Lo triste que es avanzar.

1477 Words
Abigail Cáceres. (pasado) Así las personas le ayudaron a Nora y a su hijo, que lloraba muy fuerte y desesperado, lamentablemente Abigail se había soltado de la mano de su hermano mayor. Aunque habían llegado los policías, buscaron y solo encontraron a los sospechosos, los arrestaron a esos dos hombres, lamentablemente no la tenían ni secuestrada a su niña, solo eran ladrones. Y todo eso a Nora le dió un colapso emocional que se desmayo, Sergio no se separó de su madre, hasta llegar Ernesto y la cuidó, ¿Qué le pasó a Abigail?, no la encontraron, era como si la tierra se la hubiera tragado. Además todo aquello había pasado a Sergio un niño de 6 años, que estaba asustado por la situación que está viviendo su madre y a transcurso de sus años siempre se sintió mal. Enfermera, —Vamos a llevarla, ven niño aqui, la vamos atender— Sergio, —Si vamos— Así había llegado su padre, lo abrazo muy fuerte, lamentablemente Nora, estaba con una crisis nerviosa, que demoró tres meses así, la familia de ella y tanto de Ernesto también estaban preocupados. Sin saber de Abigail, y peor Nora aún no se recupera, todos estaban unidos para encontrar a la bebé, pero jamás apareció, era como si la tierra se hubiera tragado a una niña de 3 años. Tiempo actual. Todas las noches al llegar el día siempre un joven de 17 años tiene pesadilla de una pequeña niña. Aquel muchacho de apenas 17 años tiene aquella pesadilla siempre que lo ha marcado de por vida. Chico, —Hermana, ven aquí, ¡Por favor!, Abigail, ¿Dónde estás?— —Mamá, mamá yo no quise soltarla, ella se soltó—(llora) —¡No!, hermana, ¿Dónde estás?, por favor vuelve—(abre sus ojos) En ese instante entra una mujer anciana que ayuda al joven a sentarse en la cama, está sudando que lo seca con un pañuelo. La mujer lo seca como un pequeño niño, a joven Sergio Cáceres Prado. Nana, —Joven Sergio, otra vez tuvo la misma pesadilla— Sergio, —Si, nana, ya han pasado muchos años, que no sabemos de Abigail—(está sentado en la cama) Nana, —Sus padres están haciendo lo posible de encontrar a su hija y hermana— Sergio, —No, debí haberla soltado de sus manos, Abigail estuviera aqui en casa—(llora) Nana, —Joven, solo era un niño pequeño y estaba asustado— Sergio, —Si, pero ella era también mi felicidad y los dos éramos muy felices—(triste) Nana, —Joven, sus padres jamás lo han abandonado, y tampoco lo ha reprochado— Sergio, —En fondo siento que si— Hasta que entra a su cuarto de su hijo, Ernesto Cáceres, padre de Sergio y Abigail, nunca lo reprochó por esto, ni Nora lo hizo. Ernesto, —¡Hijo!, nadie te culpo, de esto— Nana, —Buenos días señor Cáceres— Ernesto, —Buenos días Olga, vaya a la cocina y dígale a la cocinera que la señora quiere una dieta balanceada— Nana, —Esta bien, señor ahora mismo ire—(sale del cuarto) En ese instante Nana sale del cuarto de joven Sergio, lastima que el mayordomo había fallecido, y Nana Olga lo suplantó. Ernesto, —Campeón, sabes bien que yo jamás y mamá jamás nos quejamos— Sergio, —Pero me descuide— Ernesto, —(lo abraza) Entiendo bien que es ser el mayor, y ser el mejor en todo— —Tú y Abigail solo eran unos niños pequeños, los únicos culpables somos yo y mamá— Sergio, —¡No!, papá es que— En la puerta antes de ir a la cocina, Nana Olga encontró a la señora por el pasillo de los cuartos. Nora, —Hola Olga, mi niño tuvo una pesadilla otra vez— Nana, —Si, buenos dias señora, ahora el señor Ernesto está con él—(en el pasillo) Nora, —Seguro piensa que lo odio— Nana, —¡No, señora!, sabe bien que hizo lo posible de cuidar a su hermana— Nora, —Si, lo sé, (afligida), debí haber llamado a la policía, así mi niña estaría aquí— Nana, —No se sienta mal, ya aparece y volverá las alegrias y el amor, bueno me ire a la cocina— Nora, —Vaya y gracias por todo— Así Nora no ingreso al cuarto de su hijo, no tenía el valor de abrazarlo, ella también se siente culpable. Ernesto, —Hijo, tiene que perdonarte— Sergio, —¿Cómo lo hago?— Ernesto, —Solo eras un niño pequeño y ahora mírate ya eres un joven y la vamos a encontrar a ella y a ti— Sergio, —¡Papá!, yo la quería tanto a mi hermana, no debí—(llora) Ernesto abrazo y calmo a su hijo, no lo culpan sino que aveces las cosas pasa así, y tenía que afrontar y agarrar mucho valor a seguir. Sergio, —Puede dejarme solo— Ernesto, —No hijo, aquí estaré contigo hasta el final de la vida— —Me está llegando un mensaje, tendré que bajar al despacho, pero igual te espero aqui— El padre se levanta de la orilla de la cama y da algunos pasos, que Sergio se destapa la sabanas para abrazar a su padre mientras llora como un pequeño bebé, aunque en el fondo de los dos se está muriendo por ver a Abigail. Todo eso fue visto por Nora, que había vuelto por su hijo, y la causo tanta herida de no saber de su pequeña luz de alegría. En la cocina, la Nana cocino su platillo favorito de Sergio, mientras la cocinera hacia la dieta balanceada de la señora Nora. Mujer, —Pobre niño Sergio, esta casa antes estaba llena de risas y amor— Nana, —Si, la niña Abigail era luz para sus padres, sea como sea era amor— Mujer, —Ya está lista, llévalos a la mesa— Nana, —Tati muchas gracias por ayudarme— Tatiana, —Como no hacerlo, tu y Brian me ayudaron a encontrar este trabajo antes que la niña— Nana, —Si antes, que también Brian muriera también espero que apareciera la bebé—(triste) Tatiana, —Si, le dió tanta tristeza de ver a los padres y al joven triste— Nana, —Hare las cosas, para el desayuno y después cocinamos para el almuerzo— Tatiana, —Si, amiga y te ayudo ahora— Cuando el señor Ernesto bajo con Sergio, se dirigió al despacho, son documentos de los negocios del extranjero donde está su hermano Efrain Cáceres con su familia. Antes de irse a desayunar, atrás en unos segundos bajo Nora también para desayunar, miró que aún su esposo está en el despacho y su hijo en el balcón. Nora, —(se acercó) Buenos días hijo— Sergio, —(volteó) Buenos días mamá, ¿Cómo has amanecido?— Nora, —Bien, no te preocupes, y tu mi vida— Sergio, —(sonrisa tímida) Bien mamá, vamos al comedor— Nora, —Si vamos— Ernesto, —(salió del despacho) ¡No!, me espera— Nora, —Como que no, amor vamos— Cada uno se sentó en su sitio, solo un lugar estaba vacío en la mesa, asi fue que desayunaron, sin hablar los tres, Sergio miró su plato aunque probó poco, hasta que se acercó Nana para hablar que tiene una llamada al señor Cáceres. Nana, —Disculpe señor Cáceres, tiene una llamada en el despacho— Ernesto, —Ahora iré, ¿Quién me llama?— Nana, —Señor, es el investigador que contrato para hallar a su hija— Nora, —Amor, anda por favor— Ernesto, —Si, gracias Olga—(se levanta de la mesa y se va) Sergio, —Ojala sea mi hermana— Nora, —Presiento que la vamos a hallar— Y así Ernesto fue a contestar la llamada del paradero de su hija pequeña que ya seguro tiene 14 años de edad. Investigador, —Hola señor Cáceres—(llamada) Ernesto, —Hola señor Juárez, dame una buena noticia— Investigador, —Hemos estado averiguando y justo en la ciudad donde vive tambien, hay un orfanato, ¿Dónde podría estar su hija?— —Tambien justo hay otro orfanato fuera de la provincia donde se perdió Abigail— Ernesto, —Gracias Luis, espero encontrar a mi niña, primero iré a este orfanato que está en la ciudad— —Y después iré a la provincia, y muchas gracias, Juárez estará depositando tu salario en tu cuenta bancaria— Juárez, —Gracias a usted por confiar en mi— Ernesto, —Claro, cuidese mucho—(en la llamada) Juárez, —Igualmente y gracias— Ernesto, —«Gracias»—(cuelga la llamada)
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