1

2565 Words
En el aeropuerto, dos mujeres se despedían. Una de ellas tenía una pequeña hija que se aferraba a su mano mientras su madre le sonreía a otra mujer. Sus ojos rojos dejaban en evidencia lo mucho que había llorado por la partida de su amiga. — Cuánto me alegra saber que vas a tener una mejor vida en España, pero sinceramente te voy a extrañar demasiado — ella lloró nuevamente —. Por favor, cuídate demasiado, Alexandra. Mantén el contacto conmigo. — Cariño, ya deja de llorar — ella secó las lágrimas de su amiga — prometo mantener el contacto contigo, sabes que todo es por el bienestar no solo de mi hija, sino también mío; de corazón espero que tu situación económica llegue a cambiar durante mi estancia en España y puedas salir adelante, te lo mereces Zoé. Finalmente, la pequeña se despidió de aquella mujer que consideraba como una tía. Alexandra tomó de la mano de su hija y fue rumbo al avión. Zoé, en lo que iba hacia la salida, se tropezó con un hombre que le llamó bastante la atención. Él usaba lentes de sol y ropa informal; fue lo suficientemente amable para detenerse. — Lo lamento demasiado señorita — él habló con acento español —. ¿Se encuentra usted bien? ¿No la he golpeado? Ella no le prestó mucha importancia a su aspecto, simplemente movió la cabeza de un lado hacia el otro y salió de ese lugar que le traía muchos recuerdos dolorosos. Tomó un taxi que la llevó a su solitaria casa y respiró profundamente. En el transcurso del tiempo, la comunicación con Alexandra comenzó; ella contaba las desventuras que le habían pasado en la madre patria. — ¿Cómo vas en la búsqueda de trabajo? — preguntó Alexandra y la mujer bajó la cabeza —. ¿Qué sucede, Zoé? No te deprimas, algún día vas a encontrar algo. — El detalle es que, cuando voy a encontrar algo, mis ahorros están casi en cero y lo único que tengo es mi apartamento — ella bajó la cabeza —. Te juro que estoy a punto de salir a prostituirme, pero sí, nadie me quiere gratis, peor pagar por ello. — ¡No digas esas cosas, Zoé! — ella la regañó —. Eres la mejor a la hora de hablar italiano e inglés, ni se diga de tu don a la hora de aconsejar a las personas. — Mejor cambiemos de tema, dime qué tal te va en tu trabajo — Zoé evadió el tema —. Me dijiste que tu jefe fue tu profesor de la universidad cuando te fuiste de intercambio. —Soy feliz en mi trabajo, aunque hay algo que me molesta un poco, bien dice que no hay felicidad completa. — ¿Qué sucede? — Zoé la miró fijamente —. ¿A quién matamos? Tú solo me dices y preparó la pala, viajo hasta España, borramos cualquier rastro y aquí nada ha pasado. — Eres una loquita, se trata de Leo — ella resopló en un evidente gesto de frustración —. No me ha dejado tranquila desde que me conoció. El señor Antonio ya le advirtió que me deje tranquila, ya que no se puede dar el lujo de perder a su mejor psicóloga por su prostituismo barato. — Dale un pum y luego un pam para que deje de molestar — Zoé se quedó callada —. Aunque para ser franca, creo que deberías darte la oportunidad de hacer tu vida al lado de alguien. No estoy diciendo que tiene que ser Leo, pero sí puede ser otra persona que te dé el lugar que tanto mereces. — Bien sabes que después de lo que sucedió conmigo no volví a ser la misma, aunque ese acto lleno de horror y violencia nació el motor que me impulsa día a día. No me entregué, fue a la fuerza. Juré que me entregaría por completo a mi hija y la sola idea de querer rehacer mi vida al lado de un hombre es algo que me atemoriza demasiado, no tienes idea la cantidad de casos de abusos de infantes que miró a diario en mi trabajo, si a Sofí le pasa algo me voy a morir de pena moral por no saber protegerla. — Alexandra, comprendo que lo que pasaste no es fácil, pero me gustaría verte feliz al lado de un hombre. Obviamente, tienes que ser cuidadosa al momento de escoger y también al acercarlo a tu hija, ya que como dices, hay muchos casos horripilantes que miras. Sin embargo, eso no es algo que te tiene que suceder a ti, hazme caso y no te cierres a la oportunidad de amar. — Tú no puedes hablar de eso, mira que a tus 27 años sigues soltera y no tienes un solo hijo que te haga compañía cada día. Eso me preocupa bastante, muchos hombres. Lo único bueno que te dejan es eso, los hijos, eres una mujer muy hermosa, Zoé. — Te lo agradezco, bien sabes que mi vida sentimental no es la más movida que digamos debido a que soy gorda; en este mundo hay