Capítulo 4
Parecía que nuestro paradero sería secreto hasta que lleguemos a él. Pero jamás creí que este hombre tan tenaz, me llevara hacía la casa de su madre. Era una hermosa mansión, a las afueras de Londres. La casa era una fortaleza llena de flores, que a Nora, le gustaba tener por todos sus jardines.
–¿Qué hacemos aquí? -Le pregunte a Logan, realmente enojada.
–Vamos a decirle a mi madre, lo que ese infeliz te hizo. -Dijo con enojo, hasta que condujo hacía la entrada de la mansión.
–Logan, esto es una estupidez. -Le respondí con enojo. –Tú madre no puede saber de esto. -Pero ya era muy tarde. Nora vio llegar el auto de Logan, así que salió con felicidad de la casa. Supongo que estaba feliz de ver a su hijo, que ya casi no la visitaba, pero cuando me vio en su auto, su mirada cambio un poco.
–Querido hijo, bienvenido a tu hogar. -Responde la mujer con elogios, mientras demuestra una devoción hacía Logan. –Pero, ¿qué hacen ustedes dos? -Pregunta mientras hace una mueca.
Logan sale del auto, para después abrirme la puerta como todo un caballero.
–Esto es una estupidez. -Le murmuré enojada, mientras tomaba su mano para salir del auto.
Después los dos encaramos a su madre.
–Madre. -Toma la mano vieja y venosa de su madre, para después besarla con respeto. –Es un gusto verte. -Contestó el hombre sin tener el gusto de hacerlo. Sabíamos muy bien, que Logan era muy crudo con su madre, mientras que siempre tuvo preferencia por su padre.
–Para mí también es un gusto verte, querido. -Dijo Nora con una cara tierna, para después mirarme a mí. Parecía que no le gustaba mi presencia.
–Buen día, madre. -Le respondí con gentileza, mientras miraba hacia el suelo.
–Buen día. -Me responde mirándome con detenimiento, yo solo esperaba que no notara el moretón en mi cara, pero no logre ocultarlo. –Pero, ¿qué te ha pasado? -Pregunta la mujer, poniendo sus manos en su boca.
–De eso venimos a hablar. -Responde Logan, sujetando mi mano con fuerza. Yo misma no me había dado cuenta, que desde que tomo mi mano en el auto, jamás la soltó. Así que solté su mano con rapidez, para alejarme un poco de él. No quería que nada se malinterpretará aquí.
Así que Nora nos hizo pasar a su enorme mansión. Era un lugar realmente hermoso, pero supongo que ella se sentía sola. Era un poco triste ver las fotos de su esposo, por todas partes, mientras sabía que también amaba a sus tres hijos. Louise, Logan y Louisa.
Nora pidió que nos sirvieran el té en una de los salones, en donde los tres nos sentamos incómodamente. Yo no quería decir nada, solo permanecí mirando mi taza de té. Pero al ver que no tenía las agallas de hablar sobre el tema, Loga decidió hablar por mí. Así que suspiro con fuerza, para después aclarar su garganta.
–Madre, no hemos venido aquí solo a verte.
–Sí, lo se hijo. -La mujer de inmediato hizo una mueca. -Es lo que me temo.
–Bien. -Responde con un poco de rudeza, el joven Montgomery. –El imbécil de Louise está engañando a Elisa. -De inmediato puedo ver la sorpresa de la mujer, al escuchar a uno de sus hijos hablar de esa forma. –Y no solo la ha engañado, sino que le ha pegado. -Por un momento puedo sentir la preocupación en la voz de Logan. –Elisa no merece que le hagan eso.
–¡Por supuesto que no! -Contestó la mujer, dejando su té en una mesa. Para después acercarse a mí, para tomar mis manos. –Hablare con él, tú no te preocupes. -Pero esto no era lo que yo quería. Esto no solo se podía resolver, con acusar a Louise por lo que hizo, como si fuéramos niños. No quería pasar por esto, así que me levanté de mi asiento.
