En el apartamento todo seguía como aquel día en que ella se fue. No quiso que nadie, ni su madre cambiara nada de su puesto, incluso algunas cosas que quedaron olvidadas cuando Elena ordenó a Rosa que guardara todas sus cosas quedaron como una reliquia para Gabriel, no permitía que nadie tocara aquella crema perfumada que Elena solía usar por las noches, o el par de zapatos que se quedaron en su closet, cosas sin valor que para Gabriel eran ahora el recordatorio de un tiempo feliz que no supo apreciar sino hasta cuando fue muy tarde. Se volvió de ser un hombre con carácter difícil y exigente a ser un hombre amargado e intolerante. Lo peor sucedió unos meses después de la partida de Elena, cuando saliendo del edificio de Vasco, sin previo aviso se le atravesó un coche con el que casi impa

