso rojo que Jess tenía en manos hace unos segundos -¿Aceptas Bell?—Alza el vaso en forma de una clase de brindis que acepto gustosa tomándome todo de una vez, sintiendo el sabor amargo del alcohol en mi garganta. Vaya…esto sí que es diferente, cómo es que tantos adolescentes toman esto sí sabe horrible. -¿Estás bebiendo?—Pregunta incrédulo quitándome el vaso de las manos. Jake sabía que no me presentaba a estas fiestas y tomar tampoco estaba en mis planes. -¡Siempre hay una primera vez!—Celebro tomando otro vaso sintiendo de nuevo el sabor del cual me voy acostumbrando. Un grito de Mike se hace presente dejando sordo a cualquiera que esté cerca—posiblemente Jason-¡Qué comience la fiesta!—Salta a la pista en segundos tomando de la mano a una complacida Jess. A pesar de que no sabía lo que había bebido, no me había emborrachado tan rápido, la verdad era que tomaba vino de vez en cuando con mi madre o con Fredick cuando teníamos nuestras charlas emotivas, estaba acostumbrada al alcohol, no soy alcohólica, pero ya mi organismo no caería tan rápido ante los efectos del alcohol. O eso creo. -No puedo creerlo, estas en una fiesta Bell—Me toma de la muñeca de manera nerviosa pasando su mano por su sedoso cabello una y otra vez.  ¿Cómo hace para que se le vea tan bien mientras que yo parezco un espanta pájaros? -¿Qué tiene de extraño?—Río tomando otro poco del líquido en el vaso. Necesitaré más de esto. -No fui el único que cambió en vacaciones ¿no?—Se acerca un poco acortando la distancia entre nosotros, y sus ojos verdes destellan más que nunca—Bell ¿estás ebria no?—Estando cada vez más cerca. ¿Qué podía decir? No iba a admitir que ya había tomado, y tampoco que siento una adrenalina poco común en mí. Sus ojos observan cada detalle de mi rostro, dejándome en la debilidad completa por su mirada. -Solo un poco—Río como tonta observándolo…creo que ya hay dos o tres Jake. -Toma—Me devuelve la sonrisa dándome ahora otro shot de color algo rojizo, sin dudarlo lo bebí—Juguemos algo—Se muerde el labio inferior de manera traviesa atrayéndome a él para sentarnos junto a los demás alrededor de la piscina. ¿Qué estás haciendo Jake William? Esperen, hay tres Jake´s. -¿Alguna idea de qué hacer?—Pregunta Jess tomando otro shot--¿Yo nunca he?—Pregunta a lo que parece que todos niegan, y yo estoy cada vez más perdida, qué rayos es eso.   -Hay que animar la fiesta, ¿Verdad o reto Jess? –La observa fijamente a los ojos, y veo que aquí hay más tensión que en la escuela. Será mejor que me vaya… -Bien…te reto a… Después de un rato entre besos, tomar líquidos que no sabíamos ni qué era, terminó siendo mi turno. El temido turno de un juego que podría matarme en el intento, teniendo la atención en mí, y eso sin duda, no me está gustando. -Bell, ¿verdad o reto? –Pregunta Jess completamente ebria y fuera de sí. -Verdad—Respondo algo aturdida por la situación, y esta parece ser la salida más simple.   -Claro…--ríe Jess—No seas aburrida Bell—Frunce el ceño prácticamente echándome por la borda.  -Bien—Aclaro mi garganta—Reto -Sin duda alguna veía la maldad en sus ojos, no era típico de mi parte estar jugando esto, pero siempre había una primera vez.  -Quítate la ropa, quédate solo en ropa interior—Mi impresión no basta, estoy ebria pero aun algunas neuronas siguen funcionando. ¿Cómo? -¡Jess!—Grito indignada por su repentino y atrevido reto.  -Vamos, hazlo, es un reto. Además estamos ebrios, nadie se acordará de esto mañana—Alza los hombros con tranquilidad.  Menos mal no llevo las pantaletas de abuelita. Eso crees  -Niego con la cabeza. Así que gracias al bello reto de mi amiga fui bajando mis shorts dejando ver mis bragas negras. Luego subí mi blusa dejando a la vista mi sostén y abdomen al descubierto. -Madre mía, necesitaré ir al baño con solo verla—Hablo Jason moviéndose un poco para tomar otro trago. -Bien, ahora sigue Jake -Este me miró ya que la botella lo señalaba -¿Verdad o reto?