—No vuelvas a ponerme la mano encima o te mataré— digo furiosa mirando a Jake.
—Mientras tu padre me deje divertirme contigo haré lo que se me antoje cariño— dice él burlonamente y se acerca de nuevo, pegando su cuerpo a mi lo que hace que me entren náuseas.
Clava sus dedos en mis caderas y me besa forzadamente. Yo intento separarme pero es imposible. Miro a mi alrededor, no hay nada con lo que pueda defenderme a mi alcance. Veo un cuchillo de caza enganchado en su cinturón y como puedo lo saco. Lo clavo en su pierna y cuando se agacha por el dolor aprovecho para correr.
—Hija de puta voy a matarte cuando te pille— grita tirado en el suelo mirando su herida.
—Primero tendrás que pillarme— digo corriendo y bajo las escaleras, cuando llego a la entrada de la casa salgo sin mirar atrás y me subo rápidamente en mi moto.
Arranco el motor y acelero levantando una nube de polvo a mi paso. No pienso disminuir y mucho menos volver a ese infierno.
Hoy es el día en que lo voy a dejar todo atrás, no pienso volver allí, no cuando el dia menos pensado será mi último día.
Sigo conduciendo por la carretera sin mirar atrás. Lo único de lo que me arrepiento es de no haber traído ni si quiera mi teléfono, pero no podía desperdiciar esta oportunidad, no después de enfrentarme a Jake y herirlo.
Poco tiempo después llego al club Diva's donde trabajo bailando, aparco la moto detras del club y entro. Miro a mi alrededor, la noche aun no ha comendazo y ya hay gente esperando por los bailes.
Lisa mi mejor amiga, esta sentada en la barra, cuando me ve me hace señas para que me acerque.
—Has venido pronto— dice ella.
—La he cagado y no puedo volver con la banda.
—¿Que ha pasado?— pregunta enfadada.
—Jake intento abusar de mi y le apuñale en una pierna para poderme escapar.
—¿Que? Ese malnacido como se atrevió...
—Mi padre le dio permiso para que me reclamase— respondo.
—Tu padre es el mismo demonio.
—¿Podría quedarme en tu piso unos días?— pregunto y ella asiente.
—Por supuesto Denisse puedes quedarte todo el tiempo que necesites.
El club comienza a abarrotarse de gente y Lisa se queda detrás de la barra trabajando, yo voy a los camerinos a cambiarme.
Las demás chicas ya están terminando y comienzan a salir para empezar la jornada laboral.
Yo cojo un conjunto blanco de ropa interior que viene con ligero y unos tacones rojos. Me pongo una camisa blanca por encima y comienzo a maquillarme.
Me hago un maquillaje en todos dorados con brillos y purpurina y me peino rizando mi pelo largo y n***o. Cuando termino salgo del camerino y camino por el club observando el ambiente. Esto está lleno de gente y de moteros, solo espero que ningún pantera venga hasta aquí.
Es mi turno y me subo a la tarima, comienzo a moverme al ritmo de la música y me quito la camisa lentamente dejándola caer al suelo. Los hombres se amontonan al rededor de la plataforma para poderme ver más de cerca y dejan algunos billetes enganchados en mi tanga.
Sigo moviendome con destreza subiendo y bajando por la barra y mi mirada queda fijada en el hombre moreno de ojos azules y profundos que hay sentado en la mesa más cercana. Sus ojos miran los mios y yo sigo bailando, me bajo de la tarima y camino firme hasta él, de manera sensual. Apoyo mis manos sobre el sillón donde está sentado y le bailo lentamente. Cuando bajo mi mirada por él veo su chaqueta. Es un lobo gris.
"Mierda, yo solita me meto aún más en el barro".
La música termina y me doy la vuelta para marcharme, pero me sujeta por la muñeca y me hace volver a mirarle.
—¿Que haces?— pregunto.
—Esto es tuyo— dice metiendo mil dólares en mi sujetador.
—Gracias— digo y vuelvo a la tarima donde sigo bailando gran parte de la noche.
Cuando la noche termina me vuelvo a poner mi ropa y espero a que Lisa termine de recoger la barra para podernos ir a casa. Pero para mi mala suerte Jake y varios panteras más entran al club.
Se acerca cojeando hasta donde estoy sonriendo con maldad y acaricia mi mejilla.
