7 Cassie Me soltó, y me concentré en sus anchos hombros, en lo n***o y sedoso que era su cabello, atado detrás del cuello. No miré al señor Anderson. No necesitaba mirarle así de nuevo, tenía miedo de que jamás pudiera sacar ese recuerdo de mi memoria. Escuché los pesados pasos de Maddox mientras se acercaba al cuerpo, y luego se detuvo. Miré inexpresivamente a la pared, al color verde oscuro desteñido y el estampado de margaritas en la pared que había decorado el pasillo desde que tengo memoria. Mi mente ansiaba algo que hacer, la tranquilidad de la rutina, y consideré encender el fuego en la estufa, pues eran más de las seis. Crucé las manos sobre la cintura y descarté la idea como una tontería. No había necesidad de cocinar. No necesitábamos café para desayunar. El señor Anderson est

