2. Un Cliente Difícil

823 Words
[JULIETA]   Si no fuera porque mi ascenso dependiera de que tan bien trate a este empresario, hubiera salido corriendo ante su manera tan prepotente de ser. No me siento orgullosa de haberle mentido cuando dije que me echarían si no hacia este trabajo, pero dudo que hubiera aceptado mis servicios de no ser así. Miro por la ventana de esta elegante limusina y la oscuridad de la noche hace que su reflejo sea lo primero que vea, es tal y como me lo describieron…alto, extremadamente elegante, pero frio y a pesar de lo bien parecido que es, me parece insoportable. Ni sus ojos miel, ni su cabello perfectamente peinado, ni esa leve barba que lo hace ver tan masculino, hace que me caiga un poco mejor. «Escort… me confundió con una escort, aun no me lo creo…» pienso y me doy cuenta que la limusina ya está entrando al área de valet del hotel Mandarín Oriental, sin dudas uno de los mejores de Las Vegas. —Iré por la llave de su suite, si quiere puedo encontrarlo allí, es en el piso 47. — Charly, el chico del valet abre la puerta de la limusina y al verme me sonríe. —Juliet, bienvenida. — me dice amablemente. —Gracias Charly, ayuda al señor Montenegro mientras busco la llave de su suite y encárgate de que su equipaje llegue lo antes posible. — le pido y le toco el hombro. —Por supuesto. — responde amablemente y sin más rodeos, entro al hotel. Afortunadamente, todos los que están de turno trabajando esta noche son conocidos míos y hacer el check-in para el señor Montenegro y obtener la tarjeta magnética no me toma más de 10 minutos.  —¡Gracias Andrés! — le agradezco cuando me da todo el sobre de bienvenida que incluye la llave.   Rápidamente voy hacia los ascensores y el ruido de mis tacones retumba en el suelo de mármol y admito que no caerme es todo un logro ya que los tacones y el mármol juntos pueden ser bastante traicioneros. La puerta del ascensor tres se abre y rápidamente entro mientras que el resto de los huéspedes suben a los otros ascensores que llegan al mismo tiempo, solo espero llegar antes que él, no quiero darle ninguna oportunidad para que se enoje conmigo y decida dejar de prescindir de mis servicios. «Es él ultimo cliente… solo concéntrate en eso.» me repito mientras veo los números incrementando en la pequeña pantalla que hay en el ascensor hasta que finalmente aparece el número 47 y las puertas se abren. Recorro el largo pasillo hasta llegar al final y allí está la puerta número 4715, la cual corresponde a la “Mandarin Suite”, la más costosa del hotel y la cuenta con dos dormitorios, un estudio, gimnasio propio y una bañera gigante.  Abro, trabo la puerta para que no vuelva a cerrarse y espero pacientemente a que el señor Montenegro llegue. Son pocos los minutos que pasan cuando lo veo caminando hacia la suite mientras que se desabrocha las mangas de su camisa y las remanga —muy eficiente. — dice al llegar frente a mí. Sonrió de la mejor manera que puedo y asiento —aquí está su llave y todas las extensiones de teléfono principales del hotel, pero para cualquier cosa, solo llame a este número y yo me encargare de todo. — digo entregándole mi tarjeta de presentación y él la mira con detenimiento. —¿Español, Inglés, Francés, Alemán e Italiano? ¿Esos son los idiomas que hablas? — me pregunta al ver esto escrito. —Así es señor Montenegro, si necesita que haga algún tramite o llamada en cualquiera de esos idiomas, también puede pedírmelo. — informo. Él hace un gesto algo extraño y me mira —sorprendente, no sé qué haces trabajando aquí. — comenta y yo tan solo lo miro. —La gente no siempre puede trabajar de lo que sueña, pero tampoco me quejo de este trabajo. — explico y me sonríe levemente. —¿Te pagan por comisión de lo que yo gaste y pierda en el casino? — cuestiona de la nada. —Es una parte de mi sueldo también…— respondo si dudar y sonríe. —Entonces ganaras mucho dinero en estos días. — rebate y me guiña un ojo —mañana a las 8am aquí, ¿de acuerdo? — sentencia y solo asiento. —Mañana a las 8am. — repito y escucho un ruido, al darme la vuelta, me doy cuenta que es el botones con su equipaje —Ahí está su equipaje, si no necesita nada mas de mi por hoy, lo dejare que descanse. — indico. —¿En que habitación te quedaras? — pregunta de la nada. —En la suite 4710, no es tan lujosa como esta, pero al menos esta cerca como usted desea. — respondo y hace un gesto de aceptación. —Perfecto, hasta mañana entonces. — me dice. —Hasta mañana, que descanse. — respondo y sin más me doy la vuelta para ir hacia mi suite. «Primera prueba superada» pienso mientras camino por el pasillo y solo espero que esto mejore con los días. 
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