El comienzo. Capítulo 1

3199 Words
Nora —¡Tienes que hacerlo! —su aliento me deja sin habla —, Nora por favor— me indica mi mejor amiga Laila, pero observar simplemente con mis propios ojos es aterrador. —Es la revista... Poise.— solo terminar esa frase me revuelve el estómago. —¿Y? — pregunta mi supuesta mejor amiga, sabiendo perfectamente que eso a cualquiera lo hace papilla—, tus fotos son increíbles, y tú talento es nato—observo la portada de encima donde se encuentra hermosa, fuerte y segura Beyoncé mientras modela con un traje fino color n***o y un candelabro de diamante encima de su cabeza demostrando que aún con diamantes encima de ella, se ve más hermosa que ellos. —Dios Laila, me dan escalofríos solo pensar en que tipos de fotógrafos contratan estas personas, no estamos hablando de un periodico...esta la jodida Beyoncé ahi— dije señalando la portada con mi mano nerviosa y ansiosa. —Yo trabajo ahí desde hace cinco años— me informa mientras coloca dos tazas de café en nuestra pequeña mesa donde desayunamos —Y siempre se aburren de lo mismo, quieren nuevas ideas y nuevos talentos. Respiro hondo el calor de la taza antes llevar mis labios hasta ella. Laila y yo vivimos juntas desde hace tres años, cuando me mude a Nueva York. Deje a mis padres para indeperdisarme y viajar aquí para cumplir mi sueño de ser una fotografa exitosa y reconocida. Lastimosamente hasta ahora sólo he trabajo en periódicos y diarios web donde vendo mis fotografías por un precio miserable. —Laila, esto es demasiado para mi— dejó mi taza en la mesa para observar la portada de nuevo, los ángulos son preciosos y la pose de Beyoncé magistral—No podré estar al nivel de ellos. —¡Estas loca!—se molesta mi amiga mientras me arrebata la revista y me señala la esquina donde dice el nombre del fotógrafo—Próximamente aquí estará tu nombre. Respiro profundo y decido seguir con mi café, Laila es más resignada que yo. Cuando ella decide algo es si o si, simplemente todo lo contrario a mi. Me gustan las oportunidades, pero no exederme. Es jodidamente peligroso lanzarse a una revista millonaria mega reconocida cuando sólo haz estado en periódicos y sitios web donde joden a las celebridades... —¿Crees que les guste?—pregunto a mi amiga con mucha duda. —Claro, te apuesto que mañana mismo estaras en la empresa temprano. Quiero que Tom Davis observe tu trabajo y todo vendrá en añadidura . —¿El es el jefe de edición? —Si,—saborea un poco el café y continúa—Sabes perfectamente que el señor Spencer nunca habla con los nuevos, siempre esta con los más altos ejecutivos. A mi solo me ha pedido una vez un café, y no dijo correctamente mi nombre y eso que llevo cinco años ahi—ambas reinos fuerte mientras continuamos nuestro café matutino. —Bien lo haré, pero si no lo logró me dejaras de insistir y me deberás una fiesta, para luego ayudarme a buscar otro trabajo—apuesto y ella asiente feliz. —Y viceverza ¿ok?—asiento y amabas chocamos nuestras palmas mientras ella está alegre, yo tiemblo de miedo. Laila despues de varios minutos donde conversamos mas, se despide para irse a su trabajo mientras yo maldigo estar encerrada en este departamento sola y aburrida, mientras aún no encuentro trabajo. Decido salir vistiendo unos jeans pegados a mi cuerpo con una suéter de lana color amarillos, con mi gorro de mismo color y también de lana que hacen juego con mis ojos. Mi piel blanca hace un contraste perfecto con la nieve que cae por encima mío. Nueva York en estos momentos tiene una capa pequeña de nieve pues estamos en temporada de frío, y claro está que es porque estamos en noviembre en su mero apogeo. Respiro fuerte tomando mi chaqueta enorme color n***o y mis botines del mismo color. Pienso mucho sobre si me aceptarán en la revista me hace sudar y concentizar que tendré que dar mil de mi esfuerzo y eso ya es agobienate. Tomo mi maquillaje y comienzo a delinear mis ojos ambarinos con deliñador color n***o. Mis mejillas la ruborizo un poco y mis ojos amarillos resplandecen aún más. Al salir de mi edificio mi cabello totalmente n***o, se mueven con el viento fuerte de esta mañana. El bullicio de la gente empieza recordándome que me encuentro en la ciudad de Nueva York, donde Brooklyn esta en el centro de todo este imperio. —Buenos dias, ¿Que desea señorita?