Realmente se veía muy sexy llevando puesto uno de sus suéter, seria verdaderamente delicioso poder sacárselo para detallar a plenitud ese cuerpo. Piensa mordiendo la carne interna de sus labios. ¿Pero qué carajo estaba haciendo pensando en esa pendejada? Cuando debería enfrentar a esa mujer con lo que era realmente necesario. Niega, y elimina esos pensamientos locos de su cabeza. Charlotte estaba embarazada y ella se lo estaba ocultando. No quedaba dudas, la enviaría de regreso a Boston en cuanto la tormenta cesara. —La ropa es lo de menos, Charlotte —se frota el puente de la nariz —. Aquí lo importante es lo que está pasando en estos momentos. —¿Cómo que es lo de menos? No puedes estar frente de mi todo desnudo, ¿estás loco? y encima quieres mantener una conversación en plena madruga

