I Algo Llamado Pasado

3532 Words
Mientras sostenía su espada y el viento ondeaba su capa Freya miraba esperando la llegada del ejercito rival, esperando recordó aquel día cuando Ma la llevo lejos de lo que hasta sus cortos once años de vida conocía como hogar. Los caballos galopaban lo más rápido que sus patas les permitían mientras los soldados de su hermano Kannan los seguía muy de cerca, pues a pesar haber tomado el acuerdo de dividirse el país en una region para cada uno de ellos, la ambición de su maestro Abdul era inmensa. Ma llevaba a la pequeña Rajad que aún no podía cabalgar por si sola del todo y menos una gran distancia como lo era el camino hasta Apolinar, corrían el riesgo de escapar en circulo pues el desierto de Macedonia podría llegar a ser muy traicionero si no se tomaba con el respeto merecido; los caballos seguían su galope con paso firme mientras Freya miraba el paisaje que le aparecía de manera vaga por la velocidad. Llegaron al Oasis en menos tiempo del esperado, ahí Ma decidió parar un poco para refrescar a los caballos, reabastecer su agua y que la pequeña Freya se mojara un poco para evitar que sufriera un golpe de calor. Ma y la doncella Babette descendieron de los caballos, Ma tomo por las riendas a los caballos y los llevo hasta el agua mientras Babette desmontaba a Freya del caballo y la acompañaba hasta el agua en donde por solo un instante se olvido de quien era y jugo como una simple chica de once años. — No sabia que había un lugar así de hermoso — Eso es por que no había salido mas halla del pueblo cercano al castillo — Parece un lugar sacado de alguno de los libros de cuentos que Ma me trae cuando regresa de sus viajes. Doncella y Rajad jugaban en el pequeño manto de acuífero en el que se encontraban, se lanzaban agua y se jugaban una que otra broma siempre ante la mirada vigía de Ma que no bajaba la guardia a pesar de que no se divisaban soldados algunos en la periferia. — Ma tienes que venir Freya le llamaba con la mano invitándola a unírseles al juego, Ma solo podía sonreírles un poco pues a pesar de su deseó de unirse sabía bien que aún no era tiempo de bajar la guardia pues aun estaban a medio camino de su destino y los soldados que les venían persiguiendo les podrían dar alcance en cualquier momento. Pasados unos minutos Ma decidido que ya era hora de seguir con su camino antes que el manto de la noche les cayera y complicara mas el camino de escape por el desierto, muy a su pesar Freya salió del agua tomo la ropa que Babette le ofrecía y después de unos breves minutos reanudaron su camino. Freya apenas era consiente de todos los cambios que le vendrían de ahora en adelante, sin mencionar que a su corta edad aun no estaba preparada para tomar su lugar al frente de Apolinar como su soberana, pues hasta ahora no sabia mas halla de los libros que Ma le proporcionaba en lo que hasta ese momento era su hermosa jaula de marfil y oro. Ma era lo bastante consiente del peso y lo poco preparada que estaba su Pupila, lo único buena de la actual situación era que a diferencia de sus demás hermanos Freya era por mucho la que mas voluntad de fuego había heredado de sus antepasados, claro esta que por mucho era la mas comprometida y responsable de sus hermanos. Pronto se vieron cerca de la frontera con Apolinar, Ma sabía que no podía descansar hasta no cruzar esa frontera pues solo hasta hacerlo estarían bajo la protección de la magia que Barcelot poseía; Barcelot era un viejo amigo y colega de estudio que Ma conoció en su juventud cuando se preparaba para ser Maestra en el Instituto Loui Castle Server. Ambos a pesar de su corta edad poseían una fuerte voluntad, una gran pasión por enseñar, así como su gran compromiso y determinación por preparar a sus alumnos. Ambos hicieron tan buena dupla y se acostumbraron a trabajar juntos que después de un tiempo trabajando con Freya y previniendo la situación Ma mando a traer a Barcelot de donde estaba haciendo su especialidad, pues sabia bien que para las guerras futuras necesitaría a su compañero para ayudar a la Rajad a estar lista. En una casa a las orilladas de Ataris, la ciudad que se encontraba en la frontera de Apolinar y el desierto, se encontraba Mama Udam observando cómo se acercaba ese pequeño contingente de personas a toda velocidad. Tardo unos segundos en reconocerlas. Y aun que nunca en su vida mama Udam había cruzado palabra con ellos sabia bien quienes eran y por que llegaban; como pudo realizo una reverencia que a pesar de la velocidad y la distancia que tenían no paso desprevenida por Ma. A unos cuantos kilómetros de ahí Barcelot caminaba de un lado a otro dando ordenes y en algunas ocasiones levantando la voz a los empleados de lo que ahora sería el castillo de Freya. El