- Cariño, es hora de levantarse -la típica rutina mañanera, él castaño se dio la vuelta con más pereza aún -. Vas a llegar tarde al instituto, vamos arriba.
- Mamá, por favor -su voz salio ronca por utilizar de esta después de horas -. ¿Sabes? Me siento enfermo, debería quedarme en casa no estoy en condiciones para ir, en definitiva.... nop.
La pelirroja soltó una gran carcajada mientras agarraba a su perezoso hijo de los pies -. Con que enfermo ¿eh? -con sus manos en los tobillos del muchacho halo fuertemente haciendo que un golpe en seco se diera su pequeño y amado hijo.
- Dime que no lo hiciste de nuevo -su marido apareció por el umbral de la puerta con una gran sonrisa.
- ¿Sabes? Ya no me siento enfermo -se sentó viendo a sus padres los cuales sólo se retorcieron de la risa por la manera graciosa en la que su retoño fruncia las cejas .
Los tacones sonaron fuertemente sobre la loza las puertas del comedor se abrieron las empleadas que yacían ahi preparando el desayuno voltearon a ver a la rubia que asomaba su presencia con una sonrisa socarrona.
- ¿Han visto un fantasma? -preguntó de mala gana, las empleadas se quedaron inmóviles mirándose entre si sin saber que decir -. Pónganse a trabajar -ordenó.
Sólo un asentimiento de cabezas obtuvo en respuesta volviendo a sus labores se sentó en la silla principal del comedor sintiéndose dueña y señora de aquella mansión.
- ¿Qué se supone que haces? -oh si, la invitada de lujo se puso nerviosa ante la verdadera dueña y señora de aquella mansión.
Su cabello castaño estaba recogido en una coleta aun llevaba puesta su pijama púrpura y su antifaz para dormir cubría su frente.
- Ocupo mi lugar -intento sonar tranquila en su respuesta.
- ¿Tu lugar? -se sentó en una de las sillas derechas reflejando paz y tranquilidad aunque por dentro era un mar de ira.
- Si, como escuchaste niña, mi lugar -mantuvieron contacto visual por mucho tiempo la tensión sintiéndose claramente en el aire después de largos minutos la menor soltó una carcajada sin gracia una seca llena de burla.
- Tu lugar -repitió con una voz lenta y calmada -. Dejame explicarte bien como son las cosas, tú pequeña y descarada callejera no eres nada más que una de las tantas con las que mi papá se revuelca así que te pediré que levantes tu terrible y deforme trasero de la costosa silla en la que estas sentada y saques tu horrenda presencia de mi mansión.
La rubia estaba atónita una niña la habia humillado como jamas en su vida lo habían hecho la miro con rabia queriendo matar a la niña frente a ella con esa mirada de fuego que le estaba lanzando a la castaña que solo sonreia sin gracia en la cara.
- ¡Uff! ¿Que es lo que se siente en el aire? -su amado padre entró a escena frunciendo el ceño cuando vio aquella rubia en el lugar de su ex - esposa y madre de su primogénita -. ¿Qué es lo que haces aún aquí? Te dije que te fueras ¿no fui claro?.
- ¿Estás bromeando, verdad? -preguntó con total confusión se sentía en un programa de bromas la vergüenza y la ira comenzaba a invadir su ser.
- Te voy a pedir que saques tu basura -la castaña le dio una mirada furiosa a su padre pasando por su lado saliendo del comedor.
Enojada se encaminó a su habitación ¿acaso su padre seguiría con esa vida por más tiempo? Se rehusaba a pensar en ser parte de la desastrosa vida que su padre queria llevar desde hace tres meses ¿tendría que hablar con él sobre como se sentía por las decisiones que él estaba tomando? Si, pero ¿la escucharía? ¿él podría entenderla? De eso no estaba segura ese era su miedo, que no la escuchará, ella queria ser escuchada. Queria volver tiempo atrás específicamente seis años atrás donde todo habia comenzado.
Frustrada se lanzó a su gran cama sabia que tendría que arreglarse para ir a su insufrible cárcel donde tenía todo lo que la había llenado en estos años, sus mejillas estaban húmedas por las lágrimas que había empezado a derramar se sentía sola se sentia vacía incomprendida ¿porque nadie la entendía? ¿donde se había ido el cariño que le brindaban? ¿en que momento empezo a sentirse tan vacía? ¿en que momento se encontró sola? ¿en donde estaban las personas que decían que la querían? ¿donde? ¿en donde estaban cuando ella se sentía sola? Porque ella se sentía sola y vacía y no sólo se sentía, ella lo estaba, sabia que lo estaba no lo negaría, cada vez con el pasar de los días semanas años se encontraba más y más sola; no tenia un amor maternal mucho menos paternal ¿que esperaría entonces de los demás? ¿Porque esperar por algo que jamas va a llegar? Ya se estaba empezando a dar cuenta que de nada valía esperar por algo habia quedado claro ella estaba sola, completamente sola.
- ¿Cuál es la idea? -habló mientras acomodaba sus lentes -. Aún tenemos cuatro meses para pensar bien el proyecto.
