VIII El Viaje

1217 Words
Barcelot aún sentado lloraba amargamente aún con los ojos cerrados, mediante la poción que Mamá Udam había preparado pudo viajar al pasado y volver a revivir por un breve instante los momentos más preciados y dolorosos con su amada Alyssa. Alyssa había sido escogida por Lord Baylen Hozier desde que la vio en la reunión internacional de jefes de magos, pues era una Alquimista, Faquir y Conjurador sobre saliente lo cual sería una excelente adquisición para su familia y con el producto que resultara de la Unión con su único hijo estaba seguro que su familia sería la más poderosa de la Tierra. Ambas familias aceptaron el trato pues sería la primera vez que se unieran dos familias mágicas de diferente continente. En el pasado cuando Lord Hozier le comunicó esta decisión a Barcelot este se molesto mucho incluso estaba dispuesto a quedarse en el templo para siempre, pero al final fue Lady Emilia Hozier quien lo convenció y terminó haciendo las cosas de muy mala manera y sólo al final y con el pasar del tiempo descubrió en Alyssa a su alma gemela. Barcelot lloraba incontroladamente pues no se había permitido volver a tocar el tema en todos estos años. — Maes Barcelot tranquilo es hora de volver, deja atrás las cadenas. Muchos años Barcelot llevo el peso de no llegar a tiempo cuando la Roses Crucie atacó la mansión Hozier, para cuando el volvió del templo Lord Baylen ya había quemado los cuerpos. Incluso llevó la culpa en su ser por haber abandonado a su esposa esa noche. — Abre los ojos Barcelot abrió sus ojos notando un ligero hilo dorado tan delgado que se rompía en fragmentos disipando se en el viento. — Bienvenido de vuelta Barcelot extendió una mano para atrapar una de los pequeños fragmentos, los cuales se sentían como arenilla y dejaba un leve rastro dorado. —Eso es mana, he logrado liberar una parte de tus sentidos por lo que ahora podrás ver el mana que nos rodea, sintetizar es algo más complejo. Barcelot seguía observando el rastro que aún había en su mano y como éste se hiba disipando poco a poco. — Entre más liberes tus puertas mejor podrás conducir y canalizar el mana. — ¿ Esto es mana? — En pequeñas cantidades, pero aún tienes mucho camino por recorrer y es por eso que debes emprender un viaje a la lejana Xiana. Xiana era una república del Oriente en tiempos pre PESTE era conocida como China una de las naciones más florecientes y con mayor población del mundo, por lo cual sus avances tecnológicos eran superiores y aún así tenían a grandes magos de su lado. Xiana se había levantado de los escombros de China había conservado algunas cosas de su predecesor como la cultura, la religión, tradiciones e implementó nuevas políticas para asegurar el bienestar de toda su población. — Buscaras al maestro Wu y debes llevar contigo a la pequeña Rajad, — ¿Freya? — Ella también heredó el don mágico en su sangre y el gran maestre no podrá ayudarla. — Pero si ella puede usar magia está sometida a las reglas del templo. — Hace mucho que el templo ya no es lo de antes y no podrán enseñarle lo que ella necesita, además durante su viaje tendrán que recolectar unas reliquias Las reliquias de las que hablaba Mamá Udam eran los tres huevos de las criaturas que años después le servirían a Priya. — Se trata de tres huevos y sólo el maestro Wu sabe cómo encontrar esas reliquias que les servirá. — Mamá Udam — Escucha bien esas reliquias serán decisivas para la gran guerra que vendrá. Barcelot aún no podía creer todo lo que había pasado. — Mamá Udam aún tengo que hablarlo con Ma ya que los dos decidimos y ni siquiera le hemos dicho de la muerte de su padre y sus hermanos, la pelea encontrá de su hermano Kannan — Es primordial que hagan este viaje el futuro de todos depende de ello, deben ir a Xian a buscar al maestro Wu. Con esas últimas palabras Mamá Udam desapareció en un remolino dejando a Barcelot solo en medio del jardín. Una mariposa dorada llegó hasta su mano con un mensaje del Gran Maestro. — Tienen que venir al templo, las cosas con tu pupila se salieron de control. Barcelot regresó a la casa vio a Inugami acostado frente al fuego de la chimenea, descansando después de la pelea agotadora contra Abdul. Babette estaba un poco más alejada viendo por la ventana Barcelot avanzó hacia el cuarto de Ma tocó la puerta tres veces antes de escuchar respuesta. — Un momento Un minuto después Ma abrió la puerta para encontrar a su amigo — Barcelot ¿ Que pasó? ¿Necesitas algo? ¿Estás bien? — Si acabó de recibir un mensaje del Gran Maestro Freya está mal nos necesita — ¿ Que hora es? — Es casi la media noche — Supongo que tenemos que ir ahora Ma bostezo un poco el cansancio del día al fin la había alcanzado y sus ojos estaban casi por cerrarse y Barcelot noto eso y el también se sintió un poco cansado. — Supongo que podemos dormir un poco antes. — Después del día que tuvimos supongo que un par de horas Ambos amigos estuvieron de acuerdo en descansar. — Le avisaré al Gran Maestre que iremos en un par de horas — Espero que la pequeña esté más tranquila cuando lleguemos — Yo igual pero ahora a descansar un poco que aun tenemos muchas cosas por discutir sobre el futuro de la pequeña. — Lo sé y sabes creo que tu idea del viaje no es tan mala nos puede servir para hacer algunas alianzas políticas y reforzar nuestros ejércitos. — Lo discutiremos temprano ahora hay que descansar un poco. — Hasta mañana — Descansa. Ma cerró la puerta y volvió a su cama cerró los ojos y cayó profundamente en un sueño. Barcelot llegó a su habitación se quito la camisa antes de sentarse frente a su escritorio en donde invoco una pequeña ave cantora. — Gran Maestre recibimos su mensaje estaremos ahí al amanecer, lamento mucho lo sucedido. Barcelot envío a la pequeña ave cantora hacia el templo por la ventana de su habitación, regresó sobre sus pasos para ir al baño en donde se lavo la cara y miró su reflejo en el espejo — ¿ Debemos ir a Xina? La cabeza de Barcelot aún estaban con dudas, sabía que tenía que decirle todo a su amiga quizás así podría aclarar un poco más el panorama y quizás le dejaría de sonar tan descabellado el plan de Mamá Udam pero eso era algo que descubriría al siguiente día. Pues ahora solo deseaba dormir un poco y así apagar su cerebro de todo lo vivido en las últimas horas; cuando al fin llegó a su cama se dejó caer con una gran pesadez que no sintió cuando sus ojos se cerraron y el comenzó a viajar a los brazos del viejo Morfeo. Ambos amigos se quedaron dormidos viajando en sus propios mundos imaginarios soñando con algo mejor con un nuevo mañana en el que su pequeña no tuviera que luchar y perder tanto como ellos dos habían perdido.
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