Desagrado.
A Evan le daba igual aquella palabra, de hecho, le gustaba la sinceridad de la gente, así podía evitar tratar con ella si decía que él también le desagrada, no tenía que haber doble moral entre ellos y le gustaba que Abigail denotara su sentir para no tener que fingir se agradable con ella.
La agente de bienes raíces resultó ser una dama de edad avanzada, la señora Peters, tenía un corte de cabello demasiado corto y usaba una falda de tubo color negra. En sus manos portaba una libreta de notas y amablemente les esperó afuera del edificio Vaughan Place.
—¿No puede ser otro? —preguntó la chica al mirar el lujoso del enorme edificio que tenía delante, sus palabras habían salido casi en forma de susurro pues la señora Peters los conducía al ascensor. Era conocido por todo Washing
