**ALAI** Me volví lentamente, obligándome a mantener la calma, a no mostrar el nudo que se me formaba en el estómago. —Pensé que iríamos a Italia. Él sonrió, como si mi confusión le pareciera encantadora. —Italia vendrá después. Primero, Estados Unidos. Todo es parte del plan. ¿O creías que te vestía con firmas europeas solo para mirarte desfilar en la sala? No respondí. No podía. Porque sabía que cualquier palabra mal dicha me costaría algo. Y no estaba dispuesta a pagar más. —Allá hay más oportunidades, Alai. Más gente con poder. Quiero que empieces a entender ese mundo. A adaptarte. Adaptarte. Otra vez esa maldita palabra. La repetía como si fuera una bendición, cuando en realidad era un disfraz elegante para doblegarme. Era la promesa de una transformación que no había pedi