—pregunta una mesera en mi restaurante favorito, donde está algunas cuadras de mi edificio. Observo el menú y escojo waffles, con fresas y un licuado de la misma fruta. Acepto mi desayuno y entregó la cantidad de dinero con algo de propina. Observo una mesa sola en la ventana y me dispongo a sentarme en ella. Analizó las oportunidades que mi amiga me esta entregando en este momento. Colocó mi bandeja en la mesa al mismo tiempo que otra cae en ella. Enojada levantó mi vista hacia arriba y lo que me encuentro es precioso. —Disculpe señorita, es mi lugar—escaneo al hombre alto, tez blanca y ojos verdes que me hipnotizaron. Su sonrisa se hace más grande al observar como me atasque observando su belleza. Pero me obligó a salir de ese trance al ver como intenta sentarme en mi mesa, que desde ahora es mi favorita. —No, es mi lugar —mi sonrisa de victoria lo detiene de su acción, posicionó mi trasero en una de las dos sillas pequeñas que se encuentran enfrente mío. —No seamos egositas...—susurra para mi—Podemos compartir un poco—sonríe y se sienta enfrente mío. Analizó y escaneo todo de el rápidamente, sin encontrar que sea un asesino o un psicópata. —Nora Cooper—me presento mientras tomo mi tenedor y cojo un poco de waffle para llevarlo a mi boca—Si intentas algo indevido o cualquier cosa que me desagrade, te apuñalo—lo amenazó, ya que vivir entre neoyorquinos te convierte en una persona cuidadosa y agresiva. —Tom Davis—se presenta mientras toma un poco de su ensalada, mientras yo escupió mi waffle al entender quien es él. El terror inunda al comprender que es el nombre que me iba dar trabajo y lo acabo de arruinar—Y no creo que pueda apuñalarme con un tenedor—sonríe mientras yo me mantengo congelada y pálida del terror al saber que mi amiga me jodera por hacer esto. —Tom Davis... de la revista... —Poise —termina mi frase cuando observa como mi boca se estanca—El mismo, que no quieren que apuñalen—su carcajada me hace respirar inregularmente mientras el terror siguen en mi. —Disculpe señor...—intento levantarme con mi bandeja, pero la mano del hombre que tengo enfrente me detiene. —Tranquila señorita, no le haré daño—me suelto de su agarre rapidamente, lo jodi todo. —Pero yo sí, si no me suelta—no se ni por que contesto asi, pero continuó hasta la caja donde con nervios pido que me empaquen mi desayuno. Los nervios vuelven al ver como él, se encuentra en la mesa aún observandome de pies a cabeza con una sonrisa hermosa que llena mi corazón. Salgo del pequeño restaurante aún con las manos llenas de escalofríos y temblor en mis piernas. Respiro profundo y colocó bien mi chaqueta negra en mi cuerpo, me dirijo a mi edificio mientras camino entre miles de personas que se pasean al igual que yo. Vivir en Nueva York te hace comprender perfectamente que tiene que acostumbrarte a el bullicio, tráfico, llamadas por todas partes, luces en cualquier lugar y muchas personas molestas. Aún con todo el ruido y distracciones, sigo recordando al hombre que me dejó impactada con su belleza y que deslumbró con su sonrisa, aunque con miedo por saber que lo arruine. Era mi oportunidad de trabajo única y simplemente lo jodi. Al estar enfrente de mi edificio entiendo que no era mi oportunidad, tal vez no era el momento...a quien engañó, estaba negándome a mi misma esta oportunidad porque tenía mierda de no lograrlo y así fue. **** Observar como los pequeños copos de nieve caen despacio hasta desvanecerse en el suelo me hace sentir un pequeño momento de paz. Suspiro profundo tomando un copo de nieve desde mi ventana, la humanidad no entiende que en la cosas más pequeñas esta la belleza completa y más grande. Tomo mi cámara fotográfica y comienzo a analizar la posición del árbol enorme que tengo enfrente. Estoy en el piso treinta y aún así el árbol es más grande, enfoco mi lente y un copo de nieve pequeño encima de una hoja enorme, el sol se esconde lentamente detrás del árbol. —Perfecto...—me digo a mi misma, mientras tomo cientos de fotografías en una posición donde mi cuerpo está incado en la ventana. Suspiro al agacharme más y ver como el copo de nieve se aprecia más grande que el mismo árbol. Al ver como el copo se derrite concluyó la sesión y me dispongo a ir por mi laptop. Conecto mi cámara con una cable USB a mi laptop donde analizó mis fotos y concluyó con la última que más me gustó. —Nena...