nerviosismo se apoderaba de el ya que era la primera vez que realizaba un hechizo tan grande de protección sin mencionar que añadió un par de runas nuevas que eran completamente su creación y estaban siendo utilizadas por primera vez. Pero lo que realmente le preocupaba era la seguridad de esa pequeña niña que aun que en teoría solo era su joven pupila el ya le había tomado el cariño suficiente y ahora le miraba con los ojos de padre, pues en el corto tiempo que convivieron Freya demostró tener gran inteligencia y una habida sed de conocimientos. - Disculpe ¿En dónde quiere que dejemos las runas, los calderos y demás ingredientes? - Por favor en el segundo piso en la habitación del fondo es para todo lo que tenga que ver de las runas y en el cuarto de atrás los calderos y los demás ingredientes. Barcelot sonrió un poco aun que jugaba inquieto su anillo, pensando si debía o no hacerlo, al final de cinco minutos y de no pensarlo mucho se dirigió hacia la parte lateral del castillo en donde retiro su anillo y recito un par de palabras. Pronto su cuerpo comenzó a cambiar, perdió peso y estatura y de sus manos comenzaron a salir plumas, su boca se alargo un poco y se convirtió en pico, mientras el resto de su cuerpo se comenzó a llenar de plumas y al cabo de dos minutos el hombre se había convertido en una hermosa ave. En versión Ave Barcelot poseía un tamaño medio, sus alas eran grandes de un color casi dorado pero que dependiendo la hora del día podía tornarse en naranja o roja al volar sobre el cielo en plena puesta del sol. Su cabeza se asemejaba a la de un cisne, pero mucho más delicada y estilizada, un pico largo y con un perfecto filo, sus patas eran alargadas y con grandes garras capaz de rasgar cualquier piel sobre la tierra, todo su plumaje era suave al tacto, pero también era una perfecta armadura para cuando sobrevolaba algún campo en guerra, la dureza de su pluma se podría comparar a la misma de las escamas de dragón. De las únicas desventajas que Barcelot poseía al estar en su forma de ave es que si le daba hambre únicamente podía ingerir piedras y metales preciosos los cuales le permitían ese magnifico color dorado y que a veces pudiera cambiar sus colores al amanecer o atardecer. Barcelot provenía de la primera familia de magos Post PESTE por lo cual desde muy pequeño había comenzado sus estudios en la magia que incluía desde pócimas, runas, transmutaciones específicamente en aves, pero no de las únicas, hechizos de sanación, tortura y si la ocasión lo requería de muerte. Su padre había dicho siempre que Barcelot era por mucho el mejor mago que había pisado esta era, pues tan solo con quince años ya dominaba los hechizos más mortales y era capaz de realizar cualquier transformación a la perfección. Movió un poco las alas antes de elevar el vuelo y dudando un poco, pues hacia mucho que no volaba o se transformaba, agito sus alas lento recibiendo el aire helado en sus plumas por lo cual se elevo un poco mas para que la tenue luz del sol lo calentara un poco y sus alas no se volvieran pesadas con el hielo que se les formaban al avanzar. Pero como ya comenzaba a oscurecer la luz del sol se fue apagando y tornando fría lo cual obligo a Barcelot a conjurar alas de fuego para poder llegar a su destino; diez minutos más tarde Barcelot encontró a la pequeña caravana que se encontraba en problemas pues no había suficiente luz para seguir avanzando. Ma estaba preocupada pues aún que habían cruzado la frontera no estaban seguras ya que Abdul estaba tras todos los Rajas. Ma se perdió en sus preocupaciones hasta que vio una luz naranja en el cielo sirviéndoles como faros, tardo unos segundos en darse cuenta que ese bello Alicanto era su antiguo amigo Barcelot quien de seguro moría de preocupación y lo cual agradeció pues por no se por el ellas seguramente no hubieran llegado al nuevo hogar de Freya. — Mira Ma es una enorme estrella fugaz — No es así pequeña Freya mírala bien, las cosas nunca son lo que parecen Freya se tallo un poco los ojos como si esto le ayudara a afinar mas la vista y así poder distinguir lo que su Maestra le decía. — Ma es una estrella fugaz estoy segura Dijo Freya muy segura de si misma, lo cual provoco la risa de Ma y Babette — Lo dejaremos así esta vez pero estoy segura de que te llevaras una gran sorpresa cuando lo veas de cerca — Wow veremos de cerca a esa estrella fugaz ¿Por eso salimos del Palacio? — No pequeña en cuanto lleguemos al nuevo sitio te contare todo — Pero… ¿Eso quiere decir que nunca volveré a palacio? — Si pero también quiere decir muchas otras cosas mas que te explicare al llegar La cara de Freya lucia algo confundida pues a pesar de estar encerrada casi todo el tiempo ella había aprendido a amar su espacio, el clima