Elio y Enith se incorporaron de la camilla en donde estaban relajados, sin hacer caso a la música relajante de fondo, o la mascarilla que traían puesta en el rostro, la muchacha fue la primera en intentar gritar en susurros fallidos, al entender que estaban en un spa y la gente iba a relajarse.
— ¡Me siento una completa idiota, por haber caído en un juego tan barato de telenovela de los noventas! —dijo Enith furiosa plantándose sobre el suelo.
— ¡Y a mí deberían darme el premio al imbécil del año, por haber esperado más de lo que debía en la playa escuchando las idioteces de Aquiles! —Dijo Elio enfurecido, golpeando con fuerza la cama de masaje.
El personal del spa se apresuró a entrar a la cabina de masaje al escuchar los gritos de Elio y Enith, quienes los encontraron golpeando el ai