—escucho a Laila abrir la puerta y mi corazón se detiene, tengo que decirle la verdad, pero están poca la posibilidad de que me haigan aceptado que creo que no es necesario—Tengo que hablar contigo—asiento tomando nuestra cena, ya que siempre la que regresa de último al edificio trae la cena, avisando por mensaje claro. Pero tal vez él comentó algo de nuestro encuentro así que decido decirle algo. —Laila, puedo explicarlo... —Como podrías explicarme que mañana estas citada en la oficina—me interrumpe haciendo que mis palabras se atoren en mi garganta al escuchar tales cosas. —¡¿Que?!—pregunto asombrada y ella niega sonriente mientras toma todas las cosas para comenzar a servirlas. Laila es mi mejor amiga desde que yo vivía en Denver y ella también. Ella se mudo primero de nuestra tierra natal, donde demostró que por ser una hermosa castaña con cuerpo de infarto no significaba que era una estúpida con cuerpo hermoso. Después de tres años decidí irme con ella pues ya tengo veintitrés años y necesitaba independizarme. —Mi compañero, analizó tus fotos y les encantó. Además de que yo te ponía en un pedestal—río mientras la escucho, Laila puede llegar a ser un poco intensa, bueno bastante intensa. —Pero...¿Fue con el jefe editor?— pregunto nerviosa y asiente. Laila es la jefa supervisora de modelos en la revista, donde se encarga y sugiere de que modelos, artistas, cantantes etc, deben estar en la portada y cuáles no. —Claro, Tom es un amor—toma un poco de nuestra pasta mientras no entiendo como el no le dijo que soy la chica que lo amanezco con apuñalarlo esta mañana. —¿A que horas me citaron?—pregunto ignorando porque el no le dijo a Laila de nuestro encuentro. —Nueve de la mañana, y quiero que lleves tus mejores fotografías. —Todas mis fotografías son buenas...creo que te debo una fiesta—digo y ella asiente sonriente. Esta noche disfrutaremos mucho, ella y yo sabemos perfectamente como lo hacemos...con hombres y diversión. **** Laila y yo salimos del edificio en vestidos ajustados listas para disfrutar de la noche. Ella decidió un vestido n***o ajustado hasta arriba de las rodillas con una trenza ajustada en su cabello corto hasta abajo de sus hombros y castaño, mientras yo escoji un vestido rojo ajustado hasta muy arriba de las rodillas con mi cabello suelto color n***o y largo hasta el trasero. Bajamos del taxi al llegar a la discoteca donde Sean Paul feat. Sia se escucha por todo el sitio. Entramos enseguida saltandonos las filas gracias a que Laila y yo somos clientes conocidos. Entramos y el lugar explota con diversión, baile, risas, coqueteo, hombres y mujeres por todas partes. Tal vez en el día sea una mujer más, pero en las noches soy una leona que le encanta cazar a los mejores hombres. Por las noches cae mi maldición de ojos amarillos, donde nunca pasó desapercibida, gracias a ellos y a mi cuerpo esculpido perfectamente gracias a Diosito. Mis caderas grandes, mis pechos grandes y trasero respingon, con mis piernas largas siempre me ayudan a cazar lo que yo quiero. Desgraciadamente para ellos puedo ser la mujer perfecta de su vida, pero para mi solamente son un juguete que se puede usar y dejar cuando quiero. —¡Lista!—Laila se acomoda su sostén más para levantar un poco más sus pechos, mientras yo bajo más mi escote para demostrar que Dios hizo un gran trabajo conmigo. —Siempre. Ambas nos vamos a la barra donde pedimos martinis y varios hombres se cercan a nosotras ya que notaron nuestro terreno lujurioso. Descartó a varios rápido mientras Laila ya tiene su candidato perfecto para esta noche, analizó a los que tengo cerca mientras mi amiga decide ir a la pista de baile con su presa. Varios intentan hablarme, pero no me entretiene ninguno. Camino hacia la salida para ver si alguien de afuera me llama la atención cuando una pared enorme me golpea la frente. —Dios fíjate—algún idiota me golpeó con su inmensa espalda. —Perdón señorita, nunca le haría daño—comprendo a quien le pertenece esa voz. —Usted...—susurro y no entiendo como me escucha si la música esta altísima. Sus ojos verdes vuelve a idiotizarme y no entiendo como siempre caigo en su aura de hombre risueño y indomable—¿Que hace en un lugar asi?. —Vine a divertirme con mis amigos. —Dudo que usted venga a lugares asi—digo asombrada, ya que es un hombre muy importante en la revista, para estar en un lugar así. —Pues mire que hermosura me encontré aqui—dice coqueto y una sonrisa maliciosa aparece en mis labios, si el quiere jugar sucio yo juego puerco. La discoteca se llena de la voz de Megan Stallion, con Thot s**t y el ambiente comienzo a tornarse sensual y candente. —¿Bailamos?