Me dio la pala y encontré un árbol caído, no muy ancho. Cavé un hoyo junto a él, de unos 30 centímetros de profundidad. Busqué en mi mochila y saqué un rollo de papel higiénico.
Tommy y yo bajaremos un poco por el sendero. Pon tu trasero sobre el árbol para que tengas espacio. Haz tus necesidades, límpiate, mete todo en el agujero y cúbrelo. Todo vuelve a la naturaleza, pero no deja un mal recuerdo de nuestra estancia aquí. Trae la pala cuando vengas. Vamos, Tommy, para que tu mamá tenga un poco de privacidad.
Agarramos nuestras mochilas y recorrimos unos cincuenta metros por el sendero, dejando a Sonia sola. Unos minutos después, se unió a nosotros y me entregó la pala y el papel higiénico.
"¿Alguna pregunta sobre nuestro primer día en el bosque?" pregunté.
"¿No puedo pasar las horas
