La vida es demasiado injusta, afecta a personas buenas de corazón como lo es ella, sinceramente me daba rabia y tristeza ver como Dánae sufría en silencio.
— Ella le pidió que se fuera — me acerqué con paso firme — por favor ya déjela en paz, suficiente daño le ha hecho para que siga molestando.
— Por favor Dánae, te suplicó que no me corras ni me desprecies, no tienes idea lo doloroso que es para mí toda esta situación y sé que también para ti lo es.
— Vete, sabes muy bien que me has lastimado demasiado, ya no quiero tener problemas con nadie, te lo dije antes y te lo repito ahora, no pido mucho, solamente quiero seguir con mi vida.
— Yo te amo, en el fondo sabes que eres y serás el amor de mi vida, te suplico que me des una oportunidad de arreglar todos los errores que cometí.
— Si realmente la amas deberías dejarla en paz, tu esposa le hace la vida imposible y eso es injusto para Dánae, ya ella se encuentra pagando los platos rotos de las malas decisiones de los demás.
— Por favor no se meta que este no es su asunto, usted no tiene idea la historia que tengo con Dánae y no es de su incumbencia saberlo.
— Sí que lo es, quien se queda para recoger los pedazos de Dánae, cuando tú le complicas la vida soy yo y nadie más, por lo tanto, vete antes de que te saque a patadas.
Él se fue y una vez que cruzó por esa puerta, Dánae se desplomó y comenzó a llorar. Me acerqué a ella y la abracé muy fuerte.
— ¿Por qué Marien? Lo amo tanto que quema y duele, el tiempo se congeló para mí en el momento que él…
Ella lloró y se aferró a mí, las chicas llegaron y al verla en ese estado se asustaron, pero decidieron sumarse al abrazo. Nadie sabía nada de lo que Dánae sufrió, solamente Briseida y yo sabíamos muy bien todo, pero las demás chicas no tenían ni la más mínima idea de la clase de persona que tenían de frente. Yo no pensaba decir nada de su pasado, no cuando ella aún no se sentía lista para decir lo que hizo hace años.
— ¿Qué sucede cariño? — Lu se acercó a Dánae — ¿Quién te hizo llorar de esta forma?
Lucía abrazó a Dánae y ella se aferró a su cuerpo, de sus labios no emitía ni una sola palabra y eso nos afectaba a todas.
— ¿Quieres quedarte en mi casa? Mañana que venga a trabajar al hospital te pasaré dejando.
— Sí, por favor.
Dánae se fue con Lucía y nosotras cogimos caminos separados, Aileen se encontraba preocupada por su tía pero logré tranquilizarla.
— ¿Quieres comer hamburguesas?
— Siiiiiiiii, hablemos con el tío menstruación y la tía Rea para que nos acompañen.
— Cariño, creó que es mejor que le digas tío Andrés en lugar de tío menstruación. Es algo que a él le incomoda y las cosas dejan de ser divertidas cuando la otra parte se siente de esa forma o le duele.
— Está bien mami, hablemos con tío Andrés y tía Rea para que nos acompañen a comer, siempre voy a recordar lo que me has dicho hoy.
Yo asentí y llamé a Andrés, quedamos de vernos en el puesto de comida más cercano y una vez que llegaron pedimos la comida.
— Miré a Dánae muy afectada, espero que esté bien.
— Estoy segura de que Lu la va a aconsejar y ya mañana tendremos a la misma Dánae de siempre, así que no te preocupes.
— Briseida me dijo que tenía que regresar a Dubai mañana, al parecer su papá la necesita.
— Ella siempre va y viene de Dubai, supongo que es normal que tenga que atender unos asuntos.
— Tienes razón, por cierto, del grupo nos encontramos casadas, Lucía y yo.
— Ajá ¿Y?
— ¿Cuándo te vas a casar tú?
Andrés se había marchado con Aileen y Leire a jugar, al escuchar a Rea decir esto disparé la soda que estaba tomando en ese preciso momento y la mojé.
