Abro mis ojos lentamente adecuandome a la oscuridad todavía presente en mi habitación, estiró mi mano tanteando para agarrar mi teléfono pero no lo encuentro. Extrañado aún en la oscuridad doy un leve vistazo alrededor del lugar.
— Que tonto, porque no prendo la luz y ya — medito interiormente
Me giro en la cama dispuesto a estirar mi mano para presionar el interruptor de la lámpara que se encuentra en mi mesita de noche para prenderla y así buscar mi amado teléfono. Antes de siquiera encenderla, dirijo mi mirada hacia un lugar cerca de la puerta.
— ¿Que carajo es eso? — me preguntó asustando en medio de la oscuridad
Me siento rápidamente en mi lugar, tomo nuevamente la sábana que me había retirado anteriormente antes de girarme en la cama, me echo un poco para atrás debido a que esa sombra se va acercando más a mí. Cuando esa sombra se encuentra ya en el borde mi cama. Parpadea una luz, es en ese momento que no puedo más.
— ¡Ah! — grito en medio de mi habitación demasiado asustado
Si soy un chico de treinta años con miedo a la oscuridad lo acepto. Algunas personas se burlan de ese miedo que tienen algunos por la oscuridad, pero lo que sí es cierto es que las personas no saben lo que se esconde en ella, cualquier se podría estar escondiendo en la oscuridad para hacernos a daño en más de una manera, cuando lo comiencen a ver de esa manera dejarán de burlarse tan encarecidamente de algunos.
— ¿Papi? — no se cómo pero logro escuchar en medio de mi grito —. ¿Que tienes papi?
Salgo de mi estado para luego abrir lentamente los ojos. Los había cerrado anteriormente a raíz de ese momento de debilidad. Logro distinguir aun en medio de la oscuridad a una pequeña niña, que viene con mi móvil entre las manos. Si ese móvil que buscaba antes que el monstruo apareciera.
— Ya va, un momento... ¿Dónde está el monstruo? — debato internamente
Aún sin responderle a Chloe, doy un vistazo alrededor de la habitación, paso mi mirada de la puerta cerrada hasta donde se encuentra mi pequeña niña de hermosos ojos azul cielo y su desordenado cabello rubio. Una idea viene a mi cabeza.
— ¿Cariño en que momento entraste? — le pregunto con duda, continúo:— No escuché la puerta cuando entraste
— ¿Puerta? — me responde con otra pregunta —. Anoche dormimos juntos papi, me despertaste con tus ronquidos así que tome tu celular para jugar, pero cuando te despertaste me asusté porque pensé que me ibas a regañar así que lo apague — continúa:— Me estaba acercando a la cama pero de repente gritaste
— Condenada niña, no podía quedarse acostada hasta que me despertara no, tenía que bajarse y sentarse al lado de la puerta — la regaño en mi mente
— ¿Tuviste una pesadilla papi? — me pregunta inocentemente
— Si cariño algo así — le responde ocultando deliberadamente la verdad
— No te preocupes aquí estoy, no te pasará nada mientras yo esté contigo
No puedo con tanta ternura, me bajo de la cama para luego acercarme a mi pequeña bebé, la tomó entre mis brazos para regarla de besos por todo su rostro.
— ¡Para papá! — grita entre risas —. Tu barba me hace cosquillas
Me detengo al instante a raíz de sus palabras, me separó un poco para dejar un suave beso sobre su cabecita. Aún con ella cargada caminamos hacia la sala del apartamento, realmente agradezco de que las paredes sean aprueba de sonido porque si me preguntarán qué fue ese grito no sabría que responder.
— ¿Que quieres comer cariño? — le pregunto con una sonrisa
— ¡Cereal de chocolate! — exclama con una sonrisa
— Muy bien, pero ahora vamos a lavarnos los dientes — le menciono —. ¡Vamos pues!
Camino con ella hacia el cuarto de baño, procedemos a cepillarnos entre risas, nos lavamos la boca con un poco de enjuague bucal, espero hasta que ella termina de hacer sus necesidades, compruebo que se limpia bien. Después que sale hago las mías, acomodo todo para luego salir a prepararle ese cereal que tanto le gusta.
