| DARREN | —La puerta se abre— entono. —Dentro de la cueva había enormes pilas de oro, plata y gemas, y a un lado, un escritorio enorme. Sentado detras del escritorio estaba el dragón más grande y el primero que la princesa Ofelia había visto en su vida— Riley esta sentada muy erguida en la cama, con los ojos del tamaño de platos, observándome. —Hola Ofelia— dijo el dragón. —¿Creo que estas aquí para solicitar un trabajo?— Hay tanto silencio que puedo escuchar caer un alfiler mientras quito el marcador de páginas de la mesita de noche de Riley, colocandolo con cuidado en el libro “Aprendiz de dragones” y cierro el libro a su alrededor. —Un capítulo más— dice Riley, sin aliento. —Ya te leí dos— le digo, alborotando su cabello suavemente. —Ya paso la hora de acostarte— —Uno— dice ella,

