- No quiero que te preocupes por nada, sí, lo importante es que estamos juntos y en pocas horas serás oficialmente la señora de esta casa y la Zarina de los Zakone. Él le dio un beso en la frente e intento irse, pero ella lo detuvo. Montserrat aun no lo comprendía, pero había una parte de él que no deseaba que conociera, que deseaba a toda costa mantener oculto para ella y para sus hijos. Aunque Montserrat pertenecía a su mundo no estaba acostumbrada a ver el tipo de cosas que él solía hacer, sí, ella veía como Ozan despellejaba, pero en su casa quien lo hacia era él, no había nadie que tortura, él mismo dictaba las sentencias y las ejecutaba, así era como le gustaba. La Regina no lo dejo salir de la habitación, lo tomo por la mano eh hizo que fuese nuevamente hasta ella, gracias