–Lamento haber venido de esta forma. -Suspire profundamente. –Nunca pensé que Logan me trajera aquí. -Respondí con franqueza. –En realidad creo que Louise y yo debemos arreglar lo que ha pasado, por nuestra propia cuenta.
–¡Elisa! -Dijo Logan levantándose de su asiento.
–Logan. -Lo mire de reojo, porque nunca creí que me traería con su madre. –Lo lamento. -Es lo último que dije, para después salir de la mansión, mientras escuchaba como Logan iba detrás de mí, gritando mi nombre con fuerza. Solamente le hice caso, cuando estuvimos cerca de su auto.
–¿Qué demonios tratabas de hacer? -Le pregunté con rabia.
–Mi madre hará que ese imbécil te respete.
–¿En qué maldito mundo vives? No puedo resolver mis cosas, solo llorándole a tu madre. -Así que de inmediato, pude ver la mirada de Logan. Se había dado cuenta que él había metido la pata en esto. Él sabía que no fue buena idea venir a este lugar.
–Está bien. -Responde sin más. –Pero no dejaré que vayas a tu casa sola.
–¿A dónde más quieres que vaya? Si no puedo estar en la empresa, no puedo estar tampoco en mi casa. -Termine diciéndole, mientras entraba al auto.
–Podemos ir a mi casa. -Yo de inmediato me sorprendí del lugar a donde quería ir, mientras él me mira por la ventana.
–¿Tú casa? -Pregunté nerviosa mientras tragaba saliva.
–Sí, mi casa. -Él también se ve un poco nervioso. -Claro, solo si tú quieres.
–¿Y qué haríamos en tu casa? -Pregunté una vez más, mientras tragaba saliva.
–Otras cosas. -Arrascó su cabeza con nervios. –Al menos en mi casa, podrás encontrar algo de paz.
Y era real, sabía que, si regresaba a casa, tendría que verle la cara a Louise. Y tampoco podía ir a trabajar en este estado a la empresa, no quería que nadie hablara de esto antes de que algo ocurriera.
*
Logan también vivía en Chelsea, pero él tenía una casa un poco más pequeña. Supongo que, para un soltero millonario como él, estaba bien. Pero a pesar de que la casa que compartía con Louise, era más grande, que la casa de Logan, podía decir que su casa era un templo. El lugar era magnifico, era minimalista mientras que tenía mucha tecnología en el lugar. Los espacios estaban tan bien diseñados, que supongo que el hombre debe de dormir bastante bien por las noches. Incluso puedo imaginármelo, meditando en medio de los cuartos de la casa.
–Tu casa es de lo mejor. -Le contesté sentándome en uno de sus sillones, estaba cansada y necesitaba recostarme un poco.
–El rey tiene que vivir como un rey. -Responde quitándose su saco, para colgarlo en su perchero, quedándose con un chaleco n***o, para después caminar a su pequeño bar.
–O el rey debe casarse. -Le respondí como toda una señora.
–Realmente no quiero casarme, si mi matrimonio va a ser una mierda como el tuyo. -¡Me dio con todo! Supongo que ahora no le podía decir más sermones del matrimonio.
–Me dolió. -Le respondí mientras me mofaba con fuerza.
Al menos Logan es bueno, para mejorar el humor de cualquier persona.
–Nunca pensé decirte esto, pero no fue nada gratificante ponerte en tu lugar. -Me confiesa mientras viene con dos copas de vino. Yo tome una mientras él se sentaba al lado de mí, en el mismo sillón. –Quería darte con guante blanco algún día, pero supongo que esto no me satisface.
–Al gran Logan, no le satisface verme de esta forma. -Sonreí mientras tomaba un poco de vino. –Me lo merecía, he alardeado del matrimonio como una completa idiota.
–Bueno, no es justo hablar desde tu posición, tú no sabías que tu esposo iba a ser un imbécil. -
Yo solo negué con la cabeza, porque era cierto, jamás pensé que el fuera de esa manera.
–Y dime, ¿con quién te está engañando? -Ahora lo miró directamente a los ojos, para recargar mi copa entre mis pechos.
