Capítulo 1

3029 Words
Abro mis ojos y miro a mi alrededor, no conozco nada intenté moverme pero no puedo ¡por Dios que me pasó! miro todo mi cuerpo y veo que tengo cables conectados por todo lado, siento como si una aplanadora hubiera pasado por encima de mí, muevo mi cabeza de lado a lado e intento moverme, pero no puedo mi cuerpo no reacciona y mis piernas ya no me responden, me lleno de desesperación, por más que hago el intento de recordar que me pasó, no logro entender que me pasó sólo logró que me ataque un fuerte dolor de cabeza —Disculpa alguien me puede ayudar, —trato de hablar, pero mi voz no responde solo sale un suave sonido. ¡por Dios que me pudo haber pasado!, trato de esforzarme por recordar quien soy o cómo me llamó, pero mi mente está totalmente en blanco, me llena de angustia tratar de recordar quien soy, pero nada por más que doy vueltas y vueltas en mi cabeza no responde mi mente está completamente vacía y me ha abandonado… Estoy perdida el dolor y la desolación se está apoderando de mí, el no saber por estoy aquí y como llegué me llena de angustia, escucho voces que provienen del pasillo se escuchan varias voces pareciera que se dirigirán hacia donde me encuentro, cada vez escucho pasos más cerca. Sin embargo, nadie aparece. — Necesito ayuda… —Trato de hablar lo más fuerte posible, pero mi voz se ha ido, no tengo las fuerzas suficientes como para levantarme mi cuerpo está demasiado débil, sigo esperando que alguien venga y me pueda brindar ayuda, pero nada, así que termine por darme por vencida, la espera se hace eterna y mi cuerpo se siente demasiado débil que del cansancio quedó profundamente dormida. —¿A qué horas reaccionó la paciente? —Escucho una voz, intentó abrir mis ojos, al escucharla solo que estoy demasiado débil y mis ojos no tienen la fuerza suficiente para abrirlos. —Doctor Aguirre, la señorita despertó hace tres horas, y se ha vuelto a dormir. —Está vez la voz que escucho es joven y suave de una mujer. —¿Y por qué no me llamaron? les dije explícitamente que tan pronto despertara la paciente me avisaran. —La voz de aquel hombre se logra escuchar un poco irritada—. No voy a tolerar tal cosa. —Doctor Aguirre, usted no sé encontraba, y decidimos esperar a que la paciente volviera en sí, porque en realidad no sabía si eran los reflejos, así que quise esperar. Lo siento. —Soledad como que reflejos, usted acaso es principiante, aquí usted no está para que crea, debió avisar al médico de turno para que le realizarán los exámenes correspondientes y no me explico cómo no se le ocurrió avisarme. —Se escucha enojado, la está regañando. —Lo siento doctor Aguirre, no volverá a pasar, —responde aquella joven. —Claro que no va a volver a pasar un error más y la devuelvo al área de urgencias y se acaban todos los privilegios. —Sí señor, como usted diga con permiso me retiro. —Creo que estoy de nuevo sola en la habitación, escuche un golpe seco, creo que fue la puerta, trato de abrir mis ojos nuevamente hasta que lo logré, la luz del lugar me incomodaba. —¡Hasta que despiertas! —dirijo mi mirada hacia donde proviene la voz ronca que me acaba de hablar—. Lo siento no quise asustarte. —Wow, que hombre más guapo, es de tez blanca tiene un poco de barba en su rostro que lo hace ver muy sexy ¡por dios que estoy pensando! —¿Cómo te sientes? —Intento hablar, pero no puedo, me frustra eso. —Tranquila no te esfuerces, con el tiempo tu voz y tu cuerpo irán reaccionando, con las terapias que te vamos a brindar, por ahora te voy hacer unas preguntas y me vas a responder con la cabeza me entiendes. —Asiento afirmando. —Antes de empezar, me presento soy Maximiliano Aguirre y tú estás bajo mi cuidado. —Muevo mi cabeza para que sepa que Le estoy entendiendo—. Me agrada que entiendas, vamos a empezar, sabes ¿qué te pasó? —Muevo mi cabeza en negación, él toma nota en una Tablet que trae consigo—. Recuerdas tu nombre —Muevo mi cabeza nuevamente negándolo, por más que intento recordar quien soy y