Katerina había salido huyendo en la menor de sus oportunidades, hacia varias semanas después de la muerte de su padre que no residía en Rusia, decidió irse con la mujer que la había metido en todo ese embrollo y que ahora más que nunca estaba dispuesta a ayudarla con tal de destruir de cualquier forma a la Famiglia Angelucci. La persona con la que se había aliado desde hacia más de un año y quien la había guiado hasta obtener por poco un matrimonio con Alexei, pero tanto los planes de la rusa como los de la misteriosa enemiga de los italianos se fuero por la borda cuando las mayores de la Famiglia consiguieron asegurar sus relaciones con los Capos, Montserrat con el señor de Rusia y Alexandra con Serkan. La realidad es que a esas dos mujeres las unía un fuerte odio por las italianas, en

