Alex se había casado sin planearlo ni proponérselo, había salido de la casa que compartía con Hilda esa mañana sin imaginar donde se encontraría por la tarde. Todo en su mente estaba predispuesto, hasta que su hermano Mark no llegó a trabajar esa mañana y la preocupación lo llevara a llamarlo insistentemente. La contestación a su llamada le abrió los ojos, no solo entendió que había estado viviendo una mentira con Hilda sino en que desde hacía mucho tiempo ya no sentía nada por ella, su corazón ya tenía otro destino. Se había negado a lo que sentía por los principios que le fueron enseñados y por los cuales varias veces le pidió ordenar su relación a Hilda. Pero después de que aquella preciosa rubia de nombre Elena llegará a la oficina como secretaria de Darwin, su vida había cambiado

