Cuando ingresó a la oficina del director y sus ojos oscuros se encontraron con los de él, lo vio. Vio aquel brillo que poco le agradaba ver y más aún en un hombre como aquel que se encontraba del otro lado del escritorio de madera.
-¡Mira a quien tenemos aquí!- exclamó con una sonrisa lasciva, la cual no le agradó para nada.
Se acercó, porque sabía que después de todo, si no lo hacía, aquel hombre se lo diría y tendría que acercarse aunque no quisiese.
-Creí que esta semana no vendrías pero…- ladeó sus labios hacia un lado- Aquí estas, nuevamente- se quedó contemplando durante un largo tiempo- Veo que te has quedado dormido otra vez en la clase de la profesora Flink ¿no es así?
Kyle solo se limitó a apretar sus manos hasta hacerlas dos puños con los nudillos blancos. Odiaba aquel lugar.
Aquel hombre dejó a la vista sus dos manos sobre su escritorio.
-Justo estaba pensando en ti y en…- se mordió el labio inferior- Creo que ya te imaginarás qué.
Si pudiera… si tan solo pudiera, lo mandaría a volar… como a todos aquellos con los que había tenido relaciones. Por hijos de puta. Porque eso eran… pero tambien sabía que gracias a esos mismos hijos de puta, él seguía viviendo en el departamento, sus hermanos tenían ropa que ponerse y su hermana y él podían ir a aquel colegio.
El hombre frente a él se colocó de perfil, aun quedándose sentado en su asiento que parecía esos particulares que tenía todo dueño de una empresa multimillonaria… o por lo menos, según las que figuraban en las pocas películas que él había logrado ver en su corta vida.
Escuchó claramente, luego de que el director desvió la mirada de él, hacia la parte baja de su anatomía, cómo este, se desabrochaba el cinturón, con el característico ruidito del metal de la hebilla.
Volvió su rostro hacia él y le hizo una seña con la cabeza que él comprendió enseguida. No era la primera vez.
Kyle rodeó el escritorio con paso lento.
El hombre sonrió con una clara erección por debajo de los boxers que llevaba puestos.
Cuando escuchó el timbre sonó, no sabía si sentirse aliviado por aquello, o preferir seguir dando clases eternamente.
Se cruzó con su hermana por el pasillo mientras se dirigía hacia la salida.
-¿Le has dicho a nuestra madre que no irás a dormir hoy?- le preguntó mientras terminaba de colocar sus cosas en su mochila luego de haberlas sacado de su casillero.
-Si- le contestó este sin mucho ímpetu en su voz- Le dije que me quedaría a dormir en la casa de un compañero.
Su hermana suspiró y cerró el casillero.
-Toma- le dijo tendiéndole una pequeña bolsa.
Kyle miró de hito en hito a la bolsa y a su hermana.
-¿Qué es esto?
-Para tus dolores a la mañana siguiente- le contestó suspirando- Y tambien para el resfriado y el dolor de panza.
-¿Con qué lo has comprado?- le preguntó, sabiendo que su hermana aportaba todo lo que ganaba en la casa al igual que él.
-Tengo mis pequeños ahorros al igual que tu- le contestó encogiéndose de hombros y comenzando a caminar- Dado que no puedo hacer nada al respecto de lo que haces y no puedo hacer que lo dejes, intentó que no termines muerto en la primer cuneta de la calle… aunque claro, sé que no es de mucha ayuda.
-Gracias- le contestó él minutos después cuando llegaron a la esquina donde él se separaba de Holly- Cuida a nuestros hermanos y a mamá ¿vale?
-Como siempre- le contestó ella con un leve nudo en su garganta y sin siquiera que él se lo esperara, sintió los brazos de su hermana alrededor de su cuerpo.
Lo estaba abrazando.
Se sentía tan cálido y acogedor.
Él le devolvió el abrazo, pero luego fue quien la separó, porque sabía que no tenía que llegar tarde. No con aquel cliente.
¿Lo bueno de aquello? Que gracias a aquel cliente no tendría que pisar su “lugar de trabajo” hasta fin de mes.
-Cuídate- le susurró Holly y depositó un corto beso en su mejilla antes de irse y dejarlo allí nuevamente solo.
Suspiró y se quedó mirando la espalda de su hermana hasta que la vio perderse entre la multitud que paseaba a aquella hora y luego emprendió viaje hacia el lugar donde siempre quedaba con aquel hombre.
Llegó al hotel y pidió la llave de la habitación.
Sabía que él, ya estaría allí.