que me pasó no logro recordar me duele la cabeza—. Bueno, ahora vienen unas enfermeras por ti y te realizaremos unos análisis para saber cómo te encuentras, después de terminar vamos a tener una charla. —Asiento con mi cabeza. Después de que el doctor abandonó la habitación, ingresan dos enfermeras las cuales me suben a una camilla, me llevan por unos pasillos largos hasta llegar a una habitación grande, donde me ponen en otra camilla y me sacaron diferentes exámenes, después de terminar me llevan de nuevo a la habitación, todo es tan rápido y confuso. —Señorita ¿cómo se siente? —pregunta una joven enfermera ayudándome a acomodar. —Bien gracias, solo que quiero salir pronto de esto. —Después de que me realizaron los exámenes mi voz regresó un poco débil, así que ahora puedo responder con un poco de esfuerzo. —Bueno en un momento viene el doctor Aguirre a hacerle un chequeo —habla mientras termina de acomodar las cosas. —Señorita puedo preguntarle ¿por qué estoy aquí? —Me muevo incómoda, el cuerpo me duele. —Señorita eso no lo puedo responder, no por no sepa, si no es que el doctor Aguirre ha pedido hablar personalmente con usted, —Asiento con mi cabeza mientras la enfermera pone algo en el suero que hace que vuelva a dormir nuevamente. Abro mis ojos está vez no me costó tanto como la última vez, miro hacia una silla que hay en un rincón de la habitación y ahí se encuentra el doctor Aguirre concentrado, lleva puestas unas gafas que lo hacen ver tan sexi su porte tan elegante hace que suspiré ante su presencia. —Buenas tardes, hasta que despierta, —creo que está frase se está volviendo en mi frase favorita. —Buenas tardes doctor Aguirre —digo recordando su nombre. —Veo que está volviendo su voz poco a poco —asiento, aunque está un poco débil me alegra poder hablar de nuevo. —No sé si soledad le dijo que íbamos hablar un poco. —Se ubica en la silla. —Sí doctor Aguirre. —No sé pero no puedo quitar mi mirada de tan bello espécimen—. Doctor Aguirre quería preguntarle si usted me puede dar información sobre el porque me encuentro internada en este hospital. —La necesidad de saber cómo y qué me pasó se hace cada vez más grande. — A ver cómo te digo sí que te alteres, ayer despertaste después de permanecer más de un año en coma—. Abro mis ojos como platos al escuchar que estuve en cama durante un año, pero que me pudo haber pasado—. Cómo te sientes, ¿puedo seguir? —Sí doctor— respondí atónita, debo saber. —Llegaste muy mal, te habían atropellado, te encontraron a mitad de la vía que lleva a la zona de hoteles, —lo interrumpo. —Doctor que pena, pero debido a que no puedo recordar nada, no sé si tengo familiares o si alguien espera por mí. —No, durante meses esperamos que alguien viniera y preguntará por ti, pero nadie apareció se te tomaron fotos y las publicamos pero nunca nadie vino y se hizo a cargo de ti, y Los exámenes médicos que te realizaremos demostraban que era mejor desconectarte debido a la gravedad de tu accidente, pero ví una fuerza en ti y decidí hacerme cargo de tu caso, —mis lágrimas resbalan por mis mejillas, un dolor profundo se hace presente en mi pecho, el no saber quién soy y que me pudo haber pasado hace que mi corazón se llene de desesperación, siento las suaves manos limpiar las lágrimas que he derramado. —Tranquila, no te preocupes no tienes porque llorar con el tiempo irás recordando todo y yo estaré a tu lado para apoyarte, —me da una sonrisa. —Muchas gracias doctor Aguirre. —Ya deja de decirme doctor Aguirre, para ti solo soy Maximiliano, lo que veo es que te vamos a tener que poner un nombre mientras logras recordar todo lo que te sucedió. Dime qué nombre te gustaría llevar mientras recuerdas el tuyo. —La verdad no lo sé doctor Aguirre… Perdón Maximiliano. —Veo que hay una pequeña sonrisa en sus labios y se queda pensando. —Entonces tendré que ponerte uno a ver, a ver qué puedo escoger para ti. —Las expresiones de su rostro hace que muerda mi labio inferior se ve tan sexi. —Lo