(Jon narración) Ninguno de los soldados de las tropas de Asídemes hablaba otra lengua más que la natal por lo que Nigromante y yo tuvimos que poner en práctica una lengua y conocimientos que no utilizábamos desde hacía mucho tiempo, nos llevó un poco de trabajo recordar el acento y la entonación. Desde hacía ya un rato que mantenía cierta cercanía con Asídemes. Trataba de evadir lo que sentía, pero en momentos no podía evitar ciertos gestos, me mordía los labios, tragaba saliva, me sobaba la cabeza, en varias ocasiones tuve que reprimir algunas sonrisas apretando los labios sin obviar una mirada profunda de la Princesa de Oriente Medio al verme reaccionar así de vez en cuando. Pasó un largo rato en el que traté de resistir la situación, en cuanto se me hizo menos tolerable, tuve que e