—pregunto tomando el papel de nerviosa y tierna lo cual lo hace suspirar observando mis pechos para luego tomar mi mano sin decir nada. Comenzamos a movernos insinuando muchas cosas entre nosotros mismo, sus brazos se tensa en mi cintura al ver como giró en mi eje hasta dejar mi trasero en su entrepierna que ese encuentra algo levantada. Deslizó mis caderas lentamente mientra siento sus respiración en mi cuello erizando mi piel al mil. Mis manos tocan sus muslos aún de espaldas de él, mientras continuamos bailando candente mente. Escucho perfectamente su corazón latir rápido y el mío retumba en mi pecho. —Eres pefecta—susurra en mi odio encima de la música mientras mi espalda se desliza por su pecho bien formado. —Gracias... —Es imposible pensar lo contrario—respiramos pesado mientras la música vuelve a tomar más fuerza. —Mencionaste que tus amigos estan aqui—le digo tratando de que mi cuerpo no demuestre lo ansíosa que está por comer este pedazo de carne, aunque me repito que mañana podría ser mi jefe y no puedo hacerlo. —Ellos están esperándome en nuestro lugar—asiento mientras nuestros dedos se entrelazan mientras movemos nuestros lentamente disfrutando de la fricción que hacen nuestros cuerpos calientes por la tensión. —Deberías ir con ellos—susurro en su oído mientras su mano derecha baja hasta mi espalda baja acercándome peligrosamente cerca de sus labios finos y rosados. —Sólo si tu vas conmigo —Porque no...—asiente suspirando fuerte para tomar mi mano y entrelazarla con la de el, como si fuera algo más que una conocida que mañana será tal vez su empleada. Subimos unas escaleras enormes hacia arriba donde entiendo es el área VIP. Muchos hombres resguardan todo el sitio de arriba, mientras falta unos escalones Tom se detiene para posicionarnos en la pared más cercana en un solo movimiento suave. Respira encima de mis labios haciendo nuestra respiraciones pesada de lo ansioso y excitados nos encontramos. —Tus labios son hermosos—su aliento se estampa en mi boca haciéndome levantar mi vista hasta sus ojos verdes preciosos. Asiento distraída observando los suyos, lo cual nos obliga a tomar del otro. Mis manos se sujetan de su espalda, mientras sus labios se encuentran en los míos perfectamente. —Quiero que sean mios...—susurra mientras su lengua se mete en mi boca haciéndome jadear de placer al sentir su lengua aterciopelada en mi garganta. Sus manos se sujetan de mi trasero que está en la pared. Lo cual acelera mi ritmo y nuestras lenguas comienzan a pelear mientras intento no gemir fuerte debido al beso. —No seas impaciente—digo suavemente mientras su lengua lengüetea mi labio inferior. —Esperaré lo que sea—asegura tomando mis caderas pegando mi frente con la de él, toma aire al igual que yo y continuamos subiendo los últimos escalones en silencio conmigo. —Por fin regresas—una voz gruesa y segura detiene mi caminar cuando impacta en mi pecho. Tom sonríe y yo busco al dueño de esa voz llena de poder y seguridad como ninguna otra. Damos cinco pasos más cuando mi vida se detiene al observar con mis propios ojos como el propietario de esa voz masculina es el mismo Lucifer. —Como puedes ver, cualquiera se hubiese tardado con esta hermosura —Tom vuelve a sonreír mientras dice esas palabras llenas de orgullo, pero mi vista se detiene al hombre que tengo enfrente. Respiro profundo analizando como esta vestido con un traje completamente n***o y con algunos botones suelto del pecho. Sus mangas están sueltas hasta los codos dándole un aire despreocupado, pero con mucho poder. Subo mi vista hasta donde se encuentra con esa mirada color gris plateado, su mandíbula perfectamente formada con una barba jodidamente perfecta color castaño oscura al igual que su cabello. —Nora Cooper—Tom me presenta mientras mi vista escanea los hermosos músculos que tiene este hombre y tanta altura que estoy segura que se acerca a los dos metros. El sonríe, pero no una sonrisa amigable sino llena de malicia, morbo y lujuria que hace mis bragas inundarse de excitación ante tal vista perfecta. Ninguno de los dos dice ni hace nada, así que Tom continúa—Demon Spencer...mi mejor amigo—asiente sin apartar su vista dominante y segura de mi cuerpo, que en este momento siento que soy una niña enfrente de un hombre lleno de poder y autoridad, la cual si me hace sentir el verdadero temor a la oscuridad que emana este hombre...
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