+ALEXEI+ Estoy que reviento. Literalmente. La he despedido, sí, la he despedido. La mandé al demonio con una frialdad que ni yo mismo reconozco, pero ¿qué otra cosa podía hacer? Me tenía al límite, al borde del colapso. No soporté demasiado, exploté. No pienso, no razono, no entiendo. ¿Por qué, carajo, me importó tanto verla con él? ¿Por qué, si siempre fue una simple empleada, ahora mi mente no deja de dar vueltas como si se tratara de algo más? Estoy frente a la computadora, con la pantalla en blanco. Puedo jurar que llevo una hora mirando el mismo maldito archivo sin escribir una sola línea, sin revisar nada. Mis manos tiemblan sobre el teclado, pero no es de cansancio, es de frustración, de rabia contenida, de… mierda, lo admito: de celos. Sí, celos. ¿Qué demonios me pasa? Ella es