—No me gustó nada tu regalito princesa— susurra —vamos a casa y solucionemoslo.
—No volveré.
—Lo harás. Por las buenas o por las malas.
—He dicho que no, dejame— repito.
Pero es en vano, Jake me coge por el brazo y me saca a tirones del club. Me hace subirme en su moto y arranca alejandose del lugar.
Cuando llegamos a la casa de los panteras mi padre está esperando en la puerta con una sonrisa de satisfacción. Me bajo de la moto y camino forzosamente hasta la entrada de la casa.
—Mi querida y huidiza hija que alegría volver a verte— dice sonriendo —Jake puedes hacer con ella lo que quieras, pero castigala o lo haré yo.
—Gracias jefe— dice Jake cogiendome del brazo de nuevo.
—Sueltame desgraciado— digo intentando soltarme de su agarre.
—Ahora eres mia— susurra —Vamos.
Me lleva a la fuerza hasta el granero que hay detrás de la casa y una vez allí cierra la puerta y me ata a unas cadenas que cuelgan de una de las vigas de madera.
—¿Que voy a hacer contigo princesa?— dice sonriendo.
—Sueltame o te juro que te acabaré matando— grito.
—Nunca pasará— dice acercándose a mi por la espalda y pega su entrepierna a mi trasero, frotándose.
—Déjame.
Él sigue con los tocamientos y yo intento girar mi cabeza hacia él, piensa que deseo besarlo y me aprovecho de la situación, acerco mis labios a los suyos y cuando me besa muerdo su labio como si no hubiera un mañana.
Se aparta de mi sangrando y chillando por el dolor y yo escupo al suelo el trozo de labio arrancado.
—De esta no te libra nadie zorra— dice sacando su pistola y aprieta el gatillo, la bala impacta en un lateral de mi abdomen y poco a poco siento como mis ojos se van cerrando a causa del gran dolor que siento.
***
Cuando despierto estoy en mi habitación, no hay nadie a mi alrededor, estoy completamente sola y dolorida. Intento incorporarme pero me es imposible, siento demasiado dolor.
Mi teléfono está a un lado, en la mesilla y lo cojo. Tengo varias llamadas perdidas de Lisa y unos cuantos mensajes queriendo saber donde estoy.
Marco el número de Lisa y ella rápidamente responde.
—¿Donde estas? ¿Te has vuelto loca? Llevas tres días desaparecida.
—¿De verdad llevo tanto tiempo? Yo...
—¿Estas bien? ¿Que ha pasado?
—Jake quiso volver a hacer de las suyas y yo solo me defendí...
—¿Lo mataste?
—No pero ojalá lo hubiera hecho.
—¿Entonces?
—Me disparo... acabo de despertar y es lo último que recuerdo.
—Tienes que salir de ahí...
—Lo sé pero es imposible...
—Por el momento descansa, ya se nos ocurrirá algo.
—Esta bien, eso haré.
—Mantenme informada, te quiero.
Cuelgo el teléfono y lo dejo sobre la mesita de nuevo. Poco después la puerta se abre y entra mi hermano, coge el botiquín del escritorio y se sienta en la cama conmigo.
—Estas despierta— susurra.
—Lo estoy.
—Pensamos que no volverías a despertar.
—Lo hice. ¿Que le hizo Carl a Jake?
—Nada, la culpa fue tuya.
—¿Que? ¿Tu también piensas así?
—Es la verdad y ahora ahorra fuerzas, voy a curarte.
Mi hermano saca el vendaje de la herida y comienza a limpiarla. Todavía está fresca y duele, duele demasiado. Cuando termina de limpiar la herida pone una venda limpia y se marcha sin decir nada más.
Las lágrimas recorren mis mejillas, ya no se si por el dolor de la herida o por el dolor que siento en el pecho.
Los días van pasando y me quedo en mi habitación, no tengo ni ganas mi fuerzas de salir y encontrarme con Jake ni con el que se hace llamar padre.
Solo mi hermano ha estado viniendo a la habitación pero sin querer hablar conmigo, venía a hacerme las curas de la herida y a traerme algo de comer y tan rápido como llegaba se marchaba.
No entiendo su actitud hacia mi, yo no le hice nunca nada y sin embargo siempre fue así de distante conmigo. Sin duda salió a papá. Si mamá siguiera viva nada de esto ocurriría.
