Las cosas estaban un poco más tranquilas con Mauridcio, había pasado una semana desde aquella cena y gracias a las actitudes y demostraciones del Capo el italiano le estaba tomando un poco más de credibilidad. Eran las 3:00 de la tarde, hacia un bello día y los señores justo a los herederos se estaban montando en el habían privado de la familia Petrova para ir por lo que les deparaba el destino. Su viaje a Rusia se había postergado en el transcurso de esa semana por muchas razones, pero ya había llegado el día en el que Dante y Alek, serian presentados ante el consejo y mostrados ante la sociedad después de la boda de sus padres. A pesar de estar en la casa de la regina, decidieron que la primera boda fuese en Rusia, no por machismo o por dar prioridades, sino porque los rusos no conocía