— ¿Qué cosas estás hablando Rea? El hecho de que ustedes se casen no significa que nosotras vamos a hacer lo mismo, si te pones a pensar en Lía, Briseida y Dánae, pues ninguna tiene una relación con absolutamente nadie.
— Pero no tenías que mojarme de soda — Rea se secaba con una servilleta — es cierto que ninguna de ustedes sale con alguien, Lía debe intimidar a los hombres, Briseida dirige su imperio y casi no tiene tiempo, Dánae — hizo una pausa — pues ella sinceramente no sé qué enredo se tiene con un tipo que la molesta demasiado y de paso con Víctor, mi adorado hermanito, pero más de alguien debe fijarse en ella — me miró — contigo estoy segura de que los pretendientes te sobran después de todo eres una mujer sumamente hermosa, sin embargo, con ese carácter tan fuerte logras espantarlos luego, luego.
— No necesito de ningún macho — miré a Aileen jugando en la zona de juegos — ella es mi mundo y me hace muy feliz.
— Te comprendo, Leire es mi mundo y Dios es testigo de lo mucho que la amo — tocó mi mano y me miró — pero bien sabes que ese amor y el de hombre son completamente diferentes, Andrés es una de las personas más importantes de mi vida y ocupa un lugar en mi corazón, sin embargo, ambos amores son por aparte.
— Me he cerrado a la idea de enamorarme desde hace mucho tiempo, incluso ni pensé en enamorarme de un hombre desde que…
Yo me detuve y las lágrimas salieron para delatar el dolor que sentía por dentro, no me gustaba llorar porque tenía que dar explicaciones y eso era lo que menos deseaba en este momento y en los otros.
— ¿Desde qué? ¿Qué fue lo que te pasó Marien?
— Nada, lo mejor es que no toques ese tema, pues es delicado para mí.
— Sabes que cuentas conmigo y también con las otras chicas, no pienso insistir en este momento para darte un espacio, pero quiero que sepas que no desistiré en absoluto.
— Eres demasiado necia, me encuentro bien de esta manera y eso es lo que importa.
— Es necesario tener una compañía más que tu hija — ella miró a Andrés y luego sus ojos se posaron en mí — no tienes idea como me hace feliz despertar al lado de tu hermano, amo verlo dormir y los pequeños suspiros que emite de sus labios mientras duerme, eso es algo que Leire no puede proporcionarme, no en el aspecto de sentir lo que siento por mi esposo.
— Ya dejemos de hablar de esto — miré mi reloj — tengo que irme, necesito entrenar a Aileen.
— ¿Entrenarla?
— Sí, le doy clases de defensa personal desde hace tiempo.
— Pero solamente es una niña.
— Y, por lo tanto, necesito que sepa cuidarse, no siempre puedo estar con ella, por más que lo quisiera, hay personas que le pueden hacer mucho daño al verla como una niña indefensa y que no tiene un adulto al lado, no deseo que nadie le haga daño a mi hija.
Rea desistió de su conversación y nos marchamos del local. Al llegar a la casa llevé a Aileen a un cuarto que había acondicionado para entrenar.
— Quiero que recuerdes algo, no puedes utilizar tu entrenamiento para golpear a todo mundo, lo que estoy haciendo contigo es para que te defiendas de las personas malas que quieran hacerte daño.
— Lo sé, mami, te prometo que no atacaré a nadie solo porque sí.
— Tienes que tratar de hablar con la persona que te molesta, habla claro si la situación lo permite, pero si no, pues ataca, en caso de que alguien no te obedezca una vez que les pides que te dejen en paz y se atrevan a agredirte también tienes que defenderte pero sin fracturar o hacer un daño muy grande.
— Está bien mami, seguiré todos tus consejos al pie de la letra.
Yo le sonreí y toque su mejilla, le pedí que se fuera a cambiar y en lo que ella lo hacía también comencé a prepararme.