tengo… ¡Helena! —dice gritando de emoción. — ¿Y por qué Helena y no otro? —él acomoda sus lentes. —Sencillamente porque Helena tiene un bello significado que va de acuerdo a tu personalidad. —Yo frunzo el ceño—. No me mires así, Helena significa resplandeciente, radiante y luminosa. —No aguanto ante las ocurrencias del doctor y me echo a reír, a lo que él también le cae en gracia y ríe a grandes carcajadas. —Ay doctor no me haga reír hace que me duela el estómago —le digo mientras llevo mis manos a mi abdomen que ha empezado a doler por las risas que ha provocado Maximiliano en mí. —Perdóname Helena, pero es lo único que se me vino a la cabeza, sólo tienes que acostumbrarte a llevar ese nombre, mientras recuerdas el tuyo —Respondo con un ok. —No sé si logre acostumbrarme doctor —le digo tímida. —Lo harás eres una mujer muy fuerte, me lo has demostrado durante este año, nunca te rendiste y es por eso que hoy estás de nuevo devuelta a la vida, sólo quiero que seas fuerte ante todo lo que se viene porque no va ser fácil para ti no saber quién eres y de dónde vienes. —Mis lágrimas amenazan con salir, pero las palabras de Maximiliano hacen que sea fuerte, tengo que ser fuerte. —Gracias doctor, perdón Maximiliano, —sonreímos al ver mi pequeña equivocación. Duramos hablando aproximadamente una hora más, sus ocurrencias me hacen reír no sé, pero no creo haber reído tanto antes de perder mi memoria o al menos así lo siento. Ya han pasado dos semanas desde que desperté ya estoy un poco más de mejor las terapias me han ayudado demasiado estoy aprendiendo a caminar nuevamente, aunque en un comienzo me negué y no quería intentarlo, Maximiliano logró convencerme, él siempre logra que lo Intente de nuevo, él ha sido un gran apoyo para mi recuperación, todas las tardes siempre viene y me hace la visita hasta que llega la noche, la verdad no quisiera que se fuera, quisiera que estuviera a mi lado toda la noche, pero él debe tener esposa e hijos un hombre tan guapo no debe estar solo, Suspiro la verdad Maximiliano despierta en mí sentimientos que no logro entender, pero no debo hacerme ilusiones y mucho menos con lo que me acabo de enterar: Maximiliano es el dueño y director del hospital donde me encuentro internada, así que no tengo posibilidades con él y mucho menos sin saber quién soy y donde pertenezco, todavía no sé si tengo padres o hermanos y porque no tal vez tenga novio o esté comprometida. Aunque si todo lo que me imagino fuera verdad porque no me han buscado acaso me dieron por muerta, pero tengo que hacer lo posible para que mi mente vuelva a mí. Las semanas siguen pasando y yo cada vez me encuentro en mejores condiciones ya puedo caminar sin ayuda de caminador y digamos que he vuelto aprender a leer bueno, ya se pero hay cosas que no logro recordar y Maximiliano y soledad siempre han estado al pendiente para cualquier aclaración, a veces me da pena abusar tanto de su generosidad, pero ellos siempre alegan que es el deber de ellos y que están para ayudarme cosa que agradezco mucho porque sin ellos no sé que sería de mí. Maximiliano me ha dicho que en dos semanas me dará de alta y eso me llena de nerviosismo pues en realidad no sé qué voy a hacer con mi vida, no tengo a donde ir no tengo un trabajo y solo se que Maximiliano me puso Helena y así me dicen todas las enfermeras, en un comienzo me sentía incómoda pero ya logre acostumbrarme a llevar ese nombre, la verdad Maximiliano ha hecho tanto por mí que no sé como voy a pagar. Hoy por fin me dan de alta, estoy angustiada no sé que voy ser con mi vida, no tengo a donde ir qué voy a hacer, si tan solo recordará algo una pista o cualquier cosa, pero no podré sin ayuda como quisiera tener a alguien a mi lado, saber si tengo padres y si me estarán buscando, bueno por ahora será concentrarme en salir de aquí caminar y ver si puedo conseguir aunque sea un trabajo, hoy hablé con una de las enfermeras para ver si era posible trabajar como aseadora pero no me supo dar