—¡Mierda, entonces debes cuidarte de los autos aquí para que no vayas directo a visitar a san Pedro! —exclamó el pelinegro imprudentemente, y en ese mismo instante se dio cuenta de que fue muy mal hablado; por lo tanto, miró a la princesa y rápidamente se tapó la boca—¡Perdón, perdón su majestad… lo que quise decir fue: Oh que mal, debe cuidarse para que no se muera jejeje ! Ella suspirando mirándolo alzando una de sus cejas, exclamó: —Ah, eres un caso perdido definitivamente. Y si, te soy sincera, te notas muy forzado hablando con las palabras correctas. Esperemos a Lumiere sentados frente a la piscina para que traiga el itinerario. Mientras que, Amelie quien se había ido anteriormente por el carácter amargado de Gerald, le gritaba lo siguiente: —¡Por eso me fui. Porque todo lo dices

