Horas antes, de que Angelica estuviera conversando con el pelinegro, asistió junto con Jean Paul a aquel evento pero sin Ivanno porque el tío Pierre, pensó que no era necesario. Aquel hombre tenía que asegurarse de quien era ese sujeto, el cual le daba mala espina y, a su vez, no se había enterado de que llevaba varios días en el palacio. Entonces, Pierre y Jean Paul quienes estaban en la gran sala de ese lugar, ambos de piernas cruzadas sentados en un elegante sofá de cuero marrón, que solo los más millonarios podían tener, esperaban a Angelica que se terminara de vestir. Así pues, que el señor muy pensativo después de darle una bocanada de aire a ese gran cigarro le dijo lo siguiente al príncipe: —Mmmm, sabes que, no quiero que ese hombre vaya con nosotros a esa reunión. Pierre echó un