****
Ha pasado un mes desde el incidente del disparo y ya me encuentro mejor, es cierto que aún no está del todo curada la herida pero quiero volver a trabajar y salir de esta maldita casa.
Me pongo unos vaqueros y una camiseta básica. Cojo algunas cosas que necesito y las llaves de la moto y salgo de la habitación, bajo las escaleras rápidamente para intentar no cruzarme con nadie y salgo de la casa. Me subo en mi harley y arranco dejando todo atrás.
Cuando llego al club Lisa me está esperando en la puerta, esta eufórica porque haya vuelto a trabajar y se lanza a darme un abrazo.
—Menos mal que has vuelto te echábamos de menos— dice sonriendo.
—Yo también me alegro de estar aquí la verdad— digo devolviéndole la sonrisa —¿entramos?
—Por supuesto.
Ambas entramos al club y vamos directamente a los camerinos para cambiarnos de ropa.
Esta vez escojo un body rojo y unos tacones negros, me hago un ahumado en los ojos en color n***o y me pinto los labios. El pelo lo dejo suelto y liso.
Lisa se pone un conjunto de lencería en color azul y también se maquilla los ojos en los mismos tonos que yo. Cuando estamos listas salimos a fuera y empezamos a hacer nuestro trabajo. Paseo por el club saludando a los clientes y haciendo tiempo hasta mi actuación, esta vez no será como otras veces debido a que aún tengo dolor pero intentaré hacerlo lo mejor que pueda.
—Has vuelto— dice alguien detrás de mi.
Cuando me giro veo al mismo hombre de un mes atrás. Moreno, atractivo, unos ojos azules en los que podría perderme y además sigue siendo un lobo gris.
—Trabajo aqui— respondo.
—Lo sé, pero desde que te vi llevo viniendo todas las noches y tu no has estado— responde.
—Tenía otros asuntos.
—¿Quieres tomar algo conmigo?
—La verdad es que en cinco minutos me toca salir a bailar.
—Entonces disfrutaré del espectáculo— dice susurrando en mi oído y un escalofrío recorre mi cuerpo.
Camino hacia la tarima y me subo arriba, una vez empieza la música comienzo a bailar intentando hacerlo lo mejor posible. Cuando intento subirme y girar en la barra siento un dolor desgarrador pero intento contener las lágrimas y poner buena cara. Para cuando termina la música estoy deseando de bajar de la tarima pero el lobo se acerca a mi y me ayuda a bajar.
—¿Puedo pedirte un tiempo a solas?— pregunta.
—Solo bailo.
—No me malinterpretes, solo quiero que hablemos y conocerte mejor— dice él.
—Esta bien, mi turno ha terminado por hoy, ¿a donde quieres ir?— pregunto.
—Cámbiate y te espero aqui— dice sonriendo de lado.
Una parte de mi me está gritando que no vaya con él pero otra me pide que lo haga, no quiero volver a casa, no por el momento y no creo que sea peor este lobo que algún pantera de los que me esperan en la casa.
Me cambio de ropa volviéndome a poner lo que traía y aunque hace frío opto por dejar la chaqueta de los panteras en el camerino, si él la ve tendré problemas.
Cuando salgo del camerino, esta esperándome en la barra, en el mismo sitio donde lo deje.
—¿No tienes chaqueta? Tendrás frío fuera— dice quitandose la suya y me la pone por encima —te queda bien.
—Es mejor que no sea asi— digo por su comentario y salimos del club mientras me coloco bien la chaqueta.
Vamos hasta su moto y sonrio por dentro al verla. Es perfecta, el tipo de moto que va con él a simple vista. Se sube y me hace una señal para que me suba con él, arranca y se funde en la carretera. Conduce durante un tiempo y poco después llegamos a un motel, aparca la moto y me bajo.
—Ya te dije que...— No me deja terminar, pone uno de sus dedos en mi labio haciéndome callar.
—Ya se lo que dijiste es solo que no puedo llevarte a mi casa— dice él.
Vamos directamente a una habitación, desconfío que suele venir bastante por aquí ya que tiene su propia llave.
Cuando entramos me siento en un lado de la cama y el se sienta al otro lado.
—Hoy no has bailado como el otro dia— dice.
—Bueno no siempre puedo darlo todo.
—Quizás puedas bailar para mi.
—¿Eso te gustaría?
—Me encantaría — afirma.