- ¿Jefe periodístico? -bromeó su mejor amigo.
- En estos días podremos elegir con sabiduría -les sonrió ampliamente a todos en esa junta -. No volveremos a perder contra esos nerds de nuevo, no esté año.
- Taylor, nosotros también somos catalogados como nerds -dijo un pelinaranja, el castaño solo rodó los ojos.
- No importa, pero este año no perderemos.
Se podía decir que ganar aquella competencia de periodismo había sido su sueño frustrado desde que había entrado al club de periodismo y aún más se frustró cuando hace un año adquirió el rol de presidencia pero la frustración aumento mucho más cuando nuevamente la competencia se volvió otra vez un tema de conversación sobre todo este siendo su último año. Es un buen alumno con buena conducta jamás había tenido problemas él no conocía de llamadas a sus padres por empezar o seguir una pelea no conocía de fugas escolares no conocía de llamadas de atención por ser un grosero con los profesores al contrario él solo conocía llamados por buena conducta ser el orgullo de sus padres ser un ejemplo de alumno destacar siempre en clases e incluso en las actividades extracurriculares, entonces si lo llamaban nerd ¿debia importarle? Si quizas, pero a él no le daba demasiada importancia ¿porque lo haría? Si mientras de él se burlaban humillaban hasta se reían sus logros eran más y más, así que unos cuantos golpes e insultos no lo harían decaer.
- Niños -canturreo su profesor entrando a él salón de juntas periodísticas y área donde trabajaban con libertad en su periódico escolar.
- Profesor Michael -saludaron contentos todos al unisono.
- ¿Vieron que están todos locos por la fiestecita de despedida? -se sentó siendo observado por todos -. Ya están pensando en sus parejas para el baile los vestidos que usarán los preparativos del lugar... Uff esa gente está como loca.
Uno de los presentes soltó una risa leve -. Si supieran la verdad tras esos bailes estúpidos y los tontos populares compitiendo por los estúpidos reinados.
- Eso es -susurró el presidente.
- ¿Qué cosa? -preguntó su profesor interesado.
- Podríamos tener una nota periodística sobre los reinados y los bailes lo que hay detrás de esto -comentó teniendo la atención de todos -. Podríamos esperar a saber los nombres de las personas que participarán escogeremos una y detallaremos todo lo que viven mientras dura ese concurso, y con eso ganamos nuestra competencia.
- Si es buena idea -comentó su profesor -. Solo conocen lo bonito y rosa de ganar pero no lo que hay detrás todo el estrés y nada que decir del sentimiento cuando pierdes, me gusta tu idea Sosa.
Sonrió se sentía contento estaba seguro que esta vez si ganaría solo tenía que encontrar su víctima y empezar a trabajar en el proyecto pero ahora ¿Quien sería esa persona? Él no conocía a muchas personas más que no sean de su círculo social el mantenerte en entre las sombras podría evitarte cualquier problema lo que hacía desconocer el exterior.
- Taylor -dijo su mejor amigo.
- ¿Si? -lo miró.
- No tu, idiota -bufó -. Hablo de Taylor Rahab.
Frunció el ceño confundido ¿Quién era esa tal Taylor Rahab? Que de paso llevaba su nombre que rara y curiosa era la vida dos personas que jamás se habian visto llevaban el mismo nombre, decidió que en definitiva tendría que hacer más vida social -. ¿Sabes quien es Taylor Rahab, verdad? -le preguntó el pelirosa que tenia por mejor amigo.
- Bueno George yo paso ocupado -se excusó.
¡Oh, si! Taylor Rahab la linda castaña estaba totalmente aburrida por la clase en la que estaba se veia al espejo no había nada más lindo que su belleza.
Vicent Nadil
¡Estás muy linda hoy!
Giró para ver como su novio le guiñaba el ojo coqueto le dio una sonrisa de boca cerrada si la emocionó pero no como una persona verdaderamente enamorada.
No es novedad, no te sorprendas cariño.
Tú estás muy lindo hoy
Vincent Nadil
Bueno ¿saldremos hoy?
Quizás, hoy anunciarán las nominaciones
Vicent Nadil
Cierto, lo había olvidado
De seguro tu vas a salir nominada y ganarás
Gracias por el apoyo
- Si, hoy elegiremos -escuchó una voz masculina mientras caminaba prestando más atención a su celular que a cualquier otra cosa caminaba por los pasillos como si nada pero con sus amigas a lado obvio no chocaria.
- Bien Taylor, te ayudaré -ahí fue que alzó la mirada viendo a todos lados cuando giró solo vio a un chico alto con un gorro gris ocultando su cabello castaño acompañado de una chica rubia con onda hippie.
- Que mal gusto para vestir -susurró volviendo a escribir un mensaje para su novio acordando una salida juntos, lo que tenia que hacer para no perder la popularidad de verdad que era cansado intentar ser algo con lo que no te sentías a gusto.
Dos mundos dos vidas completamente distintas ¿qué pasará si se juntan sus caminos? ¿qué cambiará? ¿quién cambiará a quién?.