**ALAI** Me fui rápido. Casi sin pensar. Ni siquiera cerré bien la puerta del pasillo que daba al patio trasero; solo empujé el pomo y crucé la entrada como quien huye del humo antes de que el fuego lo alcance. El aire afuera era más denso de lo que esperaba. No por calor, sino por lo que cargaba encima. Los árboles se mecían con lentitud, arrastrando las hojas con un susurro que parecía voz propia. El viento me rozó el rostro, frío y certero. Me recordó que aún era real, aunque por dentro me sintiera deshecha. No razonaba nada. No ordenaba ideas. Todo lo que pasaba en esa casa se desbordaba en mi cabeza como un rompecabezas sin marco. Drogas, secretos, puertas que escuchan, miradas que vigilan… y Nicky, siempre Nicky, orbitando como un sol enfermo en el centro de todo. Me acerqué a la