—Su mirada se conectó con la mía bajando por mi abdomen.  -Reto—Sonríe recostando sus manos. -Bien—Mike nos observa cautelosamente–Bésala—Aclara señalándome -Haz algo de lo que no te arrepentirías esta noche mejor…  Este se me fue acercando, los nervios llegaron rápidamente a mí. No sabía cómo reaccionar. Pero por milagro -¡A la piscina! -Gritaron unos chicos al haber caído al agua. Así que Jake me tomo en sus brazos -¡Jake no!—Caímos al agua, la música estaba a todo volumen. Quedé entrelazando mis brazos en su cuello mientras sonreíamos como tontos a un lado de la piscina mientras los demás jugaban o se tiraban agua. -Bell.. ¿Estás ebria? -Volvió a preguntar ¿qué necesidad tenía de saberlo?, y a decir verdad, ya lo estaba, mi cabeza giraba y por más que ya hubiera tomado, los tragos de esta noche ya estaban haciendo efecto en todo mi organismo. Asentí riendo como tonta moviendo mi cabeza hacía atrás para mojar mi nuca. Al subir lentamente quedamos frente a frente, el vapor del agua caliente nos cubría junto la señal de nuestras respiraciones. Nuestras narices se volvieron a juntar, una pequeña mirada se atravesó entre nosotros casi para unir nuestros labios, y  al final e inesperadamente saltó Jason sobre nosotros separándonos. -¿Qué tal chicos?—Nos alejamos enseguida el uno del otro—Esta fiesta cada vez se pone mejor, deberíamos hacer esto más seguido, y que estés presente Bell ¡Gracias destino! Llevo años esperando alguna cercanía de este modo, y todo se viene en mi contra, contando que creo que tomé agua de la piscina… Al final, la fiesta había sido un caos, tragos retos y vómitos estaban incluidos, eran casi las 2am y en unas horas debíamos ir a la escuela. -Ni modo -Me dije a mi misma suspirando el aroma de la chaqueta que Jake me había dado.  -Yo te llevo—Se me acercó rodando una y otra vez las llaves en los dedos.   -Jake, no. -Tomé las llaves—Estás de verdad muy ebrio como para conducir, no pienso morir tampoco—Y menos virgen. Este me miró fija y perdidamente a la vez finalizando con una sonrisa. -Claro, tienes razón. -Así que tomamos un taxi, de igual manera, él vivía al lado mío, su ventana daba a la mía. Pueden creer las locuras que hacíamos de pequeños, y lo fácil que él se subía al árbol para llegar a mi cuarto y dormir conmigo cuando tenía miedo. Más ya no era así, ahora el miedo era que todo terminara. Que él se diera cuenta de mis sentimientos me aterrorizaba, de quizás ya no importarle por ser como otras de sus enamoradas. Llegamos finalmente a nuestras casas, los padres de Jake no estaban, se habían ido de viaje y mi madre aún no llegaba de su trabajo. Subí delicadamente a Jake por las escaleras para dirigirlo a su cuarto, le quité sus zapatos y lo metí a la cama. Era todo un desastre cuando tomaba, eso era claro. -Bell—Su voz ronca me impidió moverme -¿Hmm?—Me acerqué un poco con el cansancio en mis ojos. -B, quédate conmigo esta noche ¿si?—Sus ojos verdes ebrios me miraron de una manera tan deseosa, ¡Malditos sentimientos! ¿Alguien podría calmar la guerra de aéreos en mi estómago o algo? Parece hasta un zoológico allá adentro. -Está bien -Saqué una de sus camisas que me quedaban un poco grandes y me metí a la cama junto él. Cuidadosamente me arropó y me tomó entre sus brazos tomándome de la cintura y respirando desde la cavidad de mi cuello. Sus pequeñas caricias lo eran todo para mí, me tomaba como si fuera una muñeca de porcelana cuidándome como si fuera lo único existente. Estos momentos lo eran todo para mí. Desde muy pequeños dormíamos juntos, pero ahora, sentía que todo era diferente, lo que sentía era diferente. -Buenas noches –Susurró en mi oído -Buenas noches…            
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