**NICKY** Amanda apretó los labios, su rostro, una máscara de aceptación, y aunque no lloró ni reclamó, su mirada expresó una mezcla de tristeza y resignación. Solo asintió, como si comprendiera, que, en esa decisión, también había un acto de amor, un deseo de que él pudiera tener una vida diferente, aunque ello significara dejar atrás lo que una vez fue. —No voy a interferir —dijo finalmente, con voz tranquila—. Me parece bien. Solo… no te alejes de él. Déjame tenerte cerca, te prometo que no voy a interferir en tu nueva relación. Sus palabras eran un compromiso, un recordatorio de lo que aún podía salvarse. La promesa de que, a pesar de las heridas. Ella me dejó en mi peor momento, no la juzgo por eso. La miré una vez más, esta vez con algo de ternura que no provenía de lo que había

