—Ohh—dijo el moreno con asombro muy inocente del oscuro significado —¡Pues entonces, si quieres este fin de semana te puedo invitar a mi casa. Me encantan las barbacoas chico ruso, ¿Tienes libre los fines de semana?!
—No lo sé creo que no. Debo estar detrás de la princesa y creo que no puedo perder este trabajo que pagan tan pero tan bien. Aquí vine para quedarme jejeje. Asi que, querido negrito creo que no puedo.
Por otro lado, en ese mismo instante, Lumiere estaba escondido detrás de una pared mirando desde lejos al pelinegro con algo de enojo, y entrecerró sus ojos al escucharlo decir: “vine para quedarme”
—¡Já—susurró en voz baja—, ni creas que me vas a quitar mi puesto ruso asqueroso!
Luego, en ese mismo instante, el hombre fue sorprendido por Amelie, la fisioterapeuta de origen a