— Chloe anda a tomar una ducha en lo que te preparo tu cereal, tu ropa está donde siempre — asiente para luego irse corriendo de nuevo hacia el baño para alistarse
Me acerco a los gabinetes de la cocina, saco el empaque de cereal, un poco de leche y café para mí. Preparo todo mientras pienso en todo lo que nos llevó a estar aquí.
Todo fue muy difícil siendo sincero, nunca tuve una vida lo que se dice normal. En mi casa siempre hubo carencias de todo tipo, pero a pesar de las dificultades que presentamos nunca nos dimos por vencidos. La perseverancia es el primer valor que deberían enseñarle a un niño a medida que crece, con nosotros no fue de esa manera lo aprendimos a los golpes, y no me refiero exactamente a los golpes de la vida.
Mi hermana, ella fue la que más sufrió. Cuando me encontraba en clases, en ese momento estudiaba en un colegio público, no es por decir que esto es mejor que aquello pero a lo mejor en uno privado con los cuidados necesarios se hubieran dado cuenta de las cosas con anterioridad y nosotros no hubiéramos pasado por lo que pasamos, hijos de un padre abusador. El se encargó de hacernos daño en más de una manera, pero claro en los lugares que no eran visibles.
Siempre tan cuidadoso, nunca nadie se enteró de nada. Pasamos años soportando sus abusos aunque conmigo era diferente siempre me decía que era una basura que no servía para nada. Con mi hermana se ensañó más, solo con la defensa de que era la mujer que quedaba en la casa, y por lo mismo debía de cumplirle como debería pagó más de una vez.
Me enteré no porque me haya dicho sino que un día llegué más temprano del colegio, el profesor de deporte no fue.
— Si que odiaba esa asignatura
Termino de entrar en la casa, veo algo desagradable. Cuando veo lo que me hace me dan ganas de matarlo a golpes pero soy más inteligente en vez de enfrentarme de frente con el, debido a que se encuentra distraído apunto de abusar nuevamente de Charlie tomo con cuidado una base de la mesa que se encuentra cerca de la puerta, me acerco a el pero cuando me nota ya es tarde.
Estrelló el objeto en la base de su cabeza, lo que causa que un hilo de sangre resbale por un lado de su cara, se desmaya al instante. Charlie. Al darse cuenta se derrumba en llanto en mi brazos luego de que alejo a ese hombre de ella.
A partir de ahí las cosas marcharon un poco mejor, nos mudamos con unos familiares, eso sí teníamos menos carencias pero tampoco es que teníamos de todo. Cuando cumplimos la mayoría de edad, nos fuimos de ahí.
Así fueron transcurriendo los años, Charlie de graduó de abogada, se encargaba de defender casos como los nuestros. Eso me llenaba de orgullo, después se caso con Bastián un hombre que desempeñaba la misma carrera, lo que los hizo dar click al instante.
A partir de ahí todo tomo su curso, pero todo lo bueno llega a su final. Después ocurrió el terrible accidente.
Salgo de mi cavilaciones cuando escucho unos pasos acercándose en mi dirección, cuando despierto de mi ensoñación paso mis manos por mi cara notando la humedad en mi mejillas, me las limpio con rapidez antes de girarme en dirección a mi hermosa niña.
— ¿Que tal me veo? — pregunta en cuanto llega a mi lado girando sobre sí misma para que logré apreciar lo que lleva puesto
Me la quedo viendo de arriba a abajo para generarle un poco de intriga, doy vueltas a su alrededor antes de dar el visto bueno. Notó una incertidumbre en lo profundo de sus iris, cuando logro percibir eso es cuando vuelvo a mi posición original dispuesto a dar mi veredicto.
— Estás igual de hermosa que siempre
Una hermosa sonrisa cruza sus facciones a raíz de mis palabras, llega rápido a mi cruzando la corta distancia que se encontraba entre nosotros. Pasa sus brazos alrededor de mis piernas, ese gesto que conmueve en mi interior.