información que más da, soledad la enfermera que ha estado a mi cargo desde que desperté me ha traído algo de ropa y unos papeles que traía conmigo el día del accidente pero no significan nada no tiene dirección ni nombre, en fin no creo que me sirvan de nada, así que los arrugó y los botó a la basura, tomó lo poco que me acompaña que es un bolígrafo y un anillo, claro este anillo tal vez cueste algo será buscar donde poder venderlo se ve que es muy costoso, me visto y salgo de la habitación camino por los largos pasillos pensar que los he recorrido durante tres largos meses los voy a extrañar en especial a don Juan el abuelo con que hablaba todos los días conmigo siempre iba en su silla de ruedas a mi habitación y de vez en cuando me retaba a carreras lo cual aceptaba gustosa siempre me gano nunca fui buena con eso de las sillas, antes de irme decido ir a despedirme. —¿Puedo pasar? —preguntó no quiero interrumpir, hace tres días le empezaron hacer quimioterapia pues el sufre de cáncer de huesos y la mayoría de veces mantiene más internado en el hospital que en su propia casa. —Pasa mi niña linda, sabes que siempre eres bienvenida. —Como lo voy a extrañar se me cristalizan los ojos al verlo, está un poco maltratado por la quimio, tiene el oxígeno conectado siempre queda muy débil después de cada sección. —Señor Juan vengo a despedirme ya me dieron salida. —Él arruga las cejas. —¿Y a dónde vas a ir? si no tienes idea mi niña. —Las palabras del señor Juan hace que me sienta sola. — Voy a vender este anillo —le digo mostrando el anillo que llevaba consigo el día del accidente. —Y cuanto crees que te puedan dar, sabes que si fuera por mí te llevaría a mi casa, pero bien sabes que mi nieto no lo permite. —El señor Juan está a cargo de su único nieto, pues el hijo del señor murió hace ya varios años y desde entonces está a cargo de su nieto. El cual trabaja por pagarle este hospital él me ha comentado que su nieto es un amor, pero llevar a una persona desconocida a su hogar él nunca lo permitiría. —No se preocupe señor Juan yo me las arreglo, pero eso sí vendré a visitarlo, ni crea que se va a liberar de mi eh. —Acércate niña linda. —Me acerco hasta su cama, él estira sus brazos y me da un cálido abrazo, lo voy a extrañar, le doy un beso en sus mejillas y salgo de la habitación. Me despido de la mayoría, sigo caminando hasta encontrar el consultorio de Maximiliano quiero despedirme de él, más que mi médico fue un amigo pero que estoy haciendo mejor me voy no quiero que se dé de cuenta que estuve aquí, prefiero irme a tener que ver a Maximiliano, no es que esté huyendo sólo que me dolerá no volverlo a ver, él se convirtió en alguien muy importante en mi vida no sólo me brindó su apoyo si no también su amistad y la verdad no sé como corresponder, me duele ver que he empezado a sentir cosas por él, y son sentimientos que no puedo permitirme, él debe estar casado y con hijos y yo no puedo aspirar a su amor es por eso que prefiero irme sin despedirme sólo guardaré conmigo todo los bellos momentos que pase a su lado mientras fui su paciente. Salgo del hospital y siento una nostalgia en mi pecho, ahí se queda todo lo que conozco se queda una parte de mi adiós Maximiliano. Salgo por las frías calles sin rumbo alguno, que será de mí, si tan solo alguien me conociera, pero sé que nadie va a parecer así que no me queda de otra que caminar hasta donde mis pies me lleven, camino despacio en fin ni tengo a donde ir voy mirando directo al suelo mi mente está dispersa y un sonido me saca de mis pensamientos, me hago aún lado para que pueda pasar pero sigue pitando, «pero qué le pasa acaso no le alcanza la vía?, me corro más pero sigue de necio y sigue pitando acaso está loco o se le dañó la bocina, como el conductor loco sigue pitando y por lo visto no vio que me he movido decido seguir con mi camino, pero el conductor loco atraviesa su carro quedando al frente de mí.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD