Enith no podía creer la propuesta que el hombre le estaba proponiendo en ese momento ¿cómo podía existir un hombre tan descarado como lo era Aquiles? Era el lobo disfrazado de oveja y realmente quería ver el mundo de Elio arder, la muchacha sabía de alguna manera que sería utilizada con el fin de darle un golpe bajo a su esposo, tenía que ser aún más cautelosa con lo que tenía que decir a continuación.
— Wow, Aquiles, me has dejado sin palabras, en verdad estoy impactada porque no esperé una propuesta de trabajo de tu parte, en una situación tan desesperada en la que me encuentro, definitivamente es un milagro —mintió Enith con una ingenuidad tan bien actuada, que podría ganar el oscar del año si se lo proponía.
— Entonces ¿qué dices? ¿aceptas? —Aquiles la escudriñó através de sus cejas
