Momentos antes del accidente con la toalla… Después de que Lumiere salió de la habitación, la actitud de Angelica había cambiado y todo gracias al pelinegro. No pudo negar que se sintió muy bien con él y que le encantaba su compañía, y mientras ella escogía la ropa que estaba en su gran closet que era del tamaño de un domicilio de 40 metros cuadrados, con una sonrisa la cual hacía de manera inconsciente se dijo en pensamientos: «Quien iba a imaginar que me iba a reír tanto con ese hombre tan rustico. Já, y que no tiene novia. Eso no se lo cree ni él mismo, esta muy delicioso como para no haber tenido pareja» La mujer, después de pensar eso, mirando su extenso guardarropas abrió sus ojos y dijo lo siguiente en voz alta: —¿Como que delicioso? —rascó su cabeza muy preocupada por lo que

