No es necesario mencionar que por supuesto, no he dejado de pensar ahora en este otro tema, como complemento a mi cóctel de malos momentos y recuerdos dolorosos, se le suma la inquietud a de la que mi madre mi proveyó cuando eligió después de tanto tiempo, romper el silencio con respecto a la idea añeja de Lucero como hija de mi padre.
Entonces si lo hablamos en estos términos, mi difunta esposa sería también mi hermana de padre, si eso así fuera, incluso mi vida sería mucho más dolorosa de lo que lo es ahora, pero con la satisfacción de que Lucero no tendría que enfrentarse a la incomodidad de esta realidad, hasta que yo logré explicarle que, técnica y biológicamente, ella no es mi hermana, porque ellos, no son mis padres, no los biológicos, pero sí son las figuras de paternidad que tuv