–La conoces. -Él al escuchar que la conoce, abre sus ojos de par en par.
–¿Quién? -Pregunta realmente preocupado.
Yo solo suspire mientras que ya no había lágrimas en mis ojos, solo había resentimiento.
–Lisa. -Dije con rapidez, para después sonreír derrotada.
–¿Minary? -Pregunta.
–La misma. -Suspire una vez más. –La misma tipa que me vendió mi casa, diciéndome que, en esa casa, haría mi propia familia. -Logan estaba realmente sorprendido, puesto que era una amiga de la familia. –Y adivina quién es la que me la está quitando. -Mofe sin gracia.
–Ese estúpido. -Murmuró Logan molesto, tomándole un sorbo a su copa de vino.
–¿Acaso te gustaba? -Le pregunté con sinceridad, ya que él podía querer cogérsela si él quería, no había ningún problema con sus deseos.
–¿Estás hablando en serio? -Me pregunta alzando una ceja.
–Sabemos que eres el “play boy” de todo Londres, no se me haría extraño que no te quisiera coger a Lisa. -El hombre solo me miro con enojo, mientras que sabía que había metido la pata. -Perdón. -Es lo último que dije, para darle otro trago a mi copa.
–Se qué crees que soy el ramero de toda la ciudad. Pero jamás me acostaría con una mujer como ella. -Realmente estaba sorprendida, ya que Lisa era una mujer hermosa. –Lo único que yo quiero cuando tengo sexo, es tener la seguridad que lo estoy haciendo con alguien, que jamás lastimara a alguien más. -No entendía a lo que se refería, así que tuve que preguntarle.
–No te entiendo. ¿A qué te refieres?
Él miro con desprecio su pared, que tenía una gran pintura. Era tan hermosa, mostraba una cabaña en medio de la nada, mientras que había nieve por todo el lugar. Esa cabaña se veía más cómoda, que mi propia casa. Incluso con el frio y los árboles llenos de nieve, se podía sentir la calidez de esa cabaña.
–No es la primera vez que Lisa le quita el esposo a alguien. -Me responde con dureza, para después dejar su copa en medio de una mesa de cristal. –Solo los imbéciles caen en la trampa de Lisa, y mi hermano es tan estúpido, que cayó a sus pies.
–Alguna vez Lisa se te…-Él me mira de inmediato, atrapándome con sus ojos.
–Claro que se me ofreció, pero como dije, no me acuesto con personas que lastimen a alguien. -Ahora pasa sus manos por su cara. –Lisa se ha metido con la mayoría de mis amigos, supongo que el único idiota que faltaba en su lista, era tu esposo.
Logan solía hablar de Louise, como si no fuera de su familia, así que tenía muchas dudas. Y supuse de inmediato, que era el momento indicado, para que él pudiera decirme, el porqué del desprecio hacia su hermano.
–Jamás te he preguntado de esto, porque nunca quise meterme en tus asuntos, pero…- Traté de pensarlo, pero al final solo lo hice. -¿Por qué siempre hablas de Louise, como si no fueran hermanos?
–¿No quieres meterte en mis asuntos? -Se ríe el joven de ojos grises. –Tú eres siempre la que me dice, que debo de conseguirme una mujer. -Pero a pesar de que siempre lo hacía, era bueno que lo tomara con gracia. –No debiste de quedarte con la duda. Debiste de haberme preguntando, desde el primer momento, en que notaste que lo trato como si no fuéramos familia.
Nunca pensé que Logan fuera tan abierto conmigo, así que me puse un poco más en confianza.
–Dímelo. -Tome un poco más de vino. –Suéltalo, soy toda oídos. -Dije divertida.
Logan al ver que el ambiente se tornaba un poco más calmado, decide quitarse su chaleco, dejándome ver sus pectorales bien marcados, mientras usaba una camisa color blanca de botones negros. Yo trataba fielmente de que mi mirada se juntara con la suya, pero fue bastante difícil ignorar a un hombre tan ardiente como él. El joven sin más, abre sus piernas con mucha confianza, sin saber que estaba siendo provocativo conmigo.