«¿Qué?... ¿Desapareció? »pensó Tessa mirando a su alrededor.
La chica estaba en estado de shock sosteniendo el botón que había dejado la señora, el cual era algo pesado como si se tratara de una roca.
—¿Cómo esa anciana usaba estos botones tan pesados en ese vestido? —dijo ella en voz baja —¡Debo buscarla!
Inmediatamente, la chica salió de su cabina muy asustada dejando el pesado botón en su asiento, para ir en búsqueda de la señora, que había desaparecido de forma misteriosa en un abrir y cerrar de ojos. Mientras Tessa caminaba revisando cabina por cabina, ve de lejos a uno de los guardias del tren, y corre hacia él para preguntarle si había visto a esa extraña señora.
—¡Disculpe señor! —exclamó la pelinegra con la voz entre cortada, ya que no estaba habituada a correr.
—¡Dígame s