y a las pocas personas con quien había tenido contacto, así como al pueblo pues en muy contadas ocasiones Ma la había sacado del palacio para caminar por el tianguis, la alameda, la ermita y el lugar que mas le gustaba era el arroyo artificial que su padre había mandado a hacer y en donde siempre había personas en busca de alejar el calor un rato. A Freya siempre le había gustado el agua, pero el arroyo le gustaba mas por que se sentía cerca de las personas, escuchaba sus dolores, sus temores y preocupaciones y lo mejor de todo es que nadie sabia quien era en realidad debido a que su padre el Marajá Fallan los mantenía encerrados y separados de todo menos de sus maestros. — Pequeña estamos por llegar Ma señalo una casa con aspecto de castillo con grandes muros a los lados que no dejaban ver mas que el aspecto de enfrente de esta misma. A diferencia del Palacio de Macedonia esta casa le parecía algo fría y pequeña aun que sus jardines no estaban del todo mal a pesar del frio que comenzaba a sentir y la nieve que había a su paso. La luz que hasta el momento las guiaba se adelantó un poco más hasta descender en un montículo que se encontraba en medio del jardín principal en donde extendió las alas para intensificar la luz y emanar un extraño calor para eliminar un poco el frio que les iniciaba a calar los huesos. Ma cruzo el arco principal de la casa seguida de Babette, quienes desmontaron lo más rápido y con cuidado que les permito sus cuerpos cansados; una vez en el piso Ma tomo de la cintura a Freya para bajarla del caballo. Una vez en el suelo Freya presto atención a lo que había sobre el montículo de piedra y que la miraba fijamente con unos ojos muy familiares y cariñosos que ella hace mucho no miraba. — Es hermoso Pronuncio Freya apenas audible para Ma — No es una estrella fugaz es una hermosa ave — Te dije que no todo es lo que parece Barcelot aun en su forma de Ave y despidiendo calor miraba y escuchaba atento todo lo que hacia esa pequeña niña a la cual consideraba como su pequeño tesoro, como su pequeña niña es decir su hija. — ¿Crees que pueda tocarlo? — Tal vez deberías preguntarle a el — ¿a Él? — Si talvez su forma no sea la única sorpresa que tenga para ti anda ve hacia el Freya se alejó corriendo de Ma y fue a donde el montículo se encontraba, pero entre mas se acercaba al ave su calor mas se intensificaba lo que provocaba pequeñas quemaduras lo cual obligo a la pequeña a detenerse antes de ser calcinada. Barcelot se dio cuenta de esto por lo cual termino su hechizo de fuego y volvió a transformarse en hombre. — Bienvenidas Digo Barcelot con su voz profunda, aguda y algo rasposa por el esfuerzo realizado — Hola viejo amigo Ma lo abrazo y le dedico una cálida sonría antes de permitir el paso a Freya quien corrió y le salto encima pues hacia un año y medio que no miraba a su querido profesor. — Profesor Barcelot La niña le sonrió y se acobijo en sus brazos, Barcelot la envolvió en ellos y así comenzaron a avanzar hacia la puerta de la casa. Los tres juntos irradiaban un halo de la familia perfecta y Freya lo sentía así. Las tropas de Armin se apostaban en la frontera de Apolinar dispuestas a arrasar con cuanto ser viviente se encontrarán, lo que no sabían es que Freya era mas inteligente y protectora con su pueblo de lo que ellos jamás serian. Pues desde antes de que el plan comenzara a tomar forma ella ya había mandado a crear refugios en donde esconder a todo su pueblo pues no estaba dispuesta a ver mas familias destrozadas por la guerra y mucho menos a perder más vidas valiosas. Tan solo al cumplir los Quince años Freya ya era consiente de lo brutal guerra que tendría que enfrentar y las consecuencias que le traerían a su pueblo por lo que una tarde mientras caminaba por el lago congelado se le ocurrió la idea de crear salones bajo su propia casa en donde almacenaría comida, semillas, metales preciosos y cualquier otro material que su pueblo necesitara para levantarse en caso de una desolación. Pero no conforme con eso también pensó en excavar en algún otro lugar que fuese lo suficiente grande para albergar cocinas, camas, una escuela, un lugar donde pudieran dar atención médica, una ermita, lugares para distraerse y claro un lugar en donde pudiera dormir todo su pueblo, pero que también pudiera poner una salida por si acaso ella y su ejercito cayeran pues sabia bien que si reunía a todo su pueblo en un solo lugar sería más fácil que los exterminaran o capturaran. Cinco años después la primera fase de su proyecto estaba listo y a partir de ese momento todo recurso que ya no era requerido por su pueblo se enviaba directo a la bóveda de seguridad; diez años después Freya vio terminado su proyecto y con una mejora pues se colocaron veinte túneles