La Torre se alzaba frente a ellos como un dedo petrificado apuntando al cielo. **Oscura. Imponente. Llena de susurros.** El aire cambió de inmediato. Ya no era el frío limpio del bosque nocturno. Era otra cosa. Un frío pesado, denso, como si el tiempo mismo hubiera sido herido al pasar cerca de esa estructura. Lucas notó cómo los dos guardias que Rhen había dejado tras ellos comenzaron a temblar. No por el clima. Sino por el lugar. **Miedo.** **Incertidumbre.** **Terror.** —Quédense aquí —ordenó Lucas sin volverse—. Vigilen la entrada. No dejen pasar a nadie. Deben estar muy alertas. Los soldados asintieron, demasiado aliviados por no tener que subir. Se quedaron allí, bajo la sombra de la torre, como figuras de piedra. Lucas extendió un brazo para detener a A