demasiados prejuicios y no es como que me lluevan los hombres — ella rió —recuerdo un musical con ese tema siendo interpretado por un hombre gay, tenía bastante chispa. — Te juro que contigo no se puede estar seria mucho tiempo, sabes bien que eres una mujer muy hermosa y que llegará el hombre indicado a ti para darte la felicidad que tanto te has merecido. — Sé que tengo lo mío, en fin, mi estado civil no es algo que me quite el sueño y, pues, me deje de presionar al ver que eso me afectaba demasiado — ella miró a Alexandra con cierta angustia —. Justo por eso es que te digo que no me gusta verte en soledad, sé lo que es. Mira que las personas se preguntan si soy lesbiana, incluso porque no he tenido pareja en absoluto, es poco creíble una virgen de 27 años en la actualidad y supongo que es más fácil que lo atribuyan a que pedaleo del mismo lado, a que simplemente no me rodeo de tantas personas del sexo opuesto que sean de mi edad y se encuentren solteros. Alexandra estuvo hablando con Zoé por un buen rato y finalmente cada una se fue por su lado, dado que era de día en España, en el país donde vivía la otra chica era de noche. La primera mencionada pensó en muchas cosas, ella al igual que su amiga se encontraba sola en la vida y se preocupaba al pensar que si algo le sucedía dejaría en completa soledad a su única hija, Sofía era una niña bastante madura para su edad, se llevaba excelente con su tía no sanguínea y la quería con toda el alma siendo correspondida por completo. Los meses transcurrieron y se hicieron años. Zoé había tenido algunos trabajos que le ayudaron a subsistir de alguna forma, pero nunca pudo encontrar algo fijo. En el aspecto sentimental se encontraba más que acabada y, a pesar de que no le daba tanta importancia, había ocasiones en que quería tener a alguien a su lado. — Zoé — Alexandra habló directamente al celular de su amiga — me encuentro embarazada, te juro que lo esperaba. — Es normal cariño y más cuando te haces fertilización in vitro — ella sonrió — felicidades, espero que este nuevo camino te haga mucho muy feliz. — Gracias, espero ser una madre completa para mi bebé — Alexandra miró con angustia a su amiga — ¿Y tú? ¿Qué me dices de tu vida? Por favor dime que hay un nuevo galán, me encuentro preocupada por ti y lo sabes muy bien — Zoé negó — ¿Qué sucede cariño? No me hagas llorar porque desde ya te digo que las hormonas me tienen vuelta loca. — Sigue siendo la misma, a la que le cambió la vida, fue a ti y no creas que no me alegro, por ello te mereces toda la felicidad que estás recibiendo en estos momentos y te lo digo de corazón, cariño. Ahora vamos a ver qué nos trae la cigüeña. Los meses transcurrieron, Alexandra poco a poco comenzó un acercamiento con Leo, ella se miraba feliz y eso le alegraba demasiado a Zoé. El embarazo de su amiga había pasado con total normalidad, sin embargo, en cierto punto de la gestación se dio cuenta de que era un embarazo múltiple, siendo que esperaba dos hijas, le reclamó demasiado a ella, ya que fue la única que miró que el tamaño de la barriga no era normal para tener un bebé únicamente ahí dentro. Alexandra guardó un documento en el que aseguraba el bienestar de sus hijas, incluyendo a las que no habían nacido. El hecho de pensar que se iban a encontrar en el mundo completamente solas le atemorizaba y solamente confiaba a ciegas en Zoé. Las niñas fueron dadas a luz y Alexandra finalmente se comprometió con Leo, se le miraba demasiado contenta con los preparativos de la boda. Zoé la había acompañado desde lejos en cada paso que había dado en España y se le podía ver feliz por la felicidad de su amiga. — Ya casi todo se encuentra listo para la boda — ella sonrió —. Feliz Navidad, por cierto, aunque faltan dos días en tu país, ¿Qué vas a hacer durante estas fiestas? — Me quedaré sola en mi apartamento, sabes que estás fechas no son diferentes para mí y ahora en especial que me encuentro sin trabajo — Zoé bajó la cabeza — el país se encuentra en crisis y ya los turistas no están entrando como antes, nadie necesita a una traductora como puedes imaginar. — Lo siento mucho cariño — Alexandra la miró con angustia — Zoé por favor permíteme que te ayude, yo tengo tanto dinero que a veces no sé qué hacer con él y Leo me ayuda bastante a pesar de que no lo necesito. — No, bien sabes que no me gusta aprovecharme de ti. Además, no es como si no tuviera nada que comer, tengo lo necesario