de escape que derivaban a diferentes lugares en donde ya estaban botes, autos y aviones que facilitarían el escape para que así nadie fuera capturado. Un mes después de hacer contacto con el Sumo Vicario de Macedonia, la ciudad capital, Freya comenzó a mandar el doble de raciones a la bóveda pues temía que la guerra se estuviera acercando a pasos acelerados y los tomara por sorpresa; unos días después de que Priya rescatara a su sobrina Kaya comenzaron la evacuación de los pueblos fronterizos hacia los campos del Anand en donde se reunirían todo el pueblo antes de ser llevados a las catacumbas en donde los resguardarían y de ser necesario serian evacuados por el ejercito de los diez. Dos semanas mas tarde todo el pueblo estaba reunido y listo para partir hacia las catacumbas, mientras en la casa real Priya y Freya se preparaban arduamente para la guerra, mientras una débil Kaya se recuperaba y tomaba lecciones con Ma — Muchas veces no entiendo y para ser sincera me parece algo muy desafiante todo — Es normal que te sientas así tu vida al igual que la de tu prima Priya dio un completo giro — Eso es algo que también me preocupa Ma, se que debo estar agradecida por que me salvo, pero yo… Kaya tenia la mirada perdida pero su expresión denotaba que quería decir algo que le causaba conflicto — Kaya sea lo que sea que tengas en la cabeza puedes decírmelo sabes que estamos para escucharte Ma señalo a la pequeña Ave que yacía sobre una silla. El ave en cuestión era pequeña no mayor a las seis pulgadas de alto, a juzgar por el tamaño del ave se podría decir que sus alas no pasaban de los cuatro centímetros de anchos, parecía algo regordeta o hinchada, pero en realidad era una característica de sus plumas ya que estas eran las gordas. En el vientre tenia un patrón de color café tenue y su color dependía mucho de la luz con que se viera, sus ojos de color dorado rodeados por zonas de coloración blanca y aun que Ma hacia referencia a que el ave en cuestión escuchaba Kaya no le observaba ninguna oreja. — Ella es Babbette mi familiar tiene dos formas esta que vez que es la de un Búho Mochuelo duende y su forma humana, aun que ella prefiere esta forma pues le es más fácil realizar muchos de mis encargos Kaya se sorprendió mucho pues siempre había visto a esa pequeña ave con Ma e incluso ella misma había jugado un par de veces cuando Ma la dejaba en su cuarto mientras se recuperaba — No sabia que fuera humana, siempre creí que era tu mascota no tenia idea de que fuera un familiar — Si me la regalo Barcelot hace algunos años. Pero eso ya será tema para otra ocasión ahora dime ¿ Que es lo que te pasa por la cabeza? Kaya volvió a quedarse callada por unos minutos como meditando bien sus palabras pues Ma también era maestra y muy seguramente le había tomado afecto a Priya — Solo no lo tomes a mal pero… a pesar de todo siento mucho enojo hacia Priya pues se bien que su padre es el culpable de todo incluso de la muerte de mi madre y mi hermana y además pone en riesgo a mi tía Freya. — Tu tía ya es una persona adulta y ella decide lo que debe o no hacer en esta situación, entiendo que te sientas así pero también debes tomar en cuenta que tu prima Priya también es otra de las víctimas de tu tío Kaya se quedo callada analizando las palabras de Ma un momento — Claro es normal que la defiendas ahora ella es tu protegida y es por eso que no te importa lo que pase con mi tía ¿no es así? — Eso no es verdad, es cierto que le tengo un cariño a Priya, pero no es mas grande o menos del que siento por tu tía o del que puedo llegar a sentir por ti — Eso no es verdad, Ma tu mientes Ma abrió los ojos muy grandes y cuando estaba a punto de contestar un halo de luz y fuego rodeo a su ave quien en ese momento dejo atrás sus plumas y pico para transformarse en una mujer alta con un rostro delicado y un cabello largo, sedoso y n***o con destellos azules, una compleción algo regordeta pero estilizada su rostro reflejaba mucha experiencia a pesar de lucir no mayor a los veinte años, al final de sus manos lucia unas uñas algo largas y torneadas. A pesar de las heridas y cicatrices que la mujer poseía seguía siendo hermosa a la vista y proyectaba serenidad, paz y cautela. — Tu tía jamás miente y de eso puedo dar fe yo que he estado a su lado muchos años de mis vidas Babbette había dejado atrás su forma de ave y ahora miraba a Kaya con esos intensos ojos azules con destellos dorados que podían cautivar a cualquiera — Babbette Kaya no daba crédito a lo que sus ojos miraban a pesar de que Ma le había dicho que era una familiar, las tres mujeres se quedaron ahí observándose la una a la otra mientras el silencio crecía y se volvía sepulcral entre las tres
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