— Le seguí el juego a pesar de que ese conjunto lo escogimos el día anterior antes de irnos a acostar, conjunto que llegamos después de más de mil combinaciones cabe destacar
— Ahora a comer, sabes que el desayuno es la comida más importante del día — le menciono al sentarme en mi lugar
— ¿Papi, tú no te vas a cambiar? — pregunta en cuanto nos sentamos
— No te preocupes mi niña aún estamos a tiempo — digo completamente convencido de mis palabras
— No papa, no lo estamos — menciona señalando el reloj ubicado en la parte superior de la pared cerca de la puerta
Una combinación entre duda y miedo, cruza fugazmente mis facciones al momento que dirijo mi mirada hacia el lugar donde apunta mi pequeña.
— ¡Diablos! — exclamo, medio grito corriendo hacia el baño para alistarme
— ¡Papa nada de groserías! — escucho a la lejanía al momento de cerrar la puerta del baño
No pierdo mucho mi tiempo, ni siquiera pongo música algo que es tan sagrado para mí. Tomo el jabón, me trazo lo más rápido que puedo lo mismo con el champú. Salgo no mucho tiempo después.
Camino lo más rápido que puedo hasta llegar al armario donde guardo mi ropa, me cambio a un traje azul marino que combina con mis ojos da la casualidad, me cuesta un poco pero acomodo bien el traje. Me doy un vistazo rápido a través del espejo de la habitación, pero no me detengo mucho en analizar si combina o no. Realmente verme en un espejo siempre ha sido como un tabú para mí por obvias razones.
Tomo un poco de dinero, mi cartera y las llaves de la casa en el camino hacia la cocina. Cuando llegó Chloe se encuentra lista esperando pacientemente. En cuanto me ve se baja del taburete dónde se encontraba aora dirigirse a mi encuentro.
— ¿Ya nos vamos papi? — asiento, la tomó de la mano para luego salir de lugar
Antes de salir doy un vistazo a la hora, me mirada se pone más seria en cuanto me doy cuenta que falta muy poco para entrar a mi zona de trabajo.
— Menos mal que el preescolar queda cerca del apartamento porque sino sería peor para mí — medito interiormente
Bajamos al lobby por medio de las escaleras debido a que el ascensor se encontraba ocupado, no tengo tiempo para esperar más tiempo.
— Mi jefe me va a matar
Justo la llegada de ese pensamiento es lo que me hace tropezar en el último escalón, menos mal que Chloe se había soltado de mi, corre hacia mi cuando ve todo lo que pasó, se agacha a mi lado.
— ¿Te encuentras bien? — me pregunta con preocupación en su rostro
— Si bebé, todo bien — intento convencerla, asiente debido a mis palabras
Con ayuda de la pared me levanto para posteriormente salir del edificio, sentí como si nunca fuera a salir. Caminamos hacia el donde estudia mi niña, queda a dos cuadras de donde vivimos.
— Te vendré a buscar a la misma hora de siempre — le recuerdo dejando un suave beso en su frente —. Te portas bien porfavor, no quiero más reportes. Hablo en serio Chloe
— Si papi — musita antes de terminar de entrar al lugar
Cuando me doy cuenta que se encuentra completamente segura es cuando decido dar vuelta en mi lugar para dirigirme hacia mi trabajo. En cuanto recuerdo el trato que me dan en ese lugar, mi estado de ánimo se desploma Chloe es mi razón de vida por ella es que me mantengo aquí a pesar del trato, no me gusta pero la paga es buena así que debo aguantarme.
Camino hacia el edificio, con una sonrisa tenue en mis labios. Lo bueno es que todo queda cerca coloco mi mano en la puerta para luego proceder a abrirla, en cuanto entro siento que hay algo extraño aunque no logro percibir que es exactamente ese algo. Veo alrededor pero no veo a nadie lo que me preocupa demasiado.
— Será que hay una reunión de la que no estoy enterado — me digo en medio del pasillo vacío antes de entrar al ascensor.