Nosotras calentamos y comencé con el entrenamiento, no era suave y aunque puede ser cruel, la realidad es que ningún agresor va a tomar en cuenta que solo es una niña de seis años.
— Ya puedes ir a descansar, báñate y cepilla tus dientes.
— Está bien mami, ¿Puedes cepillar mi cabello, por favor?
— Claro, ve a bañarte y luego que termines iré para cepillar tu cabello, ya sabes que tienes que dejar la puerta abierta.
Aileen se fue a bañar dando pequeños saltitos, preparé mi bañera para refrescarme y en lo que lo hacía entró mi pequeña hija.
— ¿Qué sucede cariño?
— ¿Puedo bañarme contigo?
— Claro, ve por tu toalla y lo que necesites.
Ella se fue a su habitación y yo puse unos juguetes para bañera que tenía ahí, Aileen llegó y colocó su toalla en una de las sillas de mi baño.
— Ya entra mami.
Yo asentí y me quité la ropa, mi hija jugaba con la espuma y los juguetes que había dispuesto para ella. Yo me acerqué para lavarle el pelo y Aileen se hizo hacia atrás.
— Mami — ajam, salió de mis labios — ¿En dónde está papi?
Escucharle decir esto me trajo malos recuerdos, sabía que este día llegaría, pero no pensaba que fuera tan pronto.
— Yo soy tu madre y tu padre, comprendo que preguntes por ese hombre, pero quiero que sepas que este tema me hace mucho daño y te agradecería enormemente que no tocaras el tema tan seguido, sin embargo, si tienes dudas quiero que sepas que puedes hablar conmigo y te prometo que te las voy a aclarar así me cueste demasiado.
Aileen se dio la vuelta y miró que estaba llorando, ella se levantó y me abrazó fuerte.
— Te amo mami, perdóname por hacer que llorarás.
Mi hija se aferró a mi cuerpo mientras lloraba, Aileen fue mi impulso para seguir viviendo y por la cual lucho día a día.
Sé que en la vida es útil tener a una persona, la cual te apoye de manera incondicional, pero yo estaba demasiado herida para tener una pareja, nunca había pensado en eso y por las noches cuando dormía las pesadillas venían hacia mí y era demasiado sofocante. Sé que debo buscar ayuda, pero la realidad es que no soy capaz, no quiero desenterrar un pasado tan doloroso y traumante para mí, solo quiero vivir en paz con mi hija. Negar que en ciertas ocasiones me siento sola sería absurdo, pero ya mi vida había sido demasiado difícil para complicarla en este punto en donde siento que finalmente me encuentro bien, mi hija tiene amigos, yo tengo buenas amigas y después de tantos años me reuní con mi hermano.
— Ya estoy lista mami, deja de pensar en lo que dije y ya no estés triste, has sido una muy buena madre y no me hace falta un papá.
— ¿Por qué preguntaste eso entonces? Creo que te he brindado la confianza necesaria para que me digas todo lo que te sucede.
— Lo hice porque todos mis compañeros tienen a sus papás que asisten a las actividades que la escuela hacen el día del padre, menos una niña que es huérfana de padre y yo que no sé qué fue de él.
— Entonces cuando esas actividades lleguen a tu escuela me avisas, puede ser que no sea un hombre, pero si me necesitas lo voy a hacer sin dudar.
— ¿Es en serio? Pero esas actividades son destinadas para los padres, no sé si tú encajas ahí.
— Por ti puedo ser lo que sea que necesites, un mono, un caballo, lo que sea. Te amo cariño, quiero que lo recuerdes siempre.
Yo le sonreí a mi hija y ella se alivió al verme tranquila, las dos salimos del baño y yo fui a su cuarto para cepillarle el cabello. Le dije que la iba a ir a dejar a la escuela mañana, además de irla a traer y ella se puso feliz por la noticia, la abracé muy fuerte mientras la llenaba de mimos…