para poder subsistir. — Sé que tienes que comer, pero no solamente la comida es necesaria, sino también la compañía. Antes solo éramos mi hija y yo, pero en tu caso es diferente. — ¿Y qué se supone que haga? Quiero tener un hijo o hija, pero no puedo meterme con cualquiera y lo sabes bien. — Zoé, te quiero proponer algo y por favor no te niegues de inmediato — ella miró a su amiga con curiosidad — ¿Estarías dispuesta a someterte a una fertilización in vitro? Yo pago absolutamente todos los gastos del procedimiento. — Déjame pensarlo — ella bajó los ojos pensativa — trataré de darte una respuesta en cuanto pueda y de corazón te agradezco lo que quieres hacer. — ¿Sabes una cosa? Te quiero mucho y siempre me he preocupado por ti, si hay algo que pueda hacer para cambiar tu vida de alguna manera créeme que lo haré — ella le sonrió — tienes un corazón de oro Zoé y si todo mundo tuviera el alma tan buena que posees el mundo sería otro, esa es una de las muchas cosas que admiro de ti además de tu perseverancia ante cualquier adversidad. — Nunca he dudado del cariño que me tienes y te digo lo mismo, si hay algo que pueda hacer por ti solo pídelo. Zoé colgó y pensó absolutamente en todo, ella decidió salir de su apartamento para caminar. Llegó a un parque en donde se encontraban los padres con sus hijos y algunas madres solas. Involuntariamente, se vio sonriendo al ver las pequeñas manos que acariciaban el rostro de la mujer con mucho amor. — Tengo tanto miedo — ella susurró — Dios, necesito una señal para saber que no voy a equivocarme. Se escuchó un grito muy fuerte de una mujer y en el momento que Zoé miró en esa dirección se dio cuenta de que la carriola del bebé iba directo a la carretera, ella sin dudarlo salió corriendo para detenerla, sin embargo, estaba muy lejos, el llanto de la criatura hizo que sacará fuerzas de donde no las tenía y logró alcanzarlo, en el momento que tomó el coche miró a la pequeña persona que había salvado. — ¡Mi bebé! — la mujer salió corriendo a verlo — gracias, señora, pensé que iba a pasar una gran tragedia, pero por usted no sucedió nada. El bebé fue cargado por Zoé, la pequeña niña le dio una sonrisa y en su corazón hubo un sentimiento tan grande que no pudo contener las lágrimas; le dio un beso en la frente y se lo dio a la angustiada madre, en ese momento sintió sus brazos vacíos y lo mucho que deseaba llenarlos. — ¿Por qué llora? —La mujer la miró asustada —. Es usted una gran persona, que Dios se lo pague, señora. La mujer se fue y Zoé decidió hacer lo mismo. Llegó a su apartamento para comenzar a investigar sobre los procesos que hay que hacer respecto a la fertilización. Luego de varios días tomó una decisión, así que decidió llamar a Alexandra, que le había dado su espacio. — Hola — ella le sonrió — sabes que no soy de las personas que se va por las ramas, pensé mucho en tu oferta y decidí someterme a la fertilización in vitro, quiero saber si la propuesta sigue en pie. — ¡Claro que sigue en pie! — Alexandra se sorprendió al escuchar eso —. No tienes idea de la felicidad que me da saber que has decidido tener un bebé, sabes que cuentas con mi apoyo para lo que desees. Haz la cita en el consultorio y yo te enviaré el dinero cuanto antes. — Tengo demasiado miedo, pero la emoción de ser madre me ganó por completo, así que tomé la decisión sin pensar en más nada que eso. Alexandra miró a su amiga y empezó a brincar debido a la buena noticia que le estaban dando, se sentía feliz al ver que ya ella no estaría tan sola en este mundo y sabía bien que un bebé llenaría todo esto. — Solo espero ser una buena madre, tengo miedo Alexandra y eso me está matando. ¿Qué va a pasar si no doy la talla y resultó ser como mi madre? Eso me da pavor siendo sincera. — Vas a ver que todo va a salir bien, ningún hijo viene con un manual de instrucciones que te va a decir cómo lo vas a criar; eres una mujer increíble Zoé y verás que serás mejor madre que yo. La historia no se tiene porque repetir, aprende de los errores de tu mamá y no los cometas. — Gracias por tus palabras, me encuentro asustada, siendo sincera, pero la emoción de pensar en que voy a salir embarazada es enorme. Leí que los exámenes tanto de sangre como de orina me los tengo que hacer dentro de un mes para ver si el procedimiento funcionó, espero que sí porque es algo muy costoso y solo lo haré una sola vez…
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD