El alcohol nunca ha provocado nuevos deseos, simplemente desinhibe las barreras que se interponen entre ellos y su cumplimiento. El alcohol en ocasiones relucé los deseos, salvo que se manipule la situación para obtener ventaja sobre ello. Evan estaba despierto por el licor que había bebido, pero estando incluso sin una sola gota de él en la sangre deseo con ansias devorar los labios de aquella chica con la que se supone no debía tener ningun roce fisico. ¿Cómo podía contener algo que deseaba con tanta intensidad desde que la vió con ese vestido? Sus labios tiernos e inocentes se convirtieron en una droga que le encendió la sangre y le incitó a buscar obtener lo que deseaba. El vestido de Abby estaba mojado, con todo ese peso sobre el regazo del americano a quien no